Por invitación de Casa Sefarad-Israel de Madrid una delegación de la Kehilá conformada por Alberto Botbol, presidente del Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel y miembro invitado a la Junta Directiva de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), junto al Rabino principal Isaac Cohén y el presidente de la Asociación Israelita de Venezuela (AIV), David Benzaquén, y Sylvia Albo, miembro del Consejo Directivo el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas (CESC), asistieron en representación de la comunidad judía venezolana a un encuentro internacional en Madrid, Segovia y Sevilla titulado “Los hispano-judíos de Marruecos y sus Diásporas”, que tuvo lugar entre el 15 y el 17 de noviembre de 2010.
De regreso, Alberto Botbol nos explica en una entrevista con la CAIV en qué consistió la reunión y la importancia que reviste este tipo de encuentros entre los diferentes grupos y comunidades judías sefardíes que hicieron vida en diversos países luego de la expulsión de España por los reyes católicos en 1492.
¿Cuál fue el programa de actividades?
El objeto principal de nuestra visita fue atender la gentil invitación que nos hiciera la Casa Sefarad-Israel con motivo de la inauguración de su nueva sede. En tal sentido, hubo una serie de actos tanto protocolares como académicos en los que intervinieron algunos invitados de las diversas comunidades ahí presentes.
El primer día nos recibió el Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Don Jacob Israel Garzón, quien expresó estar muy complacido de recibirnos en la sede de la Federación donde nos agasajó con un almuerzo, junto a algunos directivos de dicha institución. Ese mismo día 15 de noviembre a las 5:00 PM nos concedió Audiencia especial Su Majestad el Rey Juan Carlos I en el Palacio de la Zarzuela. Fue un acto muy protocolar, en el que El Rey saludó a cada uno de los presentes, y tras las fotografías de rigor entabló conversación con el grupo de invitados y se mostró muy interesado en la situación de las diferentes comunidades. Para los presentes fue una experiencia digna de recordar y salimos muy agradecidos y orgullosos. Digo agradecidos a su Majestad por habernos recibido en el Palacio de la Zarzuela a dirigentes comunitarios sefardíes, y a la vez, agrego orgullosos, porque después de 518 años de la expulsión, su Majestad Juan Carlos I de España, descendiente directo de Isabel la Católica, nos recibía en audiencia. En honor a la verdad, no es la primera vez que el Rey recibe representantes de comunidades judías y como muestra está la exposición de objetos religiosos que le han regalado en diferentes ocasiones representantes del judaísmo mundial, y que ese día ornaban el salón del Rey. Pero para nosotros los ahí presentes era la primera vez.
Participaron en estas actividades representantes de las comunidades de España, Marruecos, Brasil, Portugal, Israel, Canadá, Suiza, Argentina, USA y Venezuela.
¿Qué nos cuenta de su visita a la nueva sede de la Casa Sefarad-Israel?
La Casa está ubicada en el Palacio de Cañete, Calle Mayor 69 en Madrid, donde anteriormente había oficinas del gobierno español. En este palacio se acondicionaron unos amplios espacios para exposiciones, proyección de películas, conferencias y otras reuniones sociales. Como primera actividad cultural se presentó una exposición de fotografías titulada “Los hispanojudíos de Marruecos”.
¿De qué trató el discurso del director general de Casa Sefarad- Israel, Diego de Ojeda?
Especialmente se refirió a la labor que está haciendo dicha institución en diferentes países donde hay comunidades sefardíes. Por ejemplo, el año pasado organizó el mismo encuentro con descendientes de las comunidades judías de Turquía, Líbano y Siria, adonde llegaron judíos expulsados de España en 1492. Este año se dedicó a los descendientes de los judíos de Marruecos y en 2011 estará dedicado a aquellas comunidades que se establecieron en Portugal y de ahí fueron a Holanda y Brasil para luego muchos de ellos radicarse en las islas del Caribe.
Igualmente habló Don Bernardino León, Secretario General de la Presidencia del Gobierno. Su exposición versó sobre las trágicas consecuencias de la Expulsión de los Judíos de España en el Siglo XV.
¿En qué consiste la firma del Acta Erensya en Segovia?
Es un acta que firmamos cada uno de los representantes de los países participantes, ya que nos solicitaron nuestra adhesión. Cada representante firmó este proyecto porque reconocemos el trabajo que está realizando Erensya para estudiar cómo las comunidades judías han progresado en los diferentes países donde emigraron. Es importante resaltar que la firma de la adhesión de las comunidades sefardíes a la Plataforma Erensya se realizó en presencia del Alcalde Mayor en la Sede Capitular del Ayuntamiento de Segovia, ya que este año Segovia ha estado a cargo de la presidencia itinerante de la Red de Juderías de España.
¿Visitaron la Judería de Segovia?
