Por Hilel Resnizky
Aclaración: Estoy a favor de la paz. Prefiero malversar granos de arena a dilapidar gotas de sangre. El problema no son los límites. Desde las fronteras delirantes del 67 llegó Israel a la victoria. Pero a los palestinos también les conviene y también ellos deben transar. La paz no es un favor que le hacen a Israel. La paz es el oxígeno que nos hace falta a todos.
Las agencias noticiosas nos informan que un periodista realizó una encuesta que reveló algo inaudito: la paz esta en quinto lugar entre los deseos de los judíos israelíes.
Pienso que los encuestados también habrán sopesado las posibilidades reales de concretización. Todos estamos a favor del Mesías. Pocos pensamos que está por abrir la puerta.
No sé si hubo una encuesta parecida entre los palestinos. Hay quien calcula que más del cincuenta por ciento favorece las negociaciones. ¿Y qué dicen los de Gaza?
¿Las autoridades de Gaza están a favor de la solución de los dos Estados? ¿Y qué dicen los disidentes? ¿Qué diría Obama si Israel diera carta blanca a sus disidentes? ¿Que los chicos jueguen? Si se llega a un acuerdo, ¿en qué medida rige el acuerdo para la Franja de Gaza? Si, como es lógico, se crea un corredor entre Gaza y la Margen Occidental, ¿podrán los de Gaza pasar armas por el corredor o lo harán por pasos subterráneos, como lo hacen con Egipto?
En una negociación se truecan bienes. El paso en las montañas por las fuentes del río. Los palestinos no tienen bienes. Nunca los tuvieron. Son herederos de Jordania, que se apropió de un país mostrenco (sin dueños). Son, como máximo, herederos de la resolución de la ONU que otorgaba dos Estados para dos pueblos,
Los palestinos no tienen bienes reales. Los únicos bienes son declarativos. El reconocimiento mutuo. También en eso se muestran reacios.
Los árabes no ganaron ninguna guerra. Si hubieran ganado Israel ya no existiría.
De modo que se habla de dos Estados para dos pueblos. Esa era la resolución de la ONU que sigue siendo el documento. Dos Estados: para el pueblo palestino que nunca lo tuvo y para el pueblo judío que lo perdió en el 70 d.C y lo recuperó, en guerra con los invasores árabe, en l948.
Los palestinos aceptan reconocer a Israel, pero no como Estado Nacional Judío. Egipto es el Estado Arabe de Egipto.
El periodista quisiera un Estado judío anhelante, implorante. Desde l947 algunos aguardan, con reloj en mano, el derrumbe del ishuv (la comunidad judía en Palestina) y luego de Israel. A los habitantes árabes de Haifa los convencieron de que se vayan, porque “enseguida volverán”. En l.967 estaban convencidos. “Si lo queréis no será un sueño”, decía Nasser parafraseando a Herzl.
Hace unos 500 años que Alá no cumple los sueños islámicos. Las lámparas de Aladino sólo proporcionan petróleo a buen precio pero nada más. En la Conferencia de Jartum los países árabes adaptaron resoluciones como si hubieran ganado la guerra. Pero en esa partida de poker las cartas ya estaban abiertas.
La victoria y los meses anteriores en los cuales Israel aparecía “como implorando la paz” (“Un Sansón pobrecito”, dijo Eshkol) crearon la realidad de los territorios ocupados ya más de cuatro décadas.
Y los palestinos siempre esperando el colapso de Israel, inminente, según la izquierda delirante. Algunos de ellos dispuestos a morir por la causa y sobre todo a matar. Los iraníes pagan. ¿Se acuerdan del dinero que enviaba el malogrado Sadam Hussein, el de la guerra con Irán y el genocidio de los kurdos irakíes? Como diría Rabindranat Paredes: “A cada chancho le llega su San Martin”. Un consejo a los suicidas en potencia: acepten la plata y pónganla en el banco, preferentemente en Israel
Israel tiene siete millones de habitantes que se hacen sentir como si fueran 200 millones. Cuando salga al exterior pregunte a los transeúntes: ¿cuántos habitantes tiene Israel?
¿Usted sabe que gente del exterior compra siclos (shékels) a cambio de dólares? ¿Será por la endebles de la economía israelí? La recuperación inmediata de la economía israelí luego de la crisis será porque al frente del Banco de Israel esta el judío Stanley Fischer. Al frente de las finanzas yanquis también hay judíos.
Señor periodista: ¿Sabía usted que también en l967 Israel estaba a favor de la paz? ¿Y también luego de la Conferencia de Jartum?
Se preguntó usted por qué a los árabes les tomó tanto tiempo aceptar la paz y preferirla a la paz de los sepulcros auspiciada por la prestigiosa firma Ala Akhbar. En julio de 2000 tuvo lugar la cúspide de Camp David entre Estados Unidos (Bill Clinton), Israel (Ehud Barak) y Palestina (Iaser Arafat). El último la transformó en un campeonato de natación. Nada por aquí, nada por allá.
Aunque no todos concuerdan en quién fue el culpable del fracaso, el presidente americano, dispuesto como se sabe a admitir errores propios, se lo adjudicó a Arafat, tardíamente muerto. Es importante entender que la opinión pública palestina en un 68% apoyó a Arafat, en contraste con los israelíes que apoyaron a su líder en un 28%. No es difícil entender por qué el Partido Laborista perdió las elecciones. Hay que decirlo. El peor enemigo del Laborismo israelí es el nacionalismo árabe.
Es difícil interpretar a Arafat, líder tortuoso, de actuación sinuosa, especialista en perder amigos. (Como a Jordania). Se supone que no quería renunciar al regreso masivo de los refugiados palestinos a Israel. Básicamente no quería llegar a la paz permanente, sólo a una especie de “hudna”, tregua como la aceptada por el Islam, que permite luego, cuando las circunstancias están a favor del Islam la continuación de la guerra.
Quienes apoyaron a Arafat se deberán sentir responsables de lo que siguió. El 28 de septiembre del 2000 Ariel Sharón, líder de la oposición, visitó la zona del Templo, sin ingresar al recinto. Lo hizo después de que el ministro de Policía laborista, Shlomo Ben Ami, concertó la visita con la Autoridad Palestina. Arafat aprovechó la oportunidad para iniciar los disturbios de la Intifada El Aksa (El Aksa es el nombre árabe del templo de Jerusalén). En el transcurso de la misma dos soldados israelíes, que cruzaron el límite inadvertidamente fueron llevados a la Policía de Ramala y linchados (no es un error de imprenta). Un equipo de televisión italiano documentó el suceso y lo difundió, incluidos los rostros satisfechos de los asesinos. Esto ocurrió el l2 de octubre.
El Ejército de Israel arrestó a los responsables. En octubre comenzaron disturbios en la zona árabe de Israel, disturbios que no tenían relación con la política interna de Israel. Pero afectaban vías de comunicación vitales del país, por ejemplo en Wadi Ara. Alguien usó a los árabes. Los disturbios fueron reprimidos con violencia por la Policía. Hubo trece muertos árabes israelíes en acciones que servían los intereses de Iaser Arafat. Posteriormente la comisión investigadora del juez Or sindicó con clarividencia a los responsables: el primer ministro Ehud Barak (el de Camp David) y su ministro de Policía, el izquierdista moderado Shlomo Ben Ami. Las relaciones entre judíos y árabes en Israel se vieron seriamente dañadas por años. Alguien cumplió, eso sí, instrucciones de Arafat. De todas formas la Segunda Intifada dio en las elecciones la victoria a Arik Sharón, entonces del Likud. Alguien acusa a Barak por el fracaso. Con Arafat, Superman no habría salido mejor.
Las acciones heroicas de los palestinos incluyeron el asesinato de más de veinte adolescentes en el Dolfinario y más de treinta en un seder de Pesaj. Incluyeron muertes de niños suicidas. ¿Donde están los manifestantes de la “izquierda”?
No escaseó el romanticismo como cuando una heroína joven atrajo a un adolescente judío a un encuentro erótico a Ramala, donde fue asesinado.
No hay fecha exacta para el término de la Segunda Intimada. Hay quienes suponen que la muerte “prematura” de Arafat la precipitó. Básicamente se puede hablar de fines del 2004.
Hasta el año 2008 hubo más de mil víctimas israelíes. Excepto la Guerra de la Independencia y la de Iom Kipur no hubo guerra tan costosa en víctimas humanas.
Por cuestión de tiempo y espacio no describí las acciones israelíes. Palestina no estuvo nunca más lejos de jauja. Las víctimas palestinas se acercaron a los 5.000. A estos hay que agregar 577 palestinos muertos por sus hermanos (¿Qué clase de hermanos? Los que piensan en una nueva intifada vale la pena que lo repiensen.
Releyendo el artículo me doy cuenta que puede ser malinterpretado. Desde la época de Isaías estoy a favor de la paz
Creo que la paz es posible, en base a lineamientos que ya se perfilaron en Camp David en el 2000. Los árabes deben reconocer el derecho de los judíos a un Estado Nacional así como los judíos reconocen el derecho a un Estado Nacional palestino. El acuerdo es la paz y no una tregua entre dos guerras.
Fuente: Aurora Digital