La escasez de agua es el mayor problema que enfrenta Medio Oriente

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Por Samuel Leillen
Oriente Medio se halla cuesta abajo en una pendiente implacable: la falta de agua, que obliga a aplicar urgentes procesos de adaptación, contemplando medidas en dos direcciones:
A. Incrementar la oferta: Reservas subterráneas, importación, desalinización, acuerdos internacionales procesos que requieren capacidad de adaptación política.
B Administrar la demanda: racionalización del consumo (precios, distribución, etcétera) procesos que requieren capacidad de adaptación social.
Hay quienes sostienen que siendo el agua un “recurso natural”, es un “don divino”, por lo que resulta ilegítimo ponerle limitaciones de precio o de consumo. En Jordania, por ejemplo., cuando las autoridades comenzaron a limitar las excavaciones de pozos de agua, la protesta social fue muy aguda.
El agua es un producto de difícil administración económica y en el Medio Oriente requiere esfuerzos ciclópeos. Investigadores anuncian que para el año 2015 la escasez habrá de ser insoportable.
El AFED Arab Forum for Environmente & Development, resume que cada habitante de la región deberá conformarse con 500 m3 anuales, cuando el promedio mundial gira alrededor de los 6,000 m3 anuales.
Datos: agua y los países árabes
Según el IFAD (International Fund for Agricultural Development):
. La región árabe cubre unos 14 millones km2, de los cuales 87% son desérticos.
. El promedio de lluvias es de 156 mm anuales, y su distribución no es homogénea.
. Un 90% de las precipitaciones se pierden por evaporación.
. Mientras en el mundo las áreas agrícolas regadas por lluvias constituyen el 80% del territorio que se dedica a la agricultura, esto no ocurre en los países árabes.
. El sector agrícola es el mayor consumidor de agua: requiere el 83% del agua disponible!
. Un 37% de la fuerza laboral depende de la agricultura, mientras que en algunos países los datos son más exigentes, por ejemplo, 50% en Yemen.
. La contribución de la agricultura al PIB es mínima, variando entre 0.3% en Kuwait y Qatar hasta 34% en Sudán el promedio general regional es del 12.5%.
. La escasez de agua tiene influencias lamentables en el nivel de salud de la población. Las enfermedades renales son frecuentes en el Medio Oriente y su tratamiento requiere sumas fantásticas.
Administración de la oferta
1. Reservas subterráneas. El Medio Oriente es una región con abundantes aguas fósiles. Decenas de miles de años atrás, la región era rica en aguas, que fueron absorbidas por el suelo y en la superficie quedaron arenas. En las proximidades de Ryad, capital de Arabia Saudita, hay pozos de agua de 1,100 m de profundidad. Lo mismo ocurre en países como Iraq, Jordania, Irán.
En Israel son cinco las fuentes de agua: el Mar de Galilea, los acuíferos de la costa, los acuíferos de la zona de montañas, agua desalinizada y precipitaciones naturales. (Los acuíferos son formaciones geológicas subterráneas de las cuales se pueden extraer cantidades significativas de agua). El abastecimiento primordial es por intermedio del “Complejo Conductor de Aguas de Mekorot” (Hamovil Haartzí) que a lo largo de 130 kilómetros transporta aguas del Mar de Galilea hasta el norte del desierto del Negev.
2. Importación de agua virtual. El agua utilizada en el proceso de producción de un bien cualquiera (agrícola, alimenticio, industrial) ha sido denominada “agua virtual”, concepto introducido en la década de los noventa. Este es el tema central que habrá de proporcionar la solución del problema hídrico del Medio Oriente.
El comercio de agua virtual puede permitir a los países de escasos recursos hídricos evitar lo que hasta hace muy poco se consideraba una probable e inminente crisis. Casi la única condición requerida es que esos países tengan un nivel económico que les permita comprar en los mercados internacionales los alimentos portadores de agua virtual.
Si un país exportara un producto que exige mucha agua virtual para su producción sería equivalente a que estuviera exportando agua, pues de este modo el país importador no necesita utilizar agua nacional para obtener ese producto y podría dedicarla a otros fines. La importación de agua virtual está facilitando que los países pobres en recursos hídricos consigan seguridad alimentaria e hidrológica, pudiendo destinar sus limitados recursos hídricos a fines más lucrativos: turismo, industria, producción de cosechas de alto valor, etc.
Desalinización
La desalinización consiste en quitar la sal del agua del mar o de las aguas salobres, para hacerlas potables o útiles para otros fines. Existen diversos sistemas en más de 15 mil plantas desalinizadoras en el mundo, y el número sigue creciendo.
Es un proceso que exige importantes fuentes energéticas, y la utilización de gas natural redujo notablemente los precios.
La planta de desalinización por ósmosis invertida de Hadera es la más grande del mundo en su tipo, con una capacidad de producción de 120 millones m3/año. Funcionan dos plantas más, en Palmachim y Hadera, y para el próximo año se anuncian nuevas plantas en Ashdod y Soreq. Eilat utiliza agua desalinizada desde hace ya muchos años.
En Bahrain, Omán, Emiratos Árabes funcionan diversas plantas de desalinización. En Arabia Saudita funcionan ya 14 plantas desalinizadoras.
Acuerdos internacionales
En el Medio Oriente hay aguas internacionales en cantidades importantes. Parte de esos recursos son “superficiales”, como los ríos y los lagos que atraviesan países diversos, o “subterráneos” de los cuales surgen manantiales transfronterizos.
La comunidad mundial acordó normas específicas en las “Reglas de Seul” que protegen el principio del uso conjunto, equitativo y razonable, para el desarrollo y manejo integrados de las aguas superficiales y subterráneas como sistema de suministro hídrico.
