Por Guido Maisuls
Es innegable la gran ola de especulación, ansiedad y temor colectivo ante la probable situación de que Israel se vea forzado a una eventual guerra defensiva en todos los frentes.
Los actuales acontecimientos en el Medio Oriente no son novedosos ni sorpresivos pues el desarrollo del conflicto continúa en crecimiento y el gran interrogante es saber lo que ocurrirá en el corto y mediano plazo.
En mi opinión, se aproxima para Israel una realidad de escenarios altamente conflictivos que pueden amenazar seriamente su seguridad aunque cuente con grandes recursos éticos, humanos, tecnológicos y militares a su favor.
Cicerón nos decía que la legítima defensa: "Es de derecho natural defenderse del enemigo, es una ley sagrada, ley no escrita, pero que nace con el hombre. Ante un ataque injusto, todo medio de salvación es legítimo."
La legítima defensa es una reacción natural, necesaria, justa y proporcionada que se realiza para neutralizar, anular o alejar cualquier peligro de un ataque artero, desproporcionado, devastador e injusto. Si una nación o comunidad renunciase a su legítima defensa quedaría indefensa y a merced del cualquier ente hostil que quisiera destruirla.
¿Quién nos asegura que si Irán tiene hoy su bomba atómica no la usaría ya mismo?
¿Quién nos asegura que si Irán tiene hoy su bomba atómica no la transferiría a Al Kaeda, a Hamas o a la Hezbollah?
¿Quienes estarán dispuestos a detenerlo antes de que sea demasiado tarde?
¿Israel estará haciendo uso de su natural derecho a sobrevivir?
¿El mundo civilizado estará haciendo uso de su natural derecho a sobrevivir?
¿No habremos cruzado inexorablemente esa delgada línea roja?
¿Israel puede utilizar su natural derecho a su defensa?
¿Usted qué opina?