Sí, dimos un paseo por las calles, vimos las antiguas casas y lo que fue la sinagoga y ahora forma parte del museo.
Una de las conferencias fue sobre la memoria literaria en los hispanojudíos de Marruecos…
Sobre este tema intervinieron el escritor y poeta Mois Benarroch residenciado hoy día en Israel, Leo Aflalo de Melilla y Oro Anahory, profesora de la Universidad de Quebec. También hubo un debate sobre “la Jaquequía” o lengua hablada. Debo resaltar la clase magistral que nos ofreciera el profesor árabe marroquí Mohammed El-Madqouir Maataoui quien habló sobre los orígenes de la Jaquequía que, según sus investigaciones, proviene de España y se formó en Marruecos aunque, en la tertulia también hubo opiniones divergentes como la de Jacob Israel quien defendió la tesis de que la Jaquequía se originó exclusivamente en Marruecos.
¿Y en Sevilla, cómo fue la experiencia?
Visitamos el Alcázar de Sevilla, un palacio de estilo mudéjar del siglo XIII donde se ven muchos bajorrelieves, algunos de ellos con letras hebreas y árabes, porque la cultura de Sevilla se formó con un gran aporte judío. En la Judería vimos muchos lugares muy bien conservados, si bien no hay sinagogas, vimos los recovecos y las casas que fueron habitadas por los judíos desde la Edad Media, donde la comunidad era importante y desapareció en su totalidad tras los ataques de los cristianos en 1390.
¿De qué habló en su ponencia?
Traté de la llegada de los primeros judíos a Venezuela y de cómo está conformada hoy en día nuestra comunidad. Mencioné igualmente la creación y el aporte de la comunidad asquenazí. Resalté la bella unión entre los grupos de diferentes orígenes que conforman la comunidad hebrea venezolana. En fin, hablé muy sinceramente de la gran labor que todos hemos realizado en pro de nuestros valores ancestrales y de la unión que existe entre sefardíes y asquenazíes. Subrayé que en el 2010, la Asociación Israelita de Venezuela cumplió 80 años y la Unión Israelita de Caracas 60 años.
Coméntenos sobre el proyecto de la Tres Culturas.
Los gobiernos de Marruecos y España crearon una institución llamada Fundación Tres Culturas donde intervienen católicos, musulmanes y judíos. Su sede está en un inmueble de estilo árabe donado a este fin por el gobierno de Marruecos y que se creó con motivo de la Feria Mundial de Sevilla en 1992 y que fue inaugurado por su Majestad el Rey de Marruecos. Hoy en día este palacio sirve de lugar de encuentro donde se dan conferencias, actos culturales y obras de teatro y se proyectan películas. Entre sus objetivos está el de promover el diálogo, la paz y el respeto entre los pueblos y culturas del Mediterráneo.
¿Qué conclusiones trae de la conferencia?
Creo que este acercamiento entre comunidades judías originarias de Marruecos y que hoy están esparcidas por distintos países es muy positivo para que nuestros valores ancestrales no se diluyan en el tiempo y el espacio.
¿Por qué esta nostalgia con Marruecos?
Le voy a hablar de mi experiencia personal. Yo nací en Ceuta pero mis padres se fueron a Tetuán a raíz de la Guerra Civil española cuando era recién nacido. La nostalgia de Marruecos viene porque los judíos tuvimos una comunidad muy bonita. Durante la Segunda Guerra Mundial el Sultán Mohamed V no permitió que los judíos marroquíes fueran sacados del país a pesar de que los nazis ya estaban en Casablanca. Históricamente las relaciones fueron de paz, no siempre de concordia, pero sí de paz. Uno recuerda siempre su niñez con nostalgia. Recuerdo la Alianza Israelita Francesa de Tetuán donde estudié mi primaria, lo que me permitió años más tarde poder ingresar a una universidad de lengua francesa.
¿Cómo recuerda la comunidad judía marroquí?
Yo le puedo hablar de la comunidad de Tetuán que era la mía, era muy unida, había 16 sinagogas para un aproximadamente 5 mil judíos. Hoy guardamos gratos recuerdos pero no cabe duda de que la vida tiene sus cambios y a ellos nos tenemos que acostumbrar. Nuestros hijos y nietos no sienten la misma nostalgia que nosotros por Marruecos. Este es un país de “las Mil y Una Noches”, verdaderamente lindo, tiene una cultura milenaria y el pueblo judío vivió en estas tierras durante siglos. En varias épocas vivieron con tranquilidad, en otras no tanto. Fue una comunidad religiosa que dio grandes “jajamin” (sabios) al pueblo judío. Su escuela judía, la Alianza Israelita en Tetuán, permitió que los judíos no fueran analfabetas y dieron una educación primaria de calidad, lo que hizo que pudieran emigrar y trabajar en otros países, entre ellos Venezuela.
Por Abel Flores
Fuente: CAIV