Según esas reglas, un país no puede acaparar el agua, y su utilización debe acordarse en negociación internacional según las definiciones establecidas en la Convención. El país donde nace el río o la fuente de agua, no tiene privilegios especiales. Tampoco los tiene el país donde surge un manantial de una concentración subterránea transfronteriza. A pesar de que el acuerdo no obliga cumplir sus disposiciones, constituye un marco normativo efectivo (Israel no firmó el acuerdo).
Cuando un país toca algún punto de aguas internacionales, se define como “ribarian state” estado ribereño. Por ejemplo, el río Hatzbani, afluente del Jordán, nace en Líbano, lo que hace a este país un “país ribereño” del Jordán y del Mar de Tiberíades.
Las aguas más “complicadas” son los manantiales: ¿dónde se originan? ¿A quién pertenecen?
Un ejemplo, es el río Dan, otro afluente del Jordán: brota en Israel a 10 metros de la frontera con Líbano y provee 250 millones de m3, realidad que en varias oportunidades provocó amenazas de conflicto armado.
Pero las naciones entendieron muy bien que las guerras no abastecen agua ni aportan soluciones a los desequilibrios en el balance hídrico. Por eso saben que en estas situaciones hay que negociar y hasta la fecha se han acordado cientos de convenios al respecto.
Río Nilo: Se trata de 84 mil millones de m3, de los cuales 55.5 van a Egipto y 18.5 a Sudán. Eritrea contribuye al Río Nilo con el 0.8% de sus aguas, pero reclama ser “estado ribereño” del importante curso fluvial que tiene relación con 10 países antes de desembocar sobre el Mar Mediterráneo en Egipto.
Río Tigris y Río Éufrates: los dos ríos que definen la Mesopotamia: el primero fluye desde las montañas de Anatolia a través de Irak, y el segundo nace en Turquía y fluye por las montañas de Anatolia hacia Siria y posteriormente Irak.
Los turcos construyeron 22 diques en su territorio, en especial para abastecer de agua a las zonas kurdas. El propósito era “serenar” a los kurdos y evitar que se trasladaran a otras zonas dentro de Turquía en búsqueda de fuentes de supervivencia.
Los acuerdos definen 50% para Turquía, 20% para Siria y 30% para Irak.
Río Orontes: El “río rebelde”, pues fluye de sur a norte: nace en Líbano, atraviesa el tercio oeste de Siria y se vuelca al Mediterráneo en Turquía. Longitud 571 kilómetros, caudal 420 millones m3/año.
Líbano y Siria firmaron un acuerdo de utilización de las aguas, el 80% para Siria, que se opone rotundamente a facilitar agua a los turcos.
Cuenca del Jordan: Se presenta como un modelo casi ideal de los conflictos que puede conllevar un recurso compartido. El Plan árabe de 1954 mantenía el principio de uso del agua dentro de la cuenca natural del río, pues su desvío resultaría perjudicial. Comenzaron las gestiones de Eric Johnston (1953-1956), y los principales elementos del Plan resultante de las negociaciones Plan Unificado- eran la aceptación del uso del agua fuera de la cuenca y las cuotas acordadas: Jordania 720 Mm3, Israel 400 Mm3, Siria 132 Mm3 y Líbano 35 Mm3.
La negociación Johnston puso de manifiesto que una solución técnica de los problemas del agua y de los refugiados no era posible sin un primer acuerdo a nivel político. También dejó claro que la cuestión del agua constituye un elemento central en la estrategia de seguridad del Estado de Israel y, por tanto, también un factor básico en su estrategia militar.
Administración de la demanda
Todas las medidas señaladas hasta ahora, que tratan de mejorar la oferta del producto, no resultan suficientes por lo cual es necesario intentar también disminuir el consumo. Estamos hablando de procesos que requieren capacidad de adaptación social.
En Israel, por ejemplo, era costumbre, como en muchos países, permitir el uso ilimitado de agua, lo que llevó a circunstancias irreparables y a la imperiosa necesidad de enfrentar el tema vía la demanda. Al escasear el agua, incluso hubo que hacer un reajuste en los lemas nacionales: la agricultura era un producto con visos de ideología, el trabajar la tierra era fundamento de la soberanía. La redacción de las aspiraciones sionistas fueron “ajustadas”;
Los países del Medio Oriente se van amoldando a la realidad que las reservas de agua son cada vez menores y que hay que tomar urgentes medidas también por el lado del consumo. Esto significa enfrentar desafíos integrados por varios componentes:
1. Organizativos: se deben constituir organismos e instituciones en la sociedad que contemplen los mecanismos de reducción de la demanda, por ejemplo los precios.
2. Tecnológicos: el incremento del conocimiento es sumamente importante, pues ayuda al ahorro de agua. Las transformaciones tecnológicas exigen no quedarse en los esquemas tradicionales.
3. Modernización: es parte integral del proceso de cambios tecnológicos, tanto en la parte conceptual como en los distintos aspectos de la vida cotidiana.
4. Culturales: los múltiples cambios de mentalidad y realidad, provocan problemas sociales de adaptación. Uno de los más difíciles en el Medio Oriente es el acostumbrarse a pagar por el consumo de agua.
5. Financieros: todos los desafíos señalados, requieren recursos financieros de gran magnitud, en particular en R&D investigación y desarrollo.
Finalmente, señalemos que de prosperar los intentos de conversaciones de paz, la solución del conflicto israelí-árabe sobre los recursos hidrológicos se impone con toda urgencia, ya que palestinos y jordanos se encuentran en una situación límite de carestía y los israelíes están muy cercanos a este límite.
Fuente: Aurora Digital

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