Era imposible vivir en Alemania a partir de 1933 (o en los países que conquistó posteriormente) sin estar sometido a una intensa propaganda antisemita patrocinada por el Estado nazi y dirigida por el ministro del ramo, Joseph Goebbels. En las escuelas, en libros, la prensa, la radio y el cine, así como en afiches colocados en las calles y organismos públicos, se retrataba al judío como un monstruo que amenazaba la existencia de la sociedad
El judío eterno
Este supuesto “documental” cinematográfico de 1941 resumía todos los estereotipos judeófobos del nazismo, al representar a los judíos como seres repugnantes que jamás podrían ser redimidos. Haciendo gala de un cinismo sin límites, varias secuencias se filmaron en el gueto de Varsovia, mostrando las condiciones de hacinamiento, suciedad y miseria inducidas por los propios nazis como si fuesen típicas de la vida de los judíos en Europa Oriental.
En una de las escenas más famosas de este film, miles de ratas negras salen de las cloacas para invadir un depósito de alimentos, lo que se planteaba como metáfora de los judíos en la sociedad alemana.
El judío Süss
Aun más eficaces que los seudo-documentales eran las películas dramáticas con tema antisemita, donde personajes o hechos históricos se deformaban para adecuarlos a la ideología nazi. Las más famosas fueron Los Rothschild y El judío Süss, cuyo tema central era la avaricia de los judíos y sus crueles manipulaciones para apoderarse de las riquezas del mundo.
Enseñando antisemitismo con “El hongo venenoso”
El cuento para niños “El hongo venenoso” inculcaba a los más pequeños a temer y odiar a los judíos. En esta imagen, el maestro enseña a los alumnos cómo reconocer la nariz, las orejas y la forma de caminar “típicas de un judío”. Tanto el profesor como los estudiantes son perfectos arios rubios.
Judío pedófilo
Una de las ilustraciones de “El hongo venenoso” mostraba a un judío regalando caramelos a dos niños arios, pero pidiéndoles a cambio que lo “acompañen”.
La propaganda antisemita insistía en que los judíos eran pedófilos y violadores, que así contaminaban la sangre de la “raza superior” y transmitían enfermedades.
Der Stürmer: crimen ritual
El periódico Der Stürmer, dirigido por Julius Streicher, fue una de las principales herramientas de propaganda antisemita. Su tema central eran los judíos, y de hecho un cintillo siempre presente en la parte inferior reproducía la infame frase “Los judíos son nuestra desgracia”. Apelaba con frecuencia a los viejos mitos del crimen ritual, como en esta edición en que los judíos extraen sangre de niños cristianos. Der Stürmer se publicaba además en Argentina, Brasil, Canadá y Estados Unidos, y a partir de 1941 abogó en sus páginas por el exterminio de todos los judíos.
Julius Streicher fue procesado en los Juicios de Núremberg y condenado a muerte por su papel en el Holocausto.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita