Por Beatriz W. De Rittigstein
Varios opinadores y articulistas en los medios ligados al Gobierno nacional han revivido ciertos episodios del pasado, en un intento de descalificar al candidato opositor y a su entorno político cercano.
Una de las tretas más repetidas es acusar a Capriles de haber pertenecido al movimiento Tradición, Familia y Propiedad, cuando se instaló en Venezuela, a mediados de los 80; en ese entonces, el actual candidato opositor era un adolescente. En el semanario Kikirikí se afirmó: "En algún sitio debe haber una foto en donde aparezca Capriles, que aunque no lo recuerdo, con toda seguridad estaba allí", refiriéndose a las marchas del TFP. Algunos, más exagerados, señalan que Capriles fue uno de sus fundadores en 1961 ¡cuando aún no había nacido!
Otra falsedad que, de tanto repetirla pretenden convertirla en verdad, es destacar a Capriles y a Leopoldo López como miembros de una incipiente corriente nazi en el país, hacia 1997. Nos remiten al programa "A puerta cerrada" de RCTV, moderado por Marietta Santana, bajo el título "¿Neonazis venezolanos? Increíble pero cierto", advirtiendo que ambos estuvieron presentes. Al revisar dicho programa, comprobamos que ni Capriles ni López participaron; sino un trío de jóvenes que se autodenominaron neonazis: Leroy Luzardo, Nicola Di Napoli y Diego Cavalieri.
Estas mentiras tienen patas cortas, se desenmascaran con facilidad y forman parte de un antagonismo deshonesto, con un claro propósito. En realidad no pueden dar los resultados esperados, más bien son contraproducentes, pues nos hacen desconfiar acerca de la necesidad de recurrir a argumentos ficticios para desprestigiar al contendor; y, preguntarnos cuántas otras argucias esgrimen y en asuntos verdaderamente serios.