La guerra cibernética afectaría al mundo entero

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Por Edu Zamo
En la excelente trilogía “Milenium” del escritor sueco Stieg Larsson, Lisbeth Salander, una heroína problemática y brillante hacker, quien actúa bajo el seudónimo Wasp, nos muestra el increíble poder de la informática en el siglo XXI. Casos reales, como la filtración de miles de documentos secretos americanos, confirman los graves riesgos de seguridad en la red.
Un nuevo capítulo del conflicto árabe-israelí, con ataques de hackers islámicos contra sitios institucionales hebreos (bancos, bomberos, la aerolínea El-Al), provocó la respuesta del Estado judío. Un israelí que se identificó como Omer Cohen colgó en internet información personal y detalles de tarjetas de crédito de miles de ciudadanos saudíes y paralizó la Bolsa de Ryad. Durante la última semana continuaron los ataques cruzados.
Un frente de tal peligrosidad implica una rápida intervención de los Estados. Ninguna nación está libre de ataques terroristas en su ciber – espacio. Hace pocos días, un jerarca policial de un país tan democrático y pacífico como mi Uruguay, declaró que tomaban muy en serio los “cada vez más frecuentes ataques a sitios oficiales”.
El ejército israelí, por su parte, ha creado unidades de elite con expertos informáticos para la lucha contra ataques cibernéticos, previendo que piratas de países enemigos puedan poner en jaque sus servicios de seguridad. En los últimos meses se reclutaron alrededor de 300 jóvenes para enfrentarse a lo que consideran “una amenaza creciente”. Se trata de organizar y reforzar unidades destinadas a aumentar la seguridad en la red, además de desarrollar un nuevo software y capacidades con la colaboración de empresas expertas en tecnología punta.
“Lo peor está por llegar”
El vice-Canciller Dani Ayalón calificó de “ataques terroristas” los incidentes cibernéticos y advirtió que Israel “responderá con fuerza a los hackers que dañen la ciber soberanía israelí… el ciberespacio parece ser el nuevo campo de batalla y nuestros oponentes no serán capaces de vencernos tampoco en ese plano”, declaró. Gabriel Weiman, profesor de la Universidad de Haifa y que supervisa el uso de internet de movimientos y países enemigos, explicó que los piratas que invaden bases de datos no son más que “la punta del iceberg de la actividad terrorista en la red“, y subrayó que “las organizaciones armadas islámicas se están concentrando ahora en el uso de las redes sociales para atacar a las democracias“.
Según los expertos hasta ahora las consecuencias de esta ciber-guerra han sido mínimas. Yael Shajar, docente de tecnología aplicada al terrorismo, declaró que “todavía no estamos ante una guerra, pues para ello se necesitan muchos recursos y la participación estatal. Lo que pasó en Irán sí es una guerra cibernética, donde existió información precisa desde adentro, y se lanzaron ataques que golpearon directamente su programa nuclear”.
Según Shajar “los países árabes y en particular los saudíes están mucho menos preparados que Israel para este choque, nuestro potencial es muy superior al de ellos y ellos lo saben perfectamente. Por eso mismo quizás esta sea en realidad una maniobra camuflada de la dictadura iraní”.
Jerusalén ha establecido un comando cibernético militar apuntando a un posible choque con Teherán. El nuevo comando informa directamente a Biniamín Netanyahu, quien ha priorizado el programa en el marco de la sofisticada estrategia militar hebrea. “Israel debe convertirse en una superpotencia mundial cibernética”, afirmó el primer ministro. El centro, que se ha creado bajo los auspicios de la unidad de inteligencia militar 8200 ya ha realizado una serie de misiones “suaves” de espionaje. Según una fuente de Defensa, Israel tiene dos objetivos principales en el ciber-enfrentamiento con Irán: “el primero detener su programa militar nuclear, y el segundo la infraestructura del país… si nos vemos obligados a atacar ambos, paralizaremos Irán a un nivel nunca visto”.
Fuente: Aurora Digital

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