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Informe 2012
20/06/2013
Informe: Los judíos sufren de hostilidades en 71 países
15/01/2014
Ver el informe Online completo en https://www.caiv.org/antisemitismo/
En Venezuela, 2012 se distinguió por ser un año electoral. El 7 de octubre se realizaron los comicios presidenciales, resultando en la reelección de Hugo Chávez. Los meses previos se caracterizaron por la tensión propia de estos casos y acciones que quebrantaron la paz social debido a una campaña electoral considerada por ambos lados, como decisiva. El triunfo de Henrique Capriles Radonski en las "primarias" como candidato de la oposición constituyó un detonante para exacerbar con mayor énfasis y energía, la propaganda antisemita que desde hace unos diez años se viene incrementando en nuestro país; especialmente, por los numerosos medios que conforman el sistema público y en los medios simpatizantes del gobierno nacional.

El que Capriles haya sido elegido como el contendor de Chávez trajo como consecuencia inmediata una avalancha de artículos y programas antisemitas en los medios ligados al gobierno nacional. Se utilizaron los orígenes judíos del candidato opositor para agredirlo, agredir a la comunidad judía, al sionismo y al Estado de Israel. Es decir, se destacó el uso del antisemitismo como herramienta en la contienda política y electoral. A Capriles lo acusaron de estar apoyado por el poder "capitalista sionista yanqui", precisamente por ser de "procedencia sionista"; de ser un "apátrida" y "actuar en contra de los intereses del país a favor del Estado norteamericano y el judío, sionista de Israel". Se aseguró que Capriles es el candidato del "sionismo criollo", del "sionismo imperial", de la "oligarquía fascista", de los "ricos desalmados", de la "derecha y fundador del movimiento Tradición, Familia y Propiedad (TFP)", del "lobby judío de Fedecámaras", etc., etc. y etc.
También hicieron hincapié en la riqueza familiar, acentuando que tanto el padre como la madre poseen grandes empresas de comunicación, ligadas a los emporios transnacionales controlados por los judíos. Así mismo, desarrollaron la teoría de un complot golpista donde el sionismo y el imperio pretenden echarles mano a Venezuela y a sus riquezas, por lo tanto advierten de tal "peligro".
Incluso, días antes de las "primarias" organizada por la Mesa de la Unidad Democrática – MUD – el Semanario Kikirikí (vinculado al Partido Comunista de Venezuela – PCV), del 28 de enero de 2012, edición 381, publicó en su portada un fotomontaje, en la que se ve a Pablo Pérez (contrincante de Capriles para ese momento), con el escudo de Acción
Democrática en su chaqueta y a Henrique Capriles, con un Maguén David (Estrella de David) en su camisa; atrás de ambos personajes, un abanico de billetes. El título decía:
"Adecos ricachones vs. judíos millonarios" y como antetítulo: "En las primarias no votarán los pobres". Recordemos que en la contienda opositora participaron más de tres millones de venezolanos.
El 13 de febrero, como primer artículo utilizando los orígenes judíos del candidato opositor, leímos en la página web de la estatal Radio Nacional de Venezuela – RNV, con el título "El Enemigo es el Sionismo: Un barranco como solapada promesa", firmado por Adal Hernández, quien es conductor de programas de opinión en dicha emisora, comienza por señalar los ascendientes judíos de Capriles, sefardíes por parte del padre y askenazíes por parte de la madre, y especifica: "Ambas familias ligadas a la oligarquía empresarial del país, entre los que se cuentan, desde medios de comunicación hasta servicios e inmobiliarias". Informa que el candidato trabajó un tiempo en el sector privado, nombra las firmas y sin nada que en realidad las relacione, señala que están "vinculadas a los intereses de la burguesía sionista".
Sin pruebas que lo demuestren, de forma arbitraria, sencillamente porque a Adal Hernández y al sector que defiende les conviene afirmarlo, dice: "Formó parte de la secta paramilitar y fascista llamada Tradición, Familia y Propiedad"; ello le sirve de punto de partida para acusar a Capriles de tener un pasado relacionado con la ultraderecha, de haber estado ligado a un movimiento semejante al nazismo. Adicionalmente, a la investigación que en su momento, en la década de los 80, realizamos de ese movimiento, resulta absurdo que Capriles haya fundado o militado en el TFP en Venezuela, pues para aquel entonces tendría entre 10 y 12 años.
