Por Gabriel Ben-Tasgal
Para algunos israelíes, la concepción en temas de seguridad parece haberse quedado estancado en los conceptos de la Guerra de los Seis Días. Por aquellos días, el frente de batalla se situaba por delante y la retaguardia podía continuar con su vida diaria con más o menos angustias. Por lo visto, la próxima guerra confundirá aún más estos conceptos. Más aún… algunos aseguran que la retaguardia civil será el frente.
El periódico israelí Maariv (2.5.2008) publicaba una crónica de Ben Kaspit en donde el periodista descubre la conformación de un grupo de 30 personas llamado “Joshbim” (Pensamos). Se trata de una comisión de profesores y expertos en temas de seguridad nacional y política del medio oriente, liderados por el Jefe del Mossad Meir Dagan, el Jefe del Shin-Bet (Inteligencia Interna) Yubal Diskin, el Jefe de Amán (Inteligencia para países de la zona) Amos Yadlin y el representante del gobierno (y ex jefe del Shin-Bet), el ministro Ami Ayalon. El objetivo de la comisión “Joshbim” era simple: preparar a la población civil para hacer frente a una guerra – quizás no convencional – que los sitúe en el frente de batalla.
Resulta importante situar la concepción estratégica de Israel desde su independencia hasta hace muy poco tiempo. Las premisas israelíes decían que: a) Israel no posee profundidad territorial y por lo tanto, un ataque exitoso de un ejército árabe, por ejemplo desde Tulkarem en Samaria, puede cercenar el país ya que la distancia entre ésta ciudad palestina y la ciudad israelí de Natania es menor a 20 km. b) La economía israelí no puede soportar una guerra de larga duración, entre otras cosas, por las limitaciones económicas existentes. De acuerdo a dichas premisas, las guerras de Israel debían ser batallas muy rápidas y contundentes pero, por sobre todo, en territorio enemigo.
Cuando Israel conquistó amplios territorios (como por ejemplo el Sinai en la Guerra de 1967), dicha realidad ciertamente amplió la profundidad territorial de Israel lo que la obligó a modificar un poco su perspectiva en temas de seguridad desarrollando una línea de bases (Línea Bar-Lev) en la frontera egipcia.
La segunda Guerra del Líbano fue una muestra contundente de que la anterior perspectiva tiene poca lógica en la actualidad. Los misiles de Jizballah pretendían corroer la retaguardia civil.
La próxima guerra – para los más pesimistas – puede visionarse como una lluvia de mísiles sobre Tel Aviv. No hablamos de Kassam o de misiles Grad (los que dispara Hamás en la actualidad), sino misiles con una cabeza de media tonelada de explosivos en el caso más feliz. Los especialmente pesimistas hablan de misiles con cabeza no convencional (químicas, biológicas o atómicas).
Ami Ayalon fue especialmente claro en este punto: “Nosotros pensamos que vivimos aún en los días de los Seis Días pero se terminó. Los sirios se han aprendieron la lección… ellos saben que no pueden luchar contra Tzahal con tanques o con la aviación… ellos se avocan a desarrollar misiles. Misiles normales y también químicos, ellos consideran que la parte más débil de Israel es la retaguardia. Lo que nosotros llamamos el frente civil. Creen que la manera de llevar a Israel a un cese de fuego es un daño continuo, dramática y dura en su retaguardia. Incluso si conquistamos territorios en Siria, seguirán disparando misiles. Como en la última guerra pero con mayor potencia y en todo el territorio nacional”.
Si frente a un objetivo militar se precisan medidas militares, en “Joshbim” consideran que se debe desarrollar un claro y decidido programa de reforzamiento de la retaguardia bajo permisas y pensamiento civil. Una futura guerra de misiles puede provocar que el ciudadano israelí permanezca varias horas, días o semanas en un refugio anti-bomba. ¿Hay una planificación sobre lo que podrían hacer los ciudadanos encerrados?, ¿Hay suficientes refugios bien preparados para siete millones y medio de habitantes?
Desde el punto de vista militar neto, Israel ha desarrollado un sistema de misiles anti misiles denominado “Jetz” (Flecha) que ha conseguido – por lo menos en los ejercicios – un éxito sorprendente. Un radar calcula la trayectoria de un misil disparado desde oriente para luego disparar otro misil que lo intercepta y destruye en el aire. Aunque los “Jetz” pueden derribar misiles de largo alcance… Israel no posee un sistema para derribar misiles pequeños como las Katiusha de Jizballah o los Kassam de Hamás.
Hace una semanas, el nuevo jefe de la aviación israelí, Ido Nejushtán planteó en una conferencia en el Centro Interdisciplinario de Hertzlia sobre la problemática de enfrentarse contra una amenaza que: a) Actúa de manera irracional ya que considera que la muerte de sus propios ciudadanos provocará beneficios para la causa ya que despertará contra Israel a la opinión pública. b) La retirada unilateral de Gaza (2005) y del sur del Líbano (2000) dejaron un vació en manos de Hamás y de Jizballah respectivamente, en donde es muy difícil conseguir información de espionaje confiable. La falta de información disminuye la posibilidad de desarrollar una respuesta rápida y apropiada frente a amenazas posibles. c) los enemigos están mejor armados, financiados y entrenados. La posibilidad de que estos accedan a armas no convencionales se ve como “posible”.
Analistas militares agregan un cuarto punto importante de señalar. Se observa una dificultad seria basar los ataque militares israelíes principalmente en la aviación sin un entrenamiento adecuado de los soldados de infantería. Una de las conclusiones post Guerra del Líbano (2006) fue el aumento considerable de los entrenamientos de las fuerzas terrestres israelíes.
Israel puede preparar a su población para un combate muy diferente a lo conocido hasta el momento. Israel puede desarrollar sistemas de defensas más complejos para dar una respuesta mejor ante los peligros de grupos y entidades terroristas. Lo que nadie duda en la actualidad es que Israel no puede permitir el acceso a armas no convencionales a los países árabes y en especial, a aquellos identificados claramente con el terrorismo.
“Israel no será la primera en introducir armas nucleares en el medio oriente”, algunos asignan esta frase al ex primer ministro Levy Eshkol mientras que otros creen que lo dijo Shimón Peres. Esta frase, personificaba la política israelí en los años 60 y 70. Más tarde, algunos líderes israelíes agregaron que “Israel no será la primera pero tampoco será la segunda”.
La destrucción del reactor irakí de Osirak en 1981 y la (cuasi) asumida destrucción del reactor sirio por parte de Israel el 6 setiembre de 2007 son un mensaje claro acerca de la posición israelí en materia de desarrollo nuclear en los países vecinos.
Por el momento, las autoridades en la materia afirman que Irán no posee aún capacidad nuclear. El Ministro de Transporte y ex Ministro de Defensa afirmó hace semanas que, según su evaluación, Irán poseería dicha capacidad durante el 2009. Por el momento, Israel espera que la presión internacional consiga detener los planes apocalípticos de Ahmadinayed.
Por las dudas… es de suponer que Israel estudia alternativas.