El Islam latino; fenómeno en crecimiento

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Por José Luis Piczenik
Según Thomas Robert Malthus predecir el futuro poblacional se basa en el estudio de diversas ciencias aplicadas a la realidad actual. La Demografía, la Sociología, la Estadística y la Religión nos permiten preveer esa situación. Mediante la conjunción de estas disciplinas se puede afirmar que en pocos años más el Islam será la religión más populosa de la humanidad.
Hoy posee la tasa de crecimiento más importante del planeta, el número de fieles crece en forma progresiva y se aproxima a los mil quinientos millones (uno de cada cuatro humanos es musulmán) y su proyección en todos los rincones del mundo va en ascenso. Estos números contrastan con los índices de la llamada “demografía judía” que tiene una tasa negativa y su previsión para el año 2035 es que el cincuenta por ciento de sus integrantes sean israelíes. Todo un desafío para las generaciones futuras.
El continente europeo albergara en un par de años más de cincuenta millones de islámicos. Alemania ya supera los tres millones. En Francia su crecimiento cuadriplica el de la religión cristiana y permite afirmar que la población general no decrece gracias a la cultura coránica. Gran Bretaña donde residían no más de 80.000 hace tres décadas hoy superan los dos millones. En Holanda un tercio de los nacimientos es de origen musulmán, dato similar al que maneja la Unión Europea para el año 2025. En Rusia ya no es considerada una minoría, el número sobrepasa los veintitrés millones y en Austria uno de cada tres habitantes será mahometano en menos de una década. Ámsterdam posee el raro privilegio de ser considerada la primer capital islámica del continente donde nacen más niños con el nombre Mohamed que con el de Francois, José o John.
Sus fuertes guarismos de tasa de natalidad mas el considerado saldo inmigratorio permanente forman el concepto. Esta multiplicación religiosa se refleja también en la proliferación de instituciones, templos y centros educativos de la “nueva” mayoría.
África no es ajena al fenómeno. El aumento de las llamadas sociedades de hermandad musulmana y el desarrollo de organización no gubernamentales han permitido un fuerte incremento de dicha cultura en el macizo negro.
Ruanda tras el conflicto desatado en el país en el año 1994 entre facciones rivales duplico su población musulmana. Nigeria tiene un 70%, Togo un 45% y Uganda esta por encima del 40%. Cientos de escuelas, hospitales y dispensarios de salud lucen en su frente el termino “wahhabita saudita”. El apoyo económico y social de los gobiernos de Libia y Arabia Saudita motivan el fenómeno. La predicción de Moamar Kadaffi en su obra “El Libro Verde” donde aseguraba el dominio del Islam por sobre todas las culturas apoyado en su número de profesantes toma ribetes de realidad.
En America Latina la situación no es muy distinta. La presencia musulmana se inicia con la conquista. Esclavos traídos de África introducen el Islam en America donde según algunas teorías ya existían elementos islámicos. Cristóbal Colon en su expedición contaba con dos capitanes emparentados con el sultán marroquí de la dinastía “marinid”, sin embargo es a partir de la segunda mitad del siglo diecinueve cuando se inicia un fuerte proceso inmigratorio y la creación de estructuras organizativas. Miles de jóvenes – en su mayoría procedentes de Líbano, Siria y Turquía – con amplio espíritu libertario y deseos de paz huyen del régimen otomano para tentar sus vidas en estos horizontes. Los llamados “turcos” se ubicaron en las zonas costeras y en los centros urbanos del continente, destacándose su presencia en Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela donde adaptados al proceso laboral lograron una integración armónica con los demás núcleos sociales y culturales de dichos países.
En la segunda mitad del siglo veinte otra oleada cruzo el Atlántico escapando de los conflictos generados en el medio oriente. Su presencia sumada a la ya existente posibilito comunidades mas fuertes y complejas. La zona de la triple frontera donde confluyen Brasil, Argentina y Paraguay fue el destino elegido por los inmigrantes en esa época. Las ciudades de Foz de Iguazu, Encarnación y Ciudad del Este fueron refugio de estos inmigrantes. El sur de Brasil y la costa colombiana fueron otros puntos de radicación. Chile con la llegada de musulmanes y cristianos árabes se transformo en el país de mayor concentración palestina en America.
Muchos son los ejemplos de integrantes y descendientes de estas familias que marcaron el acontecer político de estas naciones, Carlos Menem en Argentina de origen sirio (musulmán), Flores Facusse en Honduras y Saca en Ecuador de origen palestino y el primer ministro de Belice Said Musa de descendencia palestina (musulmán) llegaron a los primeros cargos públicos de sus respectivos países.
Hoy con cerca de seis millones en el continente “el Islam latino” reúne particularidades propias. El aumento de las cifras es producto de una multiplicidad causal. Tras los sucesos del 11 de Setiembre en Nueva York decenas de jóvenes americanos se han acercado a la nueva fe mediante el proceso de “regreso al din”, buscando un apoyo espiritual que no lograron bajo otras formas religiosas universales. La inmigración y el crecimiento demográfico europeo aquí se modifican por la directa conversión al Islam. En su mayoría estos neoislamicos se encuentran en condiciones de pobreza desempleados y desalentados por su posición en la escala social, hecho que fomenta la perdida de fe en las creencias tradicionales y los acerca a nuevas concepciones espirituales.
