Por Guido Maisuls
Osama Bin Laden ha muerto y en su propia ley. El pasaje por este mundo de Osama Bin Laden es la historia de una gran ambición genocida que está llevando al mundo a la peor guerra en la historia de la humanidad. El odio de Osama hacia los diferentes, su amor al fundamentalismo islámico y su odio hacia la cultura occidental se coronó con horrendos crímenes y grandes promesas de genocidios.
Osama Bin Laden fue un fundamentalista islámico, conocido mundialmente por ser el fundador de la red terrorista Al Qaeda. Fue el responsable de numerosos atentados contra las Embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania y los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas del World Trade Center y al Pentágono de Washington con el alto precio de alrededor de 3.000 muertos.
Ha merecido con absoluta justicia formar parte en forma sobresaliente de esa tétrica y actual galería de genocidas donde lo acompañan triunfalmente Adolf Hitler (1889-1945), el gran Mufti de Jerusalén Al Husseini (1893-1974), Iaser Arafat (1929-2004), el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás (1987-¿?) y el presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad (1956- ¿?).
El primer ministro de Gaza que encabeza el movimiento palestino Hamás, Ismail Haníe, puso su granito de arena y condenó el “asesinato” de Osama Bin Laden en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán y dijo que éste era “un mártir de la Guerra Santa, Vemos esto como una continuación de la política estadounidense basada en la opresión y el derramamiento de sangre musulmana y árabe”.
En Egipto, los Hermanos Musulmanes también aspiran a formar parte de la galería de genocidas de estos tiempos, y ya presentaron en El Cairo a los líderes del nuevo partido “La libertad y la justicia” que encabezarán la lista a los comicios legislativos de septiembre que piensan ganar en forma abrumadora.
Otro humilde aspirante a dicha galería es el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, que apoyando al presidente sirio Bashar Assad, acusó a Estados Unidos de estar infiltrando terroristas en Siria para generar violencia y muertos con el fin de derrocar a su querido amigo.
Mientras tanto, en Siria, Assad emplea artillería pesada contra sus ciudadanos disconformes y ya lleva la masacre a más de 500 víctimas.
En Libia la represión de su colega Muamar Kadafi deja más de 30.000 muertos y no tiene la menor intención de cesar las atrocidades ni el baño de sangre con que somete a su propio pueblo.
Como una roja y altiva guinda adornando el rebosante postre ha llegado el casamiento, la unión matrimonial Hamás-Fatah que pondría bajo la influencia de Irán a Judea y Samaria, además de la ya consumada República Islámica de Gaza.
“Abu Mazen debe elegir entre la paz o un Gobierno con Hamás. Entre un acuerdo que ponga fin al conflicto o aliarse con un grupo terrorista que continúa pidiendo nuestra destrucción. Este acuerdo entregará Cisjordania a Hamás. Espero que la comunidad internacional se dé cuenta”. Primer ministro de Israel, Biniamín Netaniahu.
Hasta aquí hemos recorrido una muy nutrida y completa galería de genocidas que lamentablemente a los israelíes nos afecta y mucho.
Pero se equivocan y muy a lo grande, estas fuerzas retrógradas y oscurantistas del terror que, apostando a la muerte,no se dan cuenta que esta supuesta gran debilidad de Israel, este apego a la vida, es realmente nuestra gran fortaleza.
Esas ganas de vivir no es un invento artificial y superfluo creado en forma mágica desde el nacimiento de Israel como Estado ni es importada de ningún sofisticado y novedoso mercado multinacional; simplemente, la heredamos de nuestros ancestrales valores judíos.
Valores ancestrales que permitieron sobrevivir a nuestro pueblo en las condiciones más adversas y extremas, teniendo que optar permanentemente entre la vida y la muerte, eligiendo siempre la vida.
Nuestra principal fortaleza fue y seguirá siendo nuestro apego a la vida cotidiana, a los padres, a los hijos, a los amigos, a la tierra, a las instituciones y al futuro.
Nuestra gran fortaleza es luchar por la vida, amar apasionadamente la vida para que nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestras almas y nuestra sangre vivan para siempre.
Estamos viviendo momentos críticos y decisivos; las amenazas se ciernen sobre nosotros; el fundamentalismo islámico aliado a las fuerzas más irracionales, oscuras y primitivas del planeta quieren borrarnos de Oriente Medio y del mundo.
Aunque tengamos muchas debilidades a las cuales debemos sobreponernos, el éxito del pueblo judío es rotundo. No sólo se consiguió sobrevivir, también se concretó el legendario y mítico sueño de retornar a nuestra tierra ancestral y construir nuestro propio Estado y todo gracias al simple, natural y elemental recurso: el apego a la vida, el amor a la vida.
“Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas”. Bob Dylan, cantante, compositor y músico estadounidense.