Por Rebeca Perli
Este es el título de un libro de Marcos Aguinis en el que el prestigioso autor hace una disección del odio desde sus orígenes mitológicos y bíblicos (con ineludible referencia a Caín y a Abel) hasta el día de hoy con énfasis en episodios representativos que permiten analizarlo en todas sus formas: venganza, rivalidad, genocidio, terrorismo, dictadura, guerra, fanatismo, racismo, antisemitismo, etc., en una narración que induce a una profunda reflexión.
Partiendo de la antigüedad, Aguinis se pasea por los oscuros caminos de la Edad Media con su carga de ensañamiento expresado a través de las Cruzadas, la Inquisición, libelos de sangre, y otros artificios, para llegar a nuestros días en los que siguen vigentes los odios ideológicos, políticos, raciales y religiosos.
"En Europa (escribe), luego de dos guerras mundiales, varias locales y con el recuerdo de los abusos en las lejanas colonias, han resurgido el racismo y el antisemitismo con un vigor inimaginable pocas décadas atrás".
Se desprende de estas páginas que el odio, más que a quienes agrede, atrapa en sus redes a quienes lo profesan, cuya virulencia, bien sea física o verbal, los envenena y los pervierte. Surge entonces, la interrogante: ¿es posible erradicarlo por completo? Lamentablemente no. Pero Aguinis ofrece herramientas para llevarlo a su mínima expresión a través de antídotos como la tolerancia, el respeto y el diálogo. Sobre todo el diálogo, pero no aquel que se limita a un simple intercambio de información y opiniones, sino el que refleja una auténtica curiosidad por el Otro de manera de alcanzar "una genuina confraternidad y el mejor camino para desbrozar las malezas del odio y la deformación de conceptos".