Adal Hernández prosigue su sarta de falsedades atribuyéndole al candidato opositor el haber "participado activamente en el golpe de Estado burgués del 2002, contra la revolución bolivariana…"; describió las supuestas acciones y en esta parte concluye: "En diciembre de 2006, el sionista es absuelto por un tribunal de apelaciones".
Al descalificar a Capriles como sionista, explica que "para entender los intereses que encarna el candidato de la oligarquía venezolana y transnacional… es importante saber qué es el sionismo, ideología israelí que él representa solapadamente". De allí, pasa a definir lo que él supone que es el sionismo, reafirmando la serie de prejuicios que determinados países y movimientos en el mundo quieren imponer como ciertos, con el claro propósito de deslegitimar la existencia del Estado de Israel. Hernández escribió: "El sionismo se esconde detrás de un discurso religioso y nacionalista, que intenta invisibilizar su carácter colonialista y sus pretensiones netamente políticas, de superioridad racial y profundamente hegemónicas. El sionismo nace para poner en marcha los planes del imperialismo en el mundo árabe, para colocar estratégicamente una base de operaciones en la zona. Es sin duda la ideología del terror, de los sentimientos más putrefactos que representan la humanidad; ímpetus supuestamente patriotas basados en la avaricia, que cumple con la lógica de que "todo nacionalismo sin patria es por necesidad una empresa de conquista". Por sus propias palabras es obvio que acusa, manipulando los hechos históricos y omitiendo situaciones reales que caracterizan la guerra arabeisraelí, parcializándose por el ángulo de su afinidad: "Han asesinado millones de palestinos y han construido un campo de concentración en pleno siglo XXI, que bombardean y someten al hacinamiento". De esta manera, Hernández culpa a Capriles de estar relacionado con una situación bélica en el otro lado del mundo, que es sumamente compleja, que para acercarse medianamente a su comprensión se necesita un verdadero estudio objetivo del tema; no analiza con auténtica honradez un asunto que, en realidad, nada tiene que ver con Venezuela, ni con el propio Capriles, por más que sea descendiente de judíos sefardíes y askenazíes.
Al igual que lo vienen haciendo desde hace unos diez años, no muestra ninguna prueba para una cantidad de imputaciones; simplemente, las raíces judías de Capriles les sirven a Adal Hernández para descalificarlo, basándose en una serie de prejuicios antijudíos análogos a los descritos en Los protocolos de los sabios de Sion, adaptados a la versión que en la actualidad los movimientos judeofóbicos atribuyen al sionismo, pues en el presente, resulta incorrecto achacárselos al judaísmo en sí mismo.
Hernández no se conforma con acusar solo a Capriles, sino que intenta involucrar a la comunidad judía venezolana, trayendo a colación un acontecimiento que, como venezolanos en un país que se supone democrático, tenemos todo el derecho a llevar a cabo: "Capriles Radonski se reunió recientemente con la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), donde hablaron entre otras cosas, sobre las relaciones de Venezuela con Irán, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel y el supuesto antisemitismo de la Revolución Bolivariana. CAIV no tiene estupor alguno de manifestar el sionismo como su ideología" y para probar "tal pecado", reproduce lo que dice la página web de la institución paraguas de la comunidad, donde con valentía se define como sionista, pues es una postura que nos detalla como judíos y el hecho de que el nuevo antisemitismo lo utilice para desprestigiar, porque no se atreve a ser abiertamente antijudío, no puede desvalorizar nuestra relación intrínseca, ancestral, religiosa y hasta familiar con el Estado de Israel.
