Por Jorge Marirrodriga
Lo malo de que haya muchos que quieran hablar por ti es que pocas veces se puede escuchar tu propia voz. Y eso es precisamente lo que les pasa a muchos palestinos normales y corrientes. Con tanta gente (debidamente subvencionada con dinerito público) que tiene algo que decir por ellos que pocas veces se escucha su voz. Por ejemplo, hace años, mientras se cansaban de denunciar la corrupción de Arafat, y de explicar cómo el Mercedes de su mujer no cabía por los callejones de Gaza, el coro de alabanzas occidentales al de la kefia y pistola al cinto ahogaba sus protestas.
Resulta que en plenas negociaciones entre Fatah y Hamás, un cachondo mental palestino ha reelaborado la letra de su himno, Mi Patria, la ha colgado en Internet y su ocurrencia ha prendido como la pólvora entre los jóvenes palestinos. Y claro, los jefazos, esos que nunca sudan ni sangran, se han cabreado. Y quien sabe si esto ha influido para que Fatah convoque elecciones para enero sin esperar a un acuerdo. La letra alterada del himno dice algo así como “maldición y perversión, epidemia e hipocresía, tiranos y opresores” mientras desfilan las imágenes de los líderes de Hamás y Fatah.
En fin, que la gente corriente está harta de chorizos. En todas partes.
Barrio Sésamo en Gaza
Aunque el título de esta entrada parezca indicarlo, no se trata de que Zapatero y Moratinos tengan pensado visitar Gaza en las próximas semanas. Ambos ya han dejado su huella por ahí y Moratinos acaba de gastarse el resto compartiendo risotadas con los hermanos Castro en Cuba. No, se trata de que los responsables de Barrio Sésamo (Sesame Street en inglés) quieren que los niños de Gaza puedan ver la versión para los niños palestinos titulada Shara’ Simsim, que en Cisjordania ya anda por la cuarta temporada.
Un programa en el que, por primera vez, ningún muñeco muere a manos de los horribles israelíes y donde los niños disfrutan del derecho a ser lo que son: niños. Aquí ningún pseudo ratón Mickey no se despide de la infantil audiencia camino del matadero, como ha sucedido en otros programas infantiles ya emitidos, y a los pequeños se les enseña que lavarse los dientes y atarse los zapatos forman parte de “la independencia”.
Pero ¡ay! los responsables de Sesame Street tienen que convencer a las autoridades de Hamas de que su programa es adecuado para los niños. A ver cómo se las apañan para explicarles que aunque los monstruos aparezcan desnudos no hay ni sombra de impudicia en ello y que el monstruo de las galletas no será presentado como un israelí avaricioso, tal y como a los jefazos de Hamas les gustaría, sino sólo como un bicho azul que come galletas. Los directivos de la productora han pensado en pedir la colaboración de Naciones Unidas para que el programa se emita en las escuelas. Pobres. No saben que en la ONU andan muy ocupados elaborando informes contra Israel y que además en las escuelas de Gaza hay sitio para los Qassam pero no para los muñecos que creó el genial Jim Henson.
PS.- Ahora los periodistas empezamos a decir que a Bar Refaeli no la quieren en Israel porque es antimilitarista y bla, bla, bla… Ya estamos mezclando el culo con las témporas.
Cuanto más fósforo menos Hamas
Entre tanto fósforo blanco y tanto informe con intenciones negras, los periodistas estamos hablando muy poco de una de las principales consecuencias de la acción militar israelí en Gaza el pasado mes de enero. Una consecuencia que explica muchas cosas de la Operación Plomo Fundido.
Según explicó ayer en un website estadounidense Yoram Cohen, un alto responsable del Shin Beit, Plomo Fundido fue un fracaso total, desde el punto de vista militar, para Hamas. La organización que controla (y sojuzga) Gaza apenas logró mantener el disparo de misiles sobre territorio israelí, pero su intento de convertir Gaza en una trampa mortal para los militares israelíes (con el consiguiente terremoto social y político en Israel) jamás fue acariciado ni de lejos. La organización vio cortados muy pronto los suministros de material que le llegan desde Teherán. Es más, Cohen (cuya puesto era secreto en Israel hasta ayer) asegura que el Ejército israelí pudo técnicamente borrar a Hamas del mapa de Gaza. Y aquí si que intervino una consideración que los periodistas europeos negamos por sistema al Gobierno israelí de turno: el coste en vidas de dicha decisión.
Cuando esperaba reclamar la victoria, como hizo Hizballah en Líbano, Hamas perdió la guerra claramente. Y no sólo eso, su fuerza militar quedó al borde de abismo. Porque claro, no es lo mismo pegar tiros en las piernas a los rivales políticos que enfrentarse a un Ejército organizado.
¿Qué guerra ganó Hamás entonces? La de la publicidad, naturalmente. Si la victoria hubiera sido militar hoy no estaríamos escuchando hablar del fósforo blanco, y no habría tanta prisa porque el Goldstone de turno elaborase su informe. Sería así Incluso si no hubiera quedado claro quien ganó. ¿Alguien sabe algo del informe de Líbano en 2006?
Bin Laden no llega a fin de mes
Lo de la crisis se está poniendo muy serio. Ahora resulta que Osama Bin Laden y sus alegres compañeros andan cortos de parné, que dirían los castizos, y han echado mano a la imaginación para sacar dinero de cualquier sitio… y seguir matando, no nos olvidemos de ello.
Nos lo cuenta en un documento de 24 páginas titulado La Organización Al Qaeda se enfrenta a Dificultades Económicas el Instituto Internacional de Antiterrorismo IDC Herzliya. Allí se describe cómo a los tradicionales métodos de financiación de la organización (como tráfico de drogas, robos y saqueos, donaciones de particulares, de organizaciones caritativas, piratería marítima y secuestros), ahora los responsables de Al Qaeda se han lanzado a recaudar dinero utilizan websites y redes de colaboradores. Vamos que dentro de poco en los programas de madrugada aparecerá un tío con turbante pidiendo a la gente que llame y averigüe un “nombre de terrorista de cinco letras que empieza con O y acaba con A”. Todo llegará.
Los del IDC señalan que la guerra de Afganistán está saliendo muy cara también a los terroristas y que necesitan fondos urgentemente. Y apuntan a que la organización está trasladando sus estructuras de la frontera entre Afganistán y Pakistán a zonas más seguras como Yemen y Somalia. Entre los métodos se incluyen los videomensajes por teléfono móvil que pasan de mano en mano en grandes aglomeraciones como la peregrinación anual a La Meca o la utilización de servicios web como el PayPal. El FBI cree que así, sólo en los países del Golfo, Al Qaeda pudo conseguir unos 106 millones de dólares el año pasado.
Pues eso, que Bin Laden no llega a fin de mes. Que se joda.
Irán, donde las dan las toman
Ahora resulta que los jerifaltes iraníes se han caído del guindo y han descubierto en carne propia lo que significa el terrorismo. Y, claro, ellos que llevan décadas exportándolo se lo han tomado fatal. Y así, el general Mohamed Ali Jafari, jefe de los Pasdarán ha acusado a Estados Unidos, Gran Bretaña, Pakistán y el loro de Tarzán de estar detrás del atentado que se ha llevado por delante a una treintena larga de personas entre ellas varios jefes de los guardianes de la Revolución. Jafari ha advertido que “habrá represalias”.
A Jafari habría que recordarle cómo sus jefes han jaleado, financiado y armado a gente que hace exactamente lo mismo que les han hecho ahora a ellos. Hay que recordarle que Hamás y Hizbullah existen gracias al indispensable apoyo de todo tipo que llega de Teherán. Y que cuando en Jerusalén o en Beirut vidas inocentes han quedado truncadas por acciones de estos grupos los responsables últimos estaban cómodamente en Teherán exigiendo al servicio doméstico que sacara brillo a las medallas del uniforme, como el mismo Jafari, por ejemplo.
A Jafari habría que explicarle que, al contrario de lo que ellos hacen, nadie en Occidente brindará por ese atentado. Ni se repartirán pasteles por la calle, ni nadie ofrecerá 25.000 dólares a la familia de los terroristas (como hacía Sadam Hussein). Que lo suyo es mucho más grave porque les ha mordido la serpiente del narcotráfico, que no conoce el lenguaje diplomático y se pasa por el forro las amenazas de Ahmanideyah.
Finalmente a Jafari habría que recordarle que donde las dan las toman.
Cherchez le blogger (no en Israel)
El antisemitismo militante europeo niega machaconamente que Israel sea “la única democracia de Oriente Medio”. Sin entrar en lo que entienden ellos por democracia, la realidad muestra una y otra vez que, desgraciadamente, la frase es cierta. Y es una pena porque si otros países de la zona fueran democracias las cosas serían muy diferentes, aunque a muchos en Europa se les acabaría vivir del cuento. La última prueba la aporta la denuncia hecha por el Commitee to Protect Journalist (CPJ) una prestigiosa organización internacional que se encarga de temas de libertad de expresión.
Bien, resulta que los blogs “están brotando como hongos en Oriente Medio”, en palabras del CPJ. Los blogs van por delante, muy por delante, de los medios tradicionales, controlados por los Gobiernos de turno y se han convertido en fuentes de información. Y claro, los blogs implican la libertad de expresión de los bloggers ¿Y cómo están reaccionando esos gobiernos contra los que nadie se manifiesta en Occidente? Dejemos que lo diga el CPJ: “acosando, deteniendo y censurando a los bloggers”. Según la organización Egipto, Arabia Saudí, Túnez y Libia “están batiendo deplorables récords” en la materia. En Irán la caza al blogger se ha convertido en una obsesión de las autoridades combinando las más modernas técnicas con la vieja escuela represiva.
Y por supuesto Israel no aparece en ese informe.
Erdogan patina con Israel
Al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, le han debido afectar demasiado las largas charlas mantenidas con su colega español sobre la Alianza de Civilizaciones. Eso, y el ataque de cuernos que sufre cuando escucha las carcajadas desde Bruselas a sus peticiones para que Turquía entre en la Unión Europea, le han debido convencer que la alianza turca con Occidente no es tan necesaria como han creído todos los gobernantes que en Turquía ha habido desde el hundimiento del Imperio Otomano.
Por eso Erdogan ha comenzado a hacer cosas raras, como atribuirse el papel de potencia pacificadora en Oriente Medio (aquí seguro que Zapatero le ha animado), vetar la presencia de Israel en una maniobras militares que debían realizar ambos países junto a Italia y Estados Unidos y ahora respaldar a Hamás y las acusaciones contra Israel sobre violación de derechos humanos en la Operación Plomo Fundido. ¡Si hasta ha sacado a relucir el famoso fósforo blanco tan cacareado por los europeos del pañuelo palestino!
Erdogan no debe ir a Gaza buscando violaciones de los derechos humanos. Basta con darse una vuelta por las cárceles turcas. Y si quiere hablar de genocidio, sus vecinos armenios estarán encantados. O si quiere denunciar “acciones militares indiscriminadas” podemos preguntar a los kurdos. Acciones para las que por cierto emplea la tecnología que le vende Israel, que para esto no lo boicotea.
Pero lo importante es que Erdogan no se crea que puede volar solo (aunque se lo diga el de la Alianza de Civilizaciones). Cuando Erdogan exige a Israel que actúe “con sentido común” debe aplicarse el cuento. Por ejemplo, su veto a Israel en las maniobras le ha salido mal. Italianos y estadounidenses han pasado de entrenarse solos con Turquía y Washington se dispone a llevar a cabo una nueva edición de las Juniper Cobra, las mayores maniobras extra-OTAN que se celebran en el Mediterráneo.
El cabreo político no puede confundirse con el apoyo explícito al terrorismo, aunque sea un apoyo táctico. Porque esas estrategias de bazar de Estambul pueden funcionar en política interna turca o con Damasco, pero no en Bruselas y Washington.