La satisfacción de una meta alcanzada
06/07/2011
CAIV se reunió con el Embajador de Francia
21/07/2011

La artista residente en Venezuela es una de las más productivas y destacadas en la escena del arte contemporáneo. La trayectoria de la grabadora, pintora y escultora nacida en Tel Aviv en 1944 supera los treinta años de actividad. 
En una entrevista con la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), Talmor habló sobre su visión del Museo Yad VaShem, en Jerusalén, tomando como referencia sus visitas al monumento y la entrevista que le realizó en 2007 al arquitecto Moshé Safdie, quien fuera el encargado de la reestructuración.
¿Por qué se construyó un museo en memoria del Holocausto?
Es un deber moral e histórico con todos aquellos que murieron y para que todas las personas sepan lo que ocurrió. Nunca vamos a entender a plenitud por qué sucedió, cómo pasó y de qué manera, ya que no hay forma de entenderlo. Cómo podemos entender que un ser humano le haga esto a otro ser humano, cómo puede brotar tal maldad, sin embargo, más que entender se debe dar testimonio, se debe informar para que no vuelva a suceder jamás.
¿Un museo testimonial?
Creo que es una necesidad existencial y moral, de dejar testimonio, porque ya estamos en la última generación de los sobrevivientes y quedan muy pocos.
¿Qué sobre el rediseño del Museo en 2005?
Más bien lo llamaría reorganización, restructuración y rediseño. El museo se reinauguró en 2005 cuando se culminó la construcción en ese año del nuevo Museo Histórico y demás instalaciones. Coincidió con los 60 años de la liberación de Auschwitz. La remodelación comenzó en 1997.
¿Qué quiso trasmitir el arquitecto Safdie?
Cito a Safdie: "Fue gracias a Yad Vashem que ahora estoy consciente de cuan intensas pueden ser las emociones vividas en lo personal y en lo particular. Es en estos momentos, escuchando las impresiones de las personas cuando siento que la arquitectura puede, de manera excepcional, llegar hasta lo más profundo de las emociones humanas al igual que lo hace la Música".
Safdie diseñó una estructura en forma de prisma que atraviesa la montaña por el lado sur y sobresale de ella por el lado norte. Es una obra monumental de 200 metros de largo y 18 metros de altura que permite ver la luz al final del camino, "al final del túnel": una estructura básica de paredes y pisos en concreto y cristales a lo largo de todo el techo, para dejar entrar la luz por arriba. El espacio se divide por el piso por canales, como si un terremoto los hubiese provocado. Los canales exhiben objetos y obligan a un recorrido en diagonal a través del relato histórico en las cámaras laterales que han sido excavadas con un corte a través de la montaña en medio del lecho de roca, como si fueran gigantescas cavernas enterradas en el Monte del Recuerdo.
El eje central cumple la función de una ruta ceremonial y es a la vez un sistema de orientación.
¿Esto acaso no es obligar al visitante a un único recorrido?
Nadie obliga a quedarte en ninguna sala, de hecho, el visitante tiene la libertad de decidir cuanto tiempo demorarse en cada lugar. Claro, siempre se tiene ese conflicto de "me detengo acá, me detengo allá, cuánto tiempo tengo". El museo está estructurado de manera que el público pueda recorrer todas las salas y detenerse en las de mayor interés según escoja. Esto no me parece un obstáculo, sino más bien una gran ayuda en un museo histórico que te muestra tanto material, tantas fotografías, entrevistas y videos. Es muy difícil percibir todo esto, o al menos conceptualizarlo en una sola visita. La estructuración del recorrido de Yad VaShem hace posible tener todo el tiempo en mente el recorrido principal que sirve como un eje de circulación y que cada cierto tiempo obliga al visitante a entrar en una sala y salir de ella, y de nuevo al eje central, de izquierda a derecha. Cuando se está caminando en el centro siempre se mantiene contacto visual con las salas laterales.
¿Este tipo de recorrido es único?
De muchos museos, entre ellos de los que tratan el Holocausto, creo que es el único que tiene ese concepto y estructura. La forma prismática con la luz en la parte superior ayuda a la interiorización del visitante, ya que no se tiene contacto con el mundo exterior, pero la luz da señal de que existe.
¿Se puede interpretar que cada sala del museo son etapas históricas?
No pienso que sea para reflejar etapas históricas. El Holocausto es un hecho tan difícil de entender, de conceptualizar, que considero que cada sala ayuda a plasmar, a englobar información o vivencias tales como Auschwitz, y todo lo que significó, de cómo era la vida en el guetto, los trenes, etc. Cada sala temática ayuda a visualizar, a deslumbrar, a poner un poco de orden en ese caos.
¿Existe un promedio de tiempo en cada visita?
Se puede estar en el museo desde su apertura hasta el momento de cierre, según el horario del día. Cada persona realiza su recorrido como lo desee, estacionándose en cada sala el tiempo que necesite, aunque también existe la opción de una visita guiada en cualquier idioma.
¿El museo está orientado hacia el judío o hacia el no judío?
Hacia todos, sin ninguna diferencia o distinción. Se abre las puertas a toda persona que esté interesada y a los que no estén también, sobre todo a ellos.
¿Con que otras instalaciones cuenta?
La reorganización del Museo de Yad Vashem, incluye el nuevo Museo Histórico, un nuevo centro de acogida (La Mevoah) , dos Pabellones de Exhibiciones, Centro Audiovisual, Centro de Aprendizaje y sinagoga.
¿Yad VaShem es una respuesta al negacionismo?
Cuando ya no estén con vida los sobrevivientes, todos aquellos que experimentaron el nazismo en carne propia ¿Quiénes lo van a contar? ¿Quiénes darán testimonio? El objetivo de Yad VaShem, entre otros, es contribuir para que hechos como estos no vuelvan a suceder jamás. Mientras más se aprenda sobre el Holocausto mayor conciencia van a tomar las personas.
En sus visitas al museo ¿Qué fue lo que más le ha impactado?
Como visitante sentí que bajaba a las profundidades de la tierra -a lo más profundo- envuelta por una estructura monumental y muy alta, pero al mismo tiempo y a pesar de esa escala, experimenté una vivencia íntima. El museo permite entrar en un espacio extremadamente dominante, que emana solemnidad e intimidad al mismo tiempo.
¿Se necesita un Yad VaShem en Latinoamérica?
Yo creo que si, porque hay mucha gente que tiene un desconocimiento muy general sobre el Holocausto, así como hay personas que no tienen ni idea del tema, y muchísimas más que tienen mucha curiosidad por conocer qué y cómo sucedió.

Por Abel Flores

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *