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Por Julio César Pineda
El presidente Ahmadinejad ha organizado su gobierno con la línea mas dura.
Participamos de aquellos latinoamericanos que rechazan la visita oficial de Mahmud Ahmadinejad a nuestro continente por ser expresión de un gobierno teocrático, autoritario, violador de los Derechos Humanos y fraudulento en las pasadas elecciones de Irán. Además, su actitud bélica y provocativa en el sistema internacional con su proyecto nuclear ha merecido la condena de la gran mayoría de países miembros de la ONU. Injustificable su actitud del desarrollo atómico sin control internacional dejando de lado al Organismo Internacional de Energía Atómica y al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, Irán es el segundo productor de petróleo de la OPEP y el segundo con gas después de Rusia, con estas reservas energéticas no justifica los pretendidos desarrollos pacíficos atómicos que ha emprendido. Después de los misiles y la bomba atómica de Corea de Norte, la comunidad internacional no permitirá que Irán acceda al arma atómica impulsada por el binomio del presidente Ahmadinejad y el Guía Supremo de la revolución Alí Jamenei.
La Constitución iraní fue concebida para darle a los religiosos el poder total, por eso el papel fundamental de Alí Jamenei como Jefe de Estado y su alianza con Ahmadinejad. El régimen iraní dominado por los conservadores frente a los problemas económicos y la crisis de gobernabilidad a pesar de la riqueza que genera el petróleo permanentemente desvía la atención a su confrontación con Estados Unidos y la presencia de Israel en el Medio Oriente. Como todas las revoluciones con sus utopías políticas, el fracaso está unido al terror del Gobierno, Lenin en Rusia, Hitler en Alemania, Mao en China, Pol Pot en Camboya; el Ayatolá Jomeini en 1979 orientó su proyecto bajo la bandera del Islam en esa dirección. Jamenei y Ahmadinejad han agudizado la crisis internacional con la amenaza atómica para hacer olvidar la problemática económica y social de su país. La guerra siempre ha permitido a los dictadores unir fuerzas políticas frente a un enemigo común, buscando sobrepasar los antagonismos y canalizando las energías hacia un mismo fin: la defensa de la patria en peligro y en el caso de un país musulmán como Irán con el Yihad para defender la comunidad de creyentes del Corán frente al Occidente ateo, y los hermanos musulmanes desviados, amenaza implícita a los gobiernos árabes sunitas y a las monarquías del Golfo.
Hace unos días en las más grandes maniobras militares, Irán demostró su potencial bélico y la fuerza del nuevo cuerpo armado los Pasdarans o Guardianes de la Revolución, grupos ideologizados que paulatinamente han desplazado a las fuerzas armadas profesionales y quienes manejan importantes sectores de la política y la economía. Son los Pasdarans quienes controlan el complejo nuclear iraní y los sistemas de misiles, los cuales pueden ser equipados con bombas nucleares. El presidente Ahmadinejad ha organizado su Gobierno con la línea más dura, en gran parte miembros del cuerpo de Guardianes de la Revolución y ha acentuado la represión contra todo medio de oposición incluyendo el hostigamiento a los ex presidentes Jatami y Rafsanjani. Rafsanjani recientemente declaró que la política de Ahmadinejad ha puesto a Irán en una posición seria y crucial y exhortó a las autoridades a poner fin a la retórica militar.
El periodista francés especialista en problemas geopolíticos Laurent Artur Du Plessis recientemente publicó un libro "Irán en la Tercera Guerra Mundial" donde afirma que una próxima guerra causada por Irán, sería nuclear y que opondrá al Occidente y sus aliados, especialmente a la India y Japón, con el Eje Islámico Confuciano y con la interrogante de qué campo escogería Rusia. Irán se beneficia del apoyo tecnológico y diplomático de China, de equipos nucleares y balísticos de Corea del Norte y Pakistán. En el 2003 el Organismo Nuclear Internacional señaló las similitudes del programa iraní con el pakistaní, los mismos tipos de centrifugas para enriquecer uranio y la participación del doctor Abdul Qadeer Khan llamado el padre de la bomba islámica que explotó en 1998. En el libro el Choque de las Civilizaciones de Samuel Huntington, forjó el concepto del eje de Irán y China.
Las manifestaciones contra Ahmadinejad y las declaraciones condenando su visita tanto en Brasil como en Bolivia y Venezuela forman parte del contexto mundial que se opone a la dictadura en Irán y a la amenaza nuclear que representa Jamenei-Ahmadinejad para el mundo.
En otra oportunidad nos referiremos a la peligrosa relación del Gobierno venezolano en lo diplomático y comercial con Irán, y el aislamiento internacional, consecuencia de esa relación bilateral.
Fuente: El Universal

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