Hernández reafirma sus obsesiones antisemitas basadas despótica y abusivamente en el sionismo: "La lucha racional y abierta contra la pobreza, el racismo y el antisemitismo, no tiene sentido, si no está dirigida contra el sionismo y el capitalismo, representantes de un 90% de la pobreza en el mundo, de las guerras imperiales, de la muerte y la miseria de millones de personas, de la creciente amenaza de extinción de todas las especies del planeta y del planeta mismo". Claro que esconde que durante los primeros 40 años del renacido Israel, sus gobiernos fueron genuinamente socialistas; y, previa a la declaración de independencia, las numerosas entidades judías en lo que hoy es Israel y que fundamentaron su restauración, fueron organizadas de acuerdo con el socialismo; para muestra está el kibutz, única estructura en el mundo verdaderamente socialista.
Finalmente, Hernández señaló: "Este es nuestro enemigo, el sionismo que hoy representa Capriles Radonski, que nada tiene que ver con una oferta nacional e independiente. En octubre hay dos propuestas claras para Venezuela: la de la Revolución Bolivariana que viene reivindicando la unidad latinoamericana y los intereses del pueblo, y la del sionismo internacional, que amenaza con la destrucción del planeta que habitamos". En el artículo en cuestión, donde se mezclan el antisemitismo clásico con el coetáneo, este último trata de disfrazar los antiguos prejuicios que sirvieron de excusa para perseguir, torturar y masacrar a los judíos en distintas épocas y lugares del mundo, con una máscara de antisionismo, que en definitiva es exactamente igual, que está siendo importado a la Venezuela actual, y que fue utilizado en la campaña electoral presidencial con el propósito de anular al candidato y a la oposición, por el solo hecho de que hay un nexo hereditario con el judaísmo. Cabe preguntarnos: ¿no tenían argumentos legítimos? ¿No había formas honestas de competencia respetuosa, propias de una democracia en funcionamiento?
Solo para aclarar el punto, es oportuno reiterar lo que es sabido: si bien Capriles tiene raíces judías y siempre se ha mostrado orgulloso de ello, él es católico por convicción. Ni en el caso de que hubiera continuado con la tradición judía de sus antepasados ni como en realidad lo es, católico practicante, lo inhabilitaría para ser presidente de la República si los ciudadanos venezolanos lo hubieran elegido. De hecho, casi siete millones de venezolanos votaron por él, cerca de la mitad del padrón electoral.
Posteriormente, el mismo autor, Adal Hernández, publicó en un blog chavista una denuncia contra el sionismo, tratando de separarlo del judaísmo; pero, al igual que ocurre con los antisemitas que pretenden mostrarse como antisionistas, reafirma más aún sus conceptos antijudíos. Planteó el tan cacareado chantaje del que ahora se valen los antisemitas para tratar de enmudecer las denuncias de claras manifestaciones judeofóbicas; pero, ante esa hostilidad tan conocida por el pueblo judío debido a milenios de experiencia sobre persecuciones, no caben las dudas: sus denuncias también son parte del propio sentimiento antisemita. Veamos sus contradicciones e insistencia: "Hablar del sionismo no es ser antisemita, no discrimino a Capriles ni por su condición judía, ni por razones de índole moral dentro de la sociedad. Denuncio lo que representa; la oligarquía venezolana y el sionismo internacional". Entonces, ¿por qué reseñar sus raíces judías? Y de allí, partir con el supuesto de que es sionista y por ello, se permite acusarlo de una serie de actos en los que no tuvo arte ni parte. ¿Por qué la comunidad judía no puede reunirse con un candidato presidencial? Por cierto, la comunidad judía venezolana siempre ha dado tribuna a todos los candidatos presidenciales, es un servicio a sus miembros; de hecho, el candidato Hugo Chávez también se reunió con la comunidad judía en el mismo predio que lo hizo Capriles. ¿Por qué la comunidad judía no puede interesarse por la posición de todos los candidatos presidenciales con respecto a temas que le preocupan, como el caso de las relaciones de nuestro país con Irán, teocracia que ejecuta ataques terroristas contra judíos en el mundo, así como promueve este tipo de antisemitismo? ¿Por qué la comunidad judía venezolana tiene que callarse ante el adoctrinamiento antisemita que el gobierno de Chávez ha instaurado en nuestro país? El artículo de Hernández al igual que miles más, así lo demuestran.
Corresponde esclarecer que, pese a la enorme cifra de artículos y programas de