En el Parlamento canadiense, en Ottawa, del 7 al 9 de noviembre de 2010 se realizó la Segunda Conferencia Interparlamentaria para Combatir el Antisemitismo, evento al cual asistieron unos 168 parlamentarios de 52 países, así como especialistas en la temática.
Sammy Eppel, director de la Comisión de Derechos Humanos de la Fraternidad Hebrea Bnai Brith de Venezuela, participó de este destacado evento y en una entrevista nos cuenta como interpreta el “antisemitismo global” y la importancia de la lucha contra el odio irracional a los judíos, su impacto mundial y cómo definir y enmarcar los ataques antijudíos en la legalidad y justicia como un valor fundamental en los Derechos Humanos.
Esta segunda conferencia tuvo su origen en 2009 con la llamada “Declaración de Londres” donde el antisemitismo se definió como delito ¿En qué consisten estas conferencias?
Este tipo de reuniones cuenta con dos grupos de trabajo: los parlamentarios y los expertos sobre temática antijudía, racista y xenofóbica. Continuamente estos grupos se van intercambiando para agilizar la discusión y paralelamente se dictan conferencias afines. La mayoría de los parlamentarios no son judíos, ya que esto no se trata de una reunión judía, de hecho había musulmanes e hindúes entre otros grupos étnicos y religiosos. Uno de los invitados fue el Imán principal de todas las mezquitas en la India en representación de medio millón de “imans”, Umer Ahmed Ilyasi, también había musulmanes de Inglaterra, Italia, Canadá y Estados Unidos. La razón es que se busca tender puentes, conocer y discutir sobre la realidad y los peligros del antisemitismo en países cristianos, musulmanes, socialistas o de Occidente, etc.
El discurso introductorio fue dado por Elie Wiesel, premio Nobel de la paz ¿De qué habló?
Fue un discurso, yo diría pesimista y premonitorio. Esta es la segunda vez –en apenas dos años- que lo escucho decir que desde la segunda guerra mundial él nunca había estado tan preocupado por el pueblo judío. Dijo que era una gran preocupación que el antisemitismo ya no fuera una cuestión sólo de radicales y de ciertos grupos, sino algo aceptable a nivel intelectual, tradicional, académico e institucional. Esto le preocupaba muchísimo, le abrumaba e hizo un llamado a la audiencia parlamentaria de que hay que tomar acciones contra este fenómeno éticamente inaceptable de banalizar el antijudaísmo así como la negación del Holocausto. Parte de esta banalización también es la deslegitimación del Estado de Israel como el judío del mundo. El otro discurso de apertura estuvo a cargo del Honorable Stephen Harper, primer ministro de Canadá, quien dijo que su apoyo a Israel es y será total sin importarle las consecuencias como oficial electo, por tratarse de inquebrantables principios éticos.
¿Qué otros temas se trataron?
Uno de ellos fue el antiguo y nuevo antisemitismo. Recordemos que en esta conferencia había personas que no necesariamente están versadas con el tema del antisemitismo; están ahí para solidarizarse, estas personas luchan por los Derechos Humanos, por cierto sobre este tema Berthe Kayitesi -quien nació en Darfur y pertenece a la raza tutsi- relató como a los 15 años vio como mataron a machetazos a su papá y a palos a su mamá. Ella logró escapar al Congo y de alguna manera llegó a Canadá y actualmente es candidata para un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Ottawa. La razón de esto es que se trae gente de otras corrientes para demostrar que el llamado al genocidio es una cuestión mundial que no ha desaparecido y que se está legitimando. Relató que en África central, Darfur y Somalia han sido asesinadas más de cinco millones de inocentes en los últimos diez años.
¿Legitimando un genocidio?
El Dr. Irwin Cotler, especialista en DDHH, habló sobre el caso del presidente iraní Ahmadinejad quien pudiera ser enjuiciado y cualquier país podría hacerlo ya que existe una ley internacional contra el genocidio o llamado a este. Ahmadinejad reiteradamente ha llamado a “borrar a Israel del mapa”. De hecho el presidente al-Bashir de Sudán es un prófugo de la justicia internacional por genocidio. Ya existe este precedente de que cuando alguien promueve el genocidio se puede enjuiciar. Cotler se sorprende de que ningún país, dice “ni siquiera el mío”, refiriéndose a Canadá, ha tenido la valentía de enjuiciar a Ahmadinejad. Este es un problema que atañe al mundo entero, no sólo a Israel o al pueblo judío.
¿En un mundo globalizado los odios también se multiplican?
Hay estudios sobre el odio en Internet donde se contabilizan unas 17 mil Webs antisemitas y -en general- más de 50 mil Webs que promueven el odio contra algún grupo religioso, raza o etnia. Se habla de un desborde de odio a nivel mundial y eso quiere decir que cada una de estas Web o Blog tiene personas que las financian, manejan y alimentan, las leen, escriben en ellas, por ende, debemos estar concientes de que hay decenas de miles de personas en el mundo que trabajan día a día para promover el odio. Luchar contra esto es una tarea titánica que debe ser asumida por todo el planeta, pues está en riesgo la supervivencia de la humanidad.
