Por Rebeca Perli
El Holocausto es un hecho único e incomparable ya que no fue una confrontación bélica.
Lamentándolo, voy a objetar una frase de Fernando Savater, quien es "santo de mi devoción" y a quien admiro por sus ideas, por la claridad y amenidad con que las expone, su sentido crítico y hasta su sentido de humor. La frase, de su ar-tículo Recuerdos envenenados, es: "… hoy algunos sionistas creen que los horrores del Holocausto justifican cualquier política opresora de los palestinos".
Savater cae en la trampa de relacionar las acciones del Gobierno israelí con la secuela dejada en los judíos (debería ser en toda la Humanidad) por el Holocausto y, para no pecar de antisemita, utiliza, en lugar de "judío", el vocablo "sionista" de manera despectiva.
El Holocausto es un hecho único e incomparable ya que no fue una confrontación bélica, sino una política diseñada con el único objeto de exterminar a un pueblo. Hay quienes consideran que la independencia de Israel tuvo lugar para resarcir a los judíos por los 6 millones que murieron en el Holocausto, pero lo cierto es que, aun si éste no hubiera ocurrido (¡ojalá!), seguiría el empeño por restablecer al Estado judío. El retorno a Sión estuvo siempre vigente y reafirmado con Herzl y el sionismo, término al que se están haciendo esfuerzos inauditos por darle una connotación denigrante a pesar de que no es otra cosa que el movimiento de liberación del pueblo judío. Muchos se escudan en el vocablo "sionista" en lugar de "judío" para clamar que no son antisemitas.
Me duele ver a Savater en este juego y me permito solicitar que no se mezcle "Holocausto" con conflicto árabe-israelí ni se haga distingo entre sionista y judío. Si se quiere defender al pueblo palestino, ¡perfecto!, pero que sea con argumentos sólidos (que los hay), analizando ambas caras de la moneda.