Por Rabino Iona Blickstein
Cita la Torá: “El Eterno dijo a Abraham: Vete de tu tierra, y de tu lugar de nacimiento, y de la casa de tu padre “(Bereshit, 12:1) y Rashi: “vete por tu propio disfrute y para tu propio bien”, será un bien para ti.
Hay quienes explican que Abraham ya estaba en camino a Eretz Israel cuando HaShem se reveló ante él y le dijo “Lej-Leja, Vete, sigue andando”.
Todo debe comenzar con el despertar terrenal, con el encendido de la chispa interna de la persona, será entonces que le llegará la ayuda celestial. Abraham buscó al Creador, al dueño de la creación, busco la fuente fue entonces que HaShem se manifestó y le dijo: “Yo soy el dueño de la casa “
Hay otra explicación: Habrán obstáculos, molestias, impedimentos, pero sigue, no te detengas, no veas las dificultades como señales que indican que tu camino es equivocado, porque no es así, sigue tu camino sin parar.
Abraham se enfrenta una y otra vez ante eventos que se ven como la destrucción de toda su fe. La prueba más difícil es aquella que es consecuencia de una terrible y amarga decepción, lo que se siente como si fuese un cambio de dirección por parte de D-s.
Cuando comenzó a convencer a la gente de la nulidad de la idolatría y el incentivo para creer en un D-s único, HaShem le dice: Lej –Leja, “Vete por ti”.
Cuando llegó a Eretz Israel, enseguida tuvo que bajar a Egipto por causa del hambre, su mujer, estéril, fue llevada a la casa del Faraón, y se casó con Hagar, su esclava, con quien tuvo un hijo y los expulsó. Quiso establecerse y propagar la fe, pero tuvo que formar un ejército para salvar a su sobrino Lot.
Estaba dispuesto a continuar su labor espiritual y tuvo que practicarse la circuncisión. Su esposa Sara, tuvo un hijo y fue ordenado a ofrendarlo a HaShem. Su hijo, Itzjak, se salvó, su esposa Sara murió. No encontró lugar para enterrarla, en la tierra que le prometió D-s. Después que rogó, se inclinó y pagó permitiéndole enterrarla.
El Santo bendito es, pone a prueba a Abraham para saber cuánto está atado a su destino, al destino de Eretz Israel, cuanto está dispuesto a sacrificar, a sufrir, D-s le dice que cada dificultad es una experiencia para elevarlo a un nivel superior de apego a la Tierra Prometida y a los valores que le enseñó.
Las pruebas son un desafío, no fácil, pero fortalecen. La historia judía escribió páginas llenas de desafíos a los cuales el pueblo del Señor, respondió, por eso estamos en el mapa, cuando muchos naciones y culturas son solo material de estudio para historiadores y arqueólogos. Tenemos un estado donde el judaísmo y la ciencia van juntos para el florecimiento espiritual y científico, donde la mano está extendida para colaborar por el bien de la humanidad toda, sin ninguna condición previa, solo una justa petición tiene el estado judío, que se le reconozca como tal, por el derecho que nos da la Biblia. Que sepan las naciones del mundo que los hijos de Abraham el patriarca “siguen andando”.