ENTREVISTA a Johnny Gavlovski, director de Animales feroces. Animales feroces es la primera de las obras de Isaac Chocrón que forma parte, junto a Clipper y Tap Dance, de su famosa trilogía dedicada a la familia. ¿Y qué mejor manera de homenajear al maestro de las tablas venezolanas que montando esta pieza en Hebraica, el corazón mismo de nuestra kehilá?
Sobre este especial proyecto conversamos con Johnny Gavlovski, el experimentado director de teatro encargado de la nada fácil tarea de llevar a cabo este montaje.
—¿Por qué precisamente Animales feroces y no cualquier otra obra del vasto repertorio de Isaac Chocrón?
—Fundamentalmente por una cuestión de casting. Queríamos montar una obra de contenido judío. La idea de honrar a Chocrón nos entusiasmaba. Leímos su trilogía de la familia, Animales feroces, Clipper y Tap Dance. La idea de ir con Clipper me gustaba pero no teníamos el elenco juvenil. Animales era la que más se adaptaba a nuestros actores. Luego vimos en esta obra una buena posibilidad de crecer como grupo. Isaac Chocrón es, sin duda, un clásico del teatro venezolano, y Animales feroces nos ofrecía eso: trabajar con una obra clásica. Además, era la primera de la serie. Si montábamos esta, daba la oportunidad de crecer como grupo y tal vez montar próximamente Clipper. Aprovecho para invitar a aquellos que quieran acercarse a formar parte de nuestras filas, de forma constante, comprometida y decidida a desarrollar el arte teatral en Hebraica; especialmente a gente joven, la cual necesitaremos para próximos montajes.
—En la obra, publicada en 1963, se presentan tres generaciones judías: los ortodoxos o conservadores, los practicantes moderados, y los laicos. ¿Cómo ve esas tres generaciones actualmente? ¿Acaso siguen existiendo? ¿Hay alguna nueva?
—No veo que haya ortodoxos en la obra. Benleví no tiene más opción que ir a rezar. Es el único que realmente ve la necesidad de dar una respuesta religiosa frente a una situación tan terrible como tener a alguien que se suicida en su familia. “El primer judío que se suicida”, dice. Para nosotros no fue fácil enfrentar esto como montaje. De hecho, consultamos ocho rabinos para poder hacer la puesta en escena de acuerdo a nuestras tradiciones, puesto que introdujimos rezos, costumbres, palabras de la tradición sefardí que no estaban en la obra. Recuerda que, primero, es una versión libre mía sobre el original, que nos resultaba muy largo; y segundo, creo que es la primera vez que se monta esta obra con un elenco judío, lo que requería asesoramiento de nuestros rabinos… Con respecto a lo que me preguntas: sí creo que hoy hay un repunte de la ortodoxia, más que en los años 50 cuando trascurre la obra. Esta se desarrolla en La Victoria, estado Aragua. La comunidad era pequeña allá y entonces. De hecho, creo que hoy ya no existe en ese lugar. En nuestros días y bajo nuestras circunstancias, es más clara la presencia de ortodoxos, moderados y laicos.
—Entresaco una línea del personaje Sol: “¡Esto no es un país! ¡Esto es un clima! ¡Por eso, pocos seres humanos sobreviven! ¡A la mayoría nos entierran vivos o nos empujan al suicidio!”. Esto fue escrito hace 50 años. ¿Ha cambiado la situación en nuestro país?
—Para nada. Cuando trabajaba con José Ignacio Cabrujas, recuerdo que él siempre repetía eso. A veces lo complementaba diciendo que temía que nos convirtiéramos en un país de garimpeiros. Cabrujas temía cómo cada uno explotaba el país, y reflexionaba acerca de qué hacíamos para construirlo. Chocrón fue un genio con esa frase. Aquí pasa cualquier cosa, luego se volatiliza, de pronto ebulle. Como el clima, como el Caribe mismo. ¿Pero qué permanece? Es la permanencia, la constancia lo que solidifica, no la volatilidad de las conveniencias.
—Para un director de teatro, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de montar una obra de Isaac Chocrón?
—Como te mencioné antes, Chocrón hoy por hoy es un clásico. Es diferente enfrentar una obra así que alguna que no tenga este peso. Requiere de un profundo cuidado de los detalles actorales y estéticos. Los textos tienen múltiples lecturas; especialmente esta que toca temas tabú dentro de nuestra comunidad. Isaac tuvo la valentía de enfrentarlos por primera vez y desarrollarlos en un contexto judío. Hay gente que se me acercó cuando supo que habíamos decidido montar esta obra. Nos preguntaron: “¿Se van a atrever? Fue un escandalo en su época”. La respuesta fue: Sí. Teníamos además el respaldo de Hebraica, a quienes agradezco su confianza y decisión por apoyar este montaje.
El elenco
El elenco pertenece al Nuevo Grupo de Teatro de Hebraica: Alegría Benzaquén, Etty Mizrahi, Morella Biaginni de Lustgarten, Irene Russo, Gloria Noel, Sasha Bograd, Emma Schwartz, Nissim Cojocaru, Jacques Bigio, Abraham Jalfon, Arie Esquenazi; además de contar con el apoyo de figuras del teatro nacional como Isaac D’Lima, Gerónimo Reyes, Rubén León, Andrés Vásquez, Jhon Sosa, y la colaboración de Jacques Broquet y Harold Vargas.
Las funciones
Todas las presentaciones serán en el mes de junio: la premiere tendrá lugar el domingo 2, a las 7 pm; luego seguirán el jueves 6, a la 7 pm; sábado 8, a las 7 pm; domingo 9, a las 7 pm; jueves 13, a las 7 pm; la sexta función (que es la que compite en el XXI Festival de Teatro Interclubes 2013) está pautada para el jueves 20, también a las 7 pm.
Por Álvaro Mata
Fuente: Nuevo Mundo Israelita