Por Julián Schvindlerman
El mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad, hizo su primer viaje a Ecuador en 2007, con ocasión de la asunción presidencial de Rafael Correa. Al año siguiente, el presidente ecuatoriano visitó Irán, y al poco tiempo se abrieron embajadas respectivas. A partir de entonces muchos acuerdos de cooperación fueron firmados. Esta visita busca reforzar la alianza entre ambos países, en el marco de un viaje regional que incluye también a Cuba, Nicaragua y Venezuela. El relieve político de esta gira es evidente a la luz del momento de aislamiento iraní en la constelación global.
Irán busca respaldo político y Ecuador estará dispuesto a darlo. Cabe recordar que Quito junto con La Habana fueron los únicos dos países que votaron a favor del programa nuclear de Irán en la reunión de la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica el pasado mes de noviembre. Apenas un año antes de la primera visita oficial de Correa a Teherán (la cual ocurrió en 2008), el intercambio comercial bilateral era de unos pocos miles de dólares anuales, desde entonces ha crecido, pero todavía se mantiene a niveles modestos. En la actualidad, los dos países tienen convenios firmados en el área de las inversiones, el comercio, la agricultura, la industria, la salud, la educación, el transporte y la energía.