El ascenso al poder político de ideologías populistas en la región contribuye a la llamada alianza de los países del tercer mundo. Las desigualdades sociales de un continente donde casi el ochenta por ciento de la riqueza se concentra en manos del veinte por ciento de la población y el veinte por ciento mas sumergido solo reúne el tres por ciento conforman el resto de la situación.
Varios líderes políticos de la región ven en su oposición a los intereses norteamericanos e israelíes una causa común con los regimenes totalitarios del mundo árabe. Los intercambios comerciales, los marcos y memorandos de entendimiento y otros acercamientos concluyeron en la formación de un fenómeno global que abarca lo cultural y religioso.
Del lado islámico la posibilidad de un crecimiento religioso-político es bienvenido. Los regimenes del terror ven con su influencia en las Américas la posibilidad de limitar el poder de los Estados Unidos en la región. La milenaria oposición entre chiítas y sunnitas también se recrea en estas latitudes. La fracción chiíta minoritaria del mundo musulmán con mayoría en Irán, Irak, Bahrein y el sur del Líbano encuentran nuevos horizontes desarrollar el numero de adeptos a sus creencias.
Algunos hechos son confirmatorios de los dichos. Venezuela –cuyo ministro del Interior, Tarek el Aissami, es de ascendencia Siria -es representante directo de la ideología “ahmedinajista” en la región. Desde hace dos años una línea aérea une Caracas con Damasco y Teherán en forma semanal. A través de esta vía llegan al país numerosas delegaciones musulmanas, cuyos propósitos no están del todo definidos. Versiones periodísticas aseguran que el partido Socialista Unido de Venezuela envía jóvenes al Líbano a recibir entrenamiento de combate y a su regreso al país los prepara para la confección de armas de fuego y explosivos. El partido Hizbolla Venezuela cuyo antecedente es el Movimiento Guaicaipuro de Liberación Nacional difunde la conversión al Islam de los indígenas Wayuu en la guajira venezolana e impulsa las referidas practicas de organización armada para convertirlos en los guerreros del Islam americano.
En Colombia, donde la cultura islámica data de varios siglos tres son las comunidades centrales, Maicao, Bogota y Buenaventura. En Maicao se encuentra la más grande mezquita de habla hispana. Bogota con una población musulmana de más mil fieles obtuvo más de un cincuenta por ciento de los mismos a través de la conversión y en Buenaventura todos los miembros de la organización islámica local son conversos chiítas, algunos de ellos ex estudiantes de la Universidad del Islam en Teherán que fueran apoyados económica y logísticamente por Irán.
Brasil, donde se centraliza la mayor comunidad del continente – con más de un millón de habitantes – reconoce a través de las autoridades del Centro Islámico que el número de adherentes a la causa es cada vez más importante. Chile recibió el año pasado decenas de refugiados expulsados del régimen de Saddam Hussein, ocupantes de la frontera sirio-iraki. La comunidad local los albergo con beneplácito en la fecha conmemorativa de la “Nakba palestina”.En Guyana el diez por ciento es musulmán. Perú y México, ambos con importantes elementos indígenas son otros ejemplos del crecimiento del Islam. El movimiento campesino de Chiapas reúne decenas de chapanecos que abrazan la fe del Coran. Honduras cuenta con mas de doscientos mil palestinos y ocupa el segundo lugar en Latinoamérica. El incremento poblacional se ve acompañado del aumento significativo de mezquitas, centros de estudio y generación de espacios de comunicación masiva (radio, televisión, portales y páginas web) donde se invita a participar a nuevos miembros.
Los Estados Unidos e Israel han mostrado su preocupación al respecto y sus respectivas cancillerías han advertido sobre los riesgos que podría generar a corto plazo dicha situación. Semanas atrás se reunió la primer Convención Internacional de Diálogo entre Israel y América Latina en Rishon Letzion con la presencia del Ministro de Información y Diáspora, marco en el cual se analizaron diversos tópicos, entre ellos el aumento del antisemitismo en el continente que obedece entre otras razones a lo expuesto.
En estos días el Ministro de Relaciones Exteriores israelí visitará Brasil, Argentina, Colombia y Perú. El vice ministro hará lo propio con Honduras y el Ministro Aharanovitz viajara a Costa Rica y Panamá. Todos con el espíritu de fortalecer los lazos históricos existentes entre las naciones americanas y el estado judío. Es dable recordar que trece de las treinta y tres manos que se alzaron a favor de la independencia israelí provinieron de delegados de naciones americanas y cabe asegurar que en la mayoría de los casos los pueblos latinoamericanos mantienen su apoyo y solidaridad a las causas de la paz mundial.

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