Lunáticos de izquierda contra Israel

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Por Alan Dershowitz 
Debe ser el calor del verano. La verdad no lo sé. El caso es que los lunáticos de izquierda parecen estar más locos que de costumbre cuando se trata del Estado de Israel y del pueblo judío. Oliver Stone nos pide que miremos el lado positivo de Hitler y Ahmadinejad, mientras decide imitar a sus dos héroes, denunciando apasionadamente el control judío de los medios de comunicación (dicho sea a su favor, Stone se ha disculpado por sus tremendas afirmaciones).
Según Newsweek, Meg Ryan ha cancelado una presentación programada en el Festival de Cine de Jerusalén, a pesar que se sabe que en este evento se proyectarán películas a favor de la paz e incluso, filmes pro-palestinos. Los representantes de la actriz insistieron en que Ryan nunca acordó su asistencia al festival. Si eso fuera cierto, sus agentes deberían ofrecer una aclaración oficial, negando que ella haya boicoteado, o que tuviera intenciones de boicotear un evento cultural en Israel.
La ONG "Médicos sin Fronteras" establece repentinamente límites cuando se trata de médicos israelíes que volaron al Congo para atender a 50 pobladores, severamente afectados por quemaduras. Los voluntarios israelíes trabajaron 24 horas al día, curaron víctimas y se ocuparon de capacitar a los profesionales locales sobre lo relacionado con injertos de piel, donando toneladas de equipamiento médico. Pero los prejuiciosos miembros de Médicos sin Fronteras se negaron a colaborar con ellos, tratándolos como si fuesen ocupantes ilegales. Esto no debería sorprender a los que vienen siguiendo a esta ONG desde hace años. La Dra. Marie Pierre Allie, presidente de la filial francesa de la organización, declaró que las acciones de autodefensa de Israel en Gaza fueron peores que el genocidio cometido en Darfur, en Sudán. ¡Sólo un ciego lunático de izquierda podría hacer tal comparación! Como bien lo dijo un crítico, estos son médicos "con fronteras" pero sin ningún escrúpulo.
J-Street, una pretendida organización de izquierda pro-israelí, ha lanzado un spot publicitario en televisión, sugiriendo que yo estoy en desacuerdo con la paz entre Israel y los árabes y que además, coincido completamente con Rush Limbaugh y Sarah Palin en la idea de enfrentar los dos estados y en el apoyo a la ocupación territorial por parte de civiles. Cuando dije que todo eso era una gran mentira, el director de J-Street reconoció públicamente que Dershowitz apoya la idea de una solución de dos estados, pero mantuvo su mentiroso spot televisivo sin cambios.
Los radicales de izquierda, quienes apoyan la ampliación de la ley sobre violación, para incluir en ella la cuestión de la obtención de sexo mediante engaños, cargan contra Israel cuando el Estado judío, de hecho, ha promulgado tal ley y la ejecuta. Una corte israelí sentenció a un esposo árabe a varios meses de prisión por tener sexo con una mujer luego de engañarla, diciéndole que él era un judío soltero que quería casarse con ella. Los tribunales de justicia israelíes ya han aplicado antes esta ley para condenar a hombres judíos que se valieron de tales engaños, con iguales propósitos. A pesar que personalmente considero que dicha ley está seriamente equivocada (a excepción de los casos extremos, como mentir sobre si es enfermo o no de SIDA), me parece extremadamente hipócrita la postura de los radicales de izquierda, quienes generalmente eligen tales dictámenes para usarlos a modo de mazo con el cual desquitarse únicamente con Israel y nada más.
La universidad francesa Provence Aix Marseille canceló la conferencia de un escritor que iba a tratar la cuestión acerca de "escribir hoy en la región del Mediterráneo: intercambios y tensiones"; la causa fue que unos anónimos participantes se habían rehusado a tomar parte en un diálogo que incluyera a un autor judío israelí. Este centro académico hubiera estado orgulloso de invitar a cualquier reconocido autor israelí, pero la conferencia en cuestión no pudo llevarse a cabo ya que el director de la escuela, dicho sea a su favor, no hubiera permitido una conferencia dirigida por prejuiciosos que excluirían a otros por su religión o su nacionalidad.
También hay lunáticos de izquierda del otro lado. Un rabino israelita escribió un libro en el cual justifica la matanza de no judíos, pero no de judíos que ponen en peligro el Estado de Israel. El gobierno de Israel lo ha acusado por incitación al racismo. Otros extraños rabinos de izquierda quieren tomar el control sobre las conversiones al judaísmo, declarando que las personas que han sido convertidas por rabinos conservadores o reformistas no son judías. El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, se opone a toda regla de conversión que fomente la alienación y división de judíos alrededor del mundo, pero algunos rabinos insisten en monopolizar la decisión sobre quién es y quién no puede ser judío.
Me temo que el sólo efecto del calor veraniego no alcanza para explicar la conducta de estos lunáticos. Las opiniones absurdamente extremistas que se tienen sobre Israel y sobre los israelíes, parece levantar su fieras cabezas a lo largo de todo año, sin preocuparse demasiado por las elevadas temperaturas.
Y ya que hablamos de temperatura, Clare Short, la ex Secretaria de Estado para el Desarrollo Internacional, durante el gobierno Laborista en el Reino Unido, afirmó que Israel provocará la extinción de la raza humana. Bueno, no, ella no estaba citando algún pasaje del Apocalipsis, sino más bien centrando su absurda afirmación sobre la "fantástica" idea de que Israel es el culpable de desviar la debida atención que la comunidad internacional debe poner sobre el problema del calentamiento global, lo cual provocará, claro está, un "apocalipsis climático". Ciertamente, no China, no los Estados Unidos u otros grandes países contaminadores, sino el pequeño Israel, quien, casualmente, es una de las naciones del mundo con mayor conciencia ambiental, es ahora acusada de un nuevo delito – calentamiento global – por estos delirantes lunáticos de la izquierda.
¿En qué medida la gente racional puede considerar seriamente esta clase de distorsiones mentales? Falta de argumentos, ausencia de hechos inapelables, ninguna búsqueda de certezas: al parecer, nada de eso tiene valor para los mendaces prejuicios de estos extremistas.
No obstante, toda la gente de buena voluntad debe continuar su lucha por la verdad y la razón, incluso – y tal vez especialmente – cuando se trata del Estado judío y de los judíos.

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