Por Dori Lustron
He aquí un cuento para la sección “Un hombre mordió a un perro”: Naciones Unidas llevó a cabo una nueva investigación, a partir de la operación militar israelí y redactó un informe que despega de culpas al Estado judío. Sin embargo, el gobierno turco reaccionó al informe del organismo internacional a través de la retirada de la embajadora de Tel Aviv y la expulsión del embajador israelí de Ankara.
El Informe Palmer, así llamado en honor al Presidente de la comisión, Ex jefe de gobierno de Nueva Zelanda, Geoffrey Palmer, fue convocado por el Secretario General de Naciones Unidas a fin de investigar los sucesos de la flotilla, ocurridos en mayo de 2010, cuando seis barcos, que zarparon de Turquía hacia Gaza, en el marco de un supuesto objetivo humanitario, fueron interceptados por soldados israelíes, a fin de impedir que violen el bloqueo marítimo a Gaza. En el episodio, murieron nueve pasajeros, algunos soldados israelíes resultaron heridos y se generó una crisis en las tensas relaciones entre Jerusalén y Ankara.
Considerando la historia de Naciones Unidas con Israel, era previsible que ese informe representara una réplica del conocido y humillante informe de Richard Goldstone, quien acusó a Israel de delitos de guerra durante la Operación en Gaza en 2009 (acusaciones que más tarde, Goldstone se ocupó de desmentir). En su lugar, el Informe Palmer reitera, una y otra vez, algunas de las acusaciones más absurdas que fueran dirigidas contra Israel. Una de la emitida, por parte de los turcos, sobre que el bloqueo marítimo a Gaza no es legal dado que se permite imponer un bloqueo solo hacia otro país e, Israel, nunca reconoció a Palestina como estado. El Informe Palmer descarta ese argumento legal al destacar “En la práctica, Hamas representa a la autoridad política y administrativa de Gaza”, “Hamas es quien lanza misiles hacia el interior de Israel o permite a otros hacerlo”, y “La ley no funciona en el vacío político”, por lo tanto “Israel estaba autorizada a tomar medidas considerables, a fin de evitar el flujo de armas hacia el interior de Gaza”. Asimismo, existe también un mentiroso argumento según el cual, la flotilla era una “misión humanitaria”. Si eso fuera cierto, sus organizadores no hubieran rechazado la propuesta israelí de desmantelar las mercancías en el vecino puerto de Ashdod. Tal como señala el informe, con claridad, el barco más grande de la flotilla y ámbito de lucha, el Mavi Mármara, contenía escasas mercancías humanitarias a excepción de “alimentos y juguetes que los pasajeros trasladaban en su maletas personales”.
Además, el informe brinda peso a la idea que “el grupo principal de 40 activistas” de la organización islámica conocida como IHH, “´controlaba todas las naves durante la travesía y no pasó por ninguna revisión de seguridad”, al abordar el barco en Estambul. “Queda claro, para la Comisión, que se hicieron preparativos previos, por parte de algunos pasajeros del Mavi Mármara, a fin de oponerse violentamente a cualquier intento de interceptación del barco”. Para decirlo con simpleza; los organizadores de la flotilla se lanzaron al ataque presentándolo después como prueba del delito de Israel. Se trata de una batalla en la que, Israel, salió de su cerco para abstenerse de ello, tanto por medio de pedidos diplomáticos de alto nivel a Ankara como por medio de alertas reiteradas a la flota para que retorne a sus pasos. Es lamentable que, el informe, intente equilibrar la foto a través de la condena por la acción de los soldados israelíes frente a decenas de matones armados con palos y hierros, cadenas, cuchillos y considerando que, dos soldados israelíes, fueron baleados, aparentemente con armas de fuego.
Todo ello hubiera podido despertar algo de consideración en el gobierno turco, tal como ocurrió en el pasado con la adopción del régimen de Asad en Siria. En su lugar, el Primer Ministro, Tayyip Erdogan, multiplicó sus expresiones anti-israelíes al obstinarse en que Jerusalén debe disculparse ante Turquía, indemnizar a las víctimas y levantar el bloqueo sobre Gaza para obtener su perdón.
El Informe Palmer es una referencia tranquilizadora, de la fuente menos esperada, del por qué Israel carece de toda posibilidad sino la de oponerse a esas exigencias. Los turcos aprenderán finalmente que el apoyo a Hamas no es un negocio redituable.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs / CIDIPAL