AIV: 80 años… y sigue tan campante

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Por Moisés Garzón Serfaty
Con los achaques propios de la situación que vivimos a nivel mundial, que no de la edad, la Asociación Israelita de Venezuela cumple ochenta años de su fundación, y se afirma como la institución decana y señera de la comunidad judía venezolana. En medio de los avatares que cada día depara, continúa su misión irrenunciable de mantener la llama judía entre sus miembros, las prácticas judías, vale decir, la solidaridad con los menos favorecidos, los servicios religiosos, la educación, preservación y difusión de valores culturales, legado de una herencia ancestral.
La efemérides es propicia para recordar con emoción, admiración, respeto y gratitud a los fundadores de la institución y para formular la promesa de que la semilla que ellos sembraron en esta tierra venezolana, noble y hospitalaria, no se perderá y seguirá dando más y mejores frutos judíos.
La generación de relevo debe sumarse a esta promesa, consciente de que en la hora difícil que vivimos es imperativo fortalecer la comunidad, sumarse a las filas de los que cumplen con la sagrada tarea de llevar adelante los asuntos colectivos y resolver los variados y numerosos problemas comunitarios, lo que hará posible un continuo progreso, una cada vez mejor organización, una mayor y más eficiente prestación de servicios en un marco de redimensión comunitaria a la que las circunstancias obliga, cohesionadamente, con disciplina, con respeto a las prioridades, sin despilfarro de medios económicos y de esfuerzos humanos.
Permítaseme repetir ahora lo que dije, entre otras cosas, en el discurso que pronuncié, como presidente, en el acto conmemorativo del cincuentenario de la Asociación Israelita de Venezuela: “Y al llegar al puerto del cincuentenario, medio siglo, que es como una partícula minúscula en el espacio de tiempo varias veces milenario de la existencia de nuestro pueblo, un hito memorable en la historia de esta comunidad, zarparemos de nuevo, con nuevos marineros y grumetes que se incorporen a bordo, la generación de nuestra continuidad, la legión del relevo que han de constituir nuestros hijos y nietos, hacia el nuevo puerto del centenario para así proseguir el viaje siempre rumbo a mejores destinos”.
Hoy, a los ochenta años, la Asociación Israelita de Venezuela, con la ayuda de Dios, sigue y seguirá navegando con fe, con optimismo, con visión de futuro, tan campante.

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