Palabras de la presidenta del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas (CESC), Dra. Miriam Harrar de Bierman, en la apertura de la Exposición Visados para la Libertad en la Universidad Monteávila, en Caracas, el pasado 1 de marzo de 2011.
Su discurso:
“Buenas Tardes.
Quisiera agradecer a las autoridades y personal en general de la Universidad Monteávila la posibilidad de exhibir en este magnífico lugar una Exposición que relata la actitud valiente y humana de un grupo de personas, diplomáticos españoles durante la Segunda Guerra Mundial, que arriesgaron sus vidas y sus trabajos por defender a los judíos masacrados y exterminados sistemáticamente por el odio nazi.
Es acá, en esta hermosa Casa en donde hoy podemos rescatar la memoria de estas personas que entendieron la responsabilidad hacia sus semejantes.
Nos complace que la Exposición Visados para la Libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto, comience su “itinerancia” en esta Casa de Estudios, en esta Universidad en donde se respira un ambiente de humanidad y compañerismo. No deja de ser curioso cuando se visita la Universidad Monteávila constatar la familiaridad, amistad y confianza que se trasluce en las relaciones humanas de sus miembros. Desde nuestra primera visita con el Rector, Dr. Joaquín Rodríguez Alonso, quien tuvo la gentileza de presentarnos al Vicerrector administrativo , Lic. José Rafael Suarez, colega de nuestra Alma Mater, Universidad Simón Bolívar, pudimos observar el genuino interés desplegado por el Rector , en nuestro pequeño paseo por la Universidad ,en el desarrollo de las cosas cotidianas y como era abordado con confianza por alumnos, personal docente y empleados sin distancias, sin jerarquías , sin posturas que separan a las personas.
Esta impresión se ratificó al compartir con el joven personal encargado de la logística de la Exposición, especialmente la profesora María Inés Mármol que, mientras armábamos la muestra, compartía cálidamente con alumnos y resto del personal interesándose en su prójimo. Pareciera que es una constante en esta Casa de Estudios la amistad genuina y el interés hacia el otro y en este sentido es un honor poder hoy compartir con todos ustedes.
Recordar hoy en esta Exposición a estos diplomáticos españoles, Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota en Francia, Santiago Romero Radigales en Grecia, Julio Palencia en Bulgaria, José de Rojas en Rumania, Ángel Sanz Brik y Jorge Perlasca en Hungría es recordar la otra historia, la historia no oficial, alejada del discurso dominante en un intento, en palabras del filósofo español Reyes Mate, siguiendo el pensamiento de Walter Benjamín, de “escuchar la razón de los vencidos”.
Lo que ustedes verán hoy en estos paneles es la valentía de aquellos diplomáticos que con su actitud escribieron otro discurso, alteraron la suerte de aquellos vencidos por la historia, usaron la pequeña cuota de poder que poseían y dotaron de visados y salvaguardas a miles de judíos, que pudieron llegar a España y desde allá escapar hacia la vida.
Los preceptos morales judeo cristianos hablan del amor al prójimo y de salvaguardar su vida. Dijo Jesús a sus discípulos, “amaos los unos a los otros como yo os he amado” y dice nuestra Tora “el que salva una vida salva todas las vidas del mundo”. Preceptos olvidados por la barbarie nazi que sistemáticamente aniquiló a millones de personas, entre ellos casi tres millones de niños ,por el único hecho de ser judíos.
Frente a esta barbarie se alzaron las voces de los diplomáticos que hoy conmemoramos. A espaldas de las órdenes que recibían de su gobierno, antepusieron su moral a la obediencia al régimen franquista, colaborador con el nazismo alemán.
Afirma el filósofo judío Emmanuel Levinas y cito “la ética es la filosofía primera. Desde el momento en que el otro me mira soy responsable por él”: Este “otro ”de Levinas no es otro que el necesitado, el humillado, el torturado, el desprotegido. Así lo entendieron estos hombres de bien. Continua afirmando Levinas “mi humanismo se determina por la alteridad infinita del otro…., corresponde al hombre satisfacer las necesidades de sus semejantes y con ello alcanzar su trascendencia”.
Estos embajadores y cónsules, pienso, se constituyeron como humanos al anteponer a su “existencia” y a su “ser” la responsabilidad por sus semejantes. Hoy son honrados en nuestra memoria. En el Museo del Holocausto (Shoá) en Yad Vashem, Jerusalén, figuran sus nombres como “Justos entre las Naciones”, en una lista de héroes que, a lo largo de toda la Shoá, arriesgaron su vida por salvar a sus semejantes.
Muchas gracias”.
Fuente: Centro de Estudios Sefardíes de Caracas