Por Rabino Iona Blickstein
“No les temas, acuérdate bien de El Señor, tu Dios”.
Toda la vida es una continua prueba, y así escribe Rabí Moshe Jaym Lutzato, el autor de “La Senda de los Justos”: “Encontramos que la persona fue colocada dentro de una lucha intensa, porque todos los asuntos mundanos para bien o para mal son pruebas a superar. De un lado la pobreza y de otro la riqueza, la tranquilidad y los sufrimientos, por delante y por detrás se encuentra en medio de una gran batalla, si es temerario vencerá en la guerra en todos sus flancos y se convertirá en un hombre integro que merecerá unirse a Su Creador, saliendo del atrio y entrar en el palacio para gozar de la luz eterna”. (Cap. 1)
Y así finaliza el capitulo:
“Aprendemos, que en esencia la realidad de la persona en este mundo es el cumplimiento de los preceptos, el servicio (a Dios) y enfrentarse a las experiencias que nos de la vida”.
Esta es la realidad de la existencia, quien mas y quien menos, joven, adulto o anciano, hombre o mujer se enfrenta a deseos, odio, envidia, honores, maldad, hipocresía, traición y otros que la mente humana puede concebir.
¿Cómo podemos salir invictos de esta cruenta lucha, que puede llevarnos a escenarios inimaginables?
Siguiendo las indicaciones de Dios en Su sagrada Torá (Pentateuco), teniendo claro que para que la sociedad sea ordenada, debe el individuo ser ordenado, porque las personas hacen a la sociedad, y el Altísimo, nos prometió que seriamos “reinado de sacerdotes y pueblo santo” es nuestro reto, el reto del pueblo de Israel, debemos lograrlo y Dios con Su gran merced nos dio la receta, los seiscientos trece (613) preceptos que abarcan todos los aspectos y momentos de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, del momento en el cual abrimos nuestros ojos hasta que nos acostamos, las indicaciones de los Sabios del Talmud y de todas las épocas, el Shuljan Aruj (libro de leyes judías), y sus comentarios, las Responsas Rabínicas y todos los Maestros de la Ley, que no descansan atendiendo nuestras preguntas y consultas sobre las distintas facetas de la vida frente a los cambios de la sociedad y la tecnología .
Todo lo referente a preguntas existenciales, problemas de familia, medicina, comercio, y todo lo que la sociedad representa al individuo como tal, tiene su lugar y su debate en la “halaja” (ley judía), lugar, estudio y respuesta clara. No hay tema que no reciba consideración en el pensamiento judío, y si no hay respuesta en el momento, los Rabinos se sentarán, estudiando con profundidad el tema y pronunciándose, con honestidad, basando su dictamen en nuestras Sagradas Escrituras.
Nuestra generación tuvo la suerte de ver, después del cruel genocidio de más de seis millones de judíos, la existencia de un Estado Judío, el Estado de Israel.
¿Cuál es la prueba que están pasando nuestros hermanos en la tierra de Israel, hoy día? Una prueba de Fe. ¿Creen los ciudadanos de Israel que al residir en Israel están cumpliendo con el mandato divino de habitar en ella? ¿Creen nuestros hermanos en Eretz Israel, y nosotros los judíos de todo el mundo que Dios nos ayudará y nuestro Estado seguirá existiendo?
Nuestra lucha en primera instancia es contra aquellos que nos quieren aniquilar y envían terroristas suicidas para matar cuantos mas judíos pueden.
Hay entre nuestros hermanos en Israel, quienes no creen en el mensaje de la Torá y de nuestros Sabios, y piensan que los árabes son los propietarios legales del país, y nosotros somos los que invadimos a su tierra sin razón.
Gracias a D-s, son una minoría, la mayoría del pueblo de Israel, cree fervientemente que Eretz Israel es nuestra, y desde la destrucción del Sagrado Templo de Jerusalén, en cada uno de los eventos que hacen a nuestra vida, en Jerusalén, la capital y en toda la tierra de Israel, ocupan un lugar central a pesar de la lejanía física. Nuestro corazón, y nuestra mente nunca abandonaron la esperanza de volver, y renovar nuestra presencia en la patria ancestral.
Sabemos que no es fácil, que los cohetes Kassam siguen cayendo en Sderot y en otros poblados del Neguev occidental, hay entre los comunicadores sociales israelíes y algunos entre nuestros hermanos que se expresan como derrotistas, que su Fe en Dios, en nuestra Torá, en nuestro destino como pueblo, es todavía muy débil, y eso los hace inmunes a la propaganda árabe antiisraelí, que en resumen son expresiones antisemitas, de gente que se considera humanista de izquierda, pero en su interior están llenos de odio y de envidia, al pueblo de Dios, al pueblo del Libro, a la nación que dio carne a la idea de bondad y justicia social, ¿qué seria el mundo sin los veinticuatro libros de Tanaj, de la Biblia, sin el mensaje divino?
La respuesta la sabe usted estimado lector.
Nuestra generación debe reforzar su Fe, solo con Fe en Dios ni viento ni marea nos vencerán ni en la Tierra de Israel, ni en los países de la Diáspora. He aquí unos versículos que nos inspirarán y fortalecerán nuestra Fe, Deuteronomio, cap. 7:
17 Quizás pienses: “estas naciones son más numerosas que yo, ¿Cómo haré para expulsarlas?”, 18 ¡no les temas, acuérdate bien que hizo El Señor, tu Dios, a Faraón y a todo Egipto. 19 (recuerda también) las grandes pruebas que vieron tus ojos, las señales, las maravillas, la mano fuerte y el brazo extendido con que El Señor, tu Dios, te liberó de allí. Lo mismo hará El Señor – tu Dios – con todos los pueblos a los cuales les temes! 21 No te quiebres por ellos, pues El Señor, tu Dios, está contigo, Él es grande y temible. 23 El Señor – tu Dios – te entregará a esas naciones y les infundirá un gran pánico.
El Rabino Iona de Gerona, en su libro “Sharei Teshuva”, cap. 3:32, trae estos versículos con respecto a los preceptos ordenados, y agregó uno más: “Cuando saldrás a la guerra contra tu enemigo, y veras caballos y carruajes, con mas gente de la que tu tienes, no les temerás” (Deuteronomio, 20:1), fuimos advertidos que si vemos que una desgracia se acerca a nosotros, tengamos la plena certeza en nuestra corazón, que la salvación está cerca, como esta escrito: “Pero cerca de los temerosos está su salvación” (Salomo 85:10) y “quien eres tú que temes de un humano, (y el) ha de morir” ( Isaías 51: 12).
El mensaje es claro, nada hemos de temer, en la tierra de Israel, y en los países de la Diáspora, solo debemos alimentar la Fe, nuestra identidad, volver a nuestras fuentes, concurrir a las sinagogas, estar siempre junto a nuestros hermanos, hacer siempre el bien y tener fijo en nuestros corazones que: El Señor de los ejércitos está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestra fortaleza.