¿Cómo luchar contra el antisemitismo desde los parlamentos?
Hay ejemplos como en Francia y Alemania donde se penaliza el antisemitismo. En la mayoría de los países se penaliza por crímenes de odio, cuando se habla de esto puede ser cualquier tipo de crimen discriminatorio como contra una nacionalidad, una raza, religión, es decir puede ser cualquier cosa y en estas circunstancias medir el antisemitismo en un país se complica porque tendría que ser la comunidad judía nacional la que lleve las estadísticas del antisemitismo, ya que las autoridades no la tienen porque como el delito del antisemitismo no existe –legalmente- no hay investigaciones ni interés.
La idea es que cada uno de los parlamentarios conozca la temática y los peligros del antisemitismo en sus países y así promueva en su agenda y se incluya la discusión para crear leyes –según el marco constitucional de cada nación- que luchen de manera más eficaz contra odios, discriminación y agresiones que no necesariamente son exclusivos del antisemitismo o antijudaísmo, sino también la discriminación contra gitanos, negros, árabes o la islamofobia.
¿Por qué una ley?
Esto obliga a crear un reglamento y unas penalidades, es decir le pones dientes a la lucha contra el antisemitismo. Ya que si no existe como delito, se da el caso, el más común en el mundo, de que si se rompen vidrios o se quema una sinagoga o se ataca a un centro judío esto es considerado como un acto vandálico, cuando sabemos que no es así, porque no es lo mismo pintar una svástica en un lugar de oración judío que pintar un graffiti en cualquier edifico. El antisemitismo es un acto que atenta contra la libertad religiosa, la libertad de expresión y los Derechos Humanos.
¿Se habló sobre la situación en Latinoamérica?
Por supuesto que sí. Estuvo presente el fiscal argentino Alberto Nisman quien es un estudioso sobre el antisemitismo, ya que por su investigación sobre el atentado a la AMIA ha tenido que profundizar en la temática. Explicó en detalle el caso de la AMIA y nombró a personajes y diplomáticos iraníes que han sido directamente acusados por él en atentados terroristas. Él dice que ya las pruebas son abrumadoras y que la última propuesta de la justicia argentina, por la negativa iraní de extraditar a estos acusados, es ir a juicio en un tercer país o a la corte internacional de La Haya. Dijo que ningún país ha tenido la valentía de arrestar a ninguno de ellos. Ocurrió un crimen atroz, todos estamos de acuerdo que ocurrió y sabemos quién lo hizo pero no vamos a hacer nada. Yo diría que eso es parte del cinismo internacional. Pareciera que como fue hecho contra judíos no importara mucho.
¿Y sobre Venezuela? ¿Un antisemitismo particular?
Lo que ha sufrido la comunidad judía venezolana pudiese considerarse antisemitismo de Estado y esto sorprende mucho porque cuando se dice que la mayoría de los ataques antisemitas vienen de medios de comunicación del Gobierno o afines al Estado existe mucha preocupación y surgen muchas inquietudes. La comunidad internacional está muy pendiente de esta inédita y peligrosa situación.
¿Cómo un Parlamento debe organizarse para luchar contra el antisemitismo?
Doy el caso de Inglaterra y Canadá donde se han conformado coaliciones parlamentarias, o sea oficialistas y de oposición. Este es un tema que no tiene ideología o postura, es general y todos deben combatirlo porque es un deber de cualquier Estado.
¿Alguna anécdota?
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, envío un comunicado que fue leído durante las jornadas. Según mi visión fue equilibrado y saludando este tipo de iniciativas para combatir el odio, la discriminación, la islamofobia y el antisemitismo. Es posible que se trate de una postura de conveniencia política.
¿Qué concluye de todo esto?
La lucha contra el antisemitismo es una cuestión que trasciende el ámbito judío. Por lo que yo me he dado cuenta y debe ser así, esto es un tema de defensa de Derechos Humanos. La demonización, la deslegitimación, el ataque, el llamado a un nuevo holocausto, no atañe solamente a los judíos, sino a todos los sectores que conforman una sociedad, ya que en todo crimen hay victimas y agresores, pero también sujetos pasivos que pretenden no estar involucrados, pero cuyas vidas quedarán afectadas. Y para esto sirven este tipo de foros, para levantar la conciencia de la humanidad y demostrar que existe un plan diabólico que atenta contra el mundo, aunque parezca que su principal ataque es a los judíos.
Y en Venezuela ¿cómo se debe afrontar esto en nuestro país?
Se deben tender puentes con organizaciones de Derechos Humanos y con grupos de otras creencias haciéndoles entender que este no es solo un problema de los judíos. Esta es una lucha por la decencia y el respeto en el tratamiento de los ciudadanos y creo que el Gobierno se ha dado cuenta de esto.
Por Abel Flores
Fuente: Comisión de DDHH de la Fraternidad Hebrea Bnai Brith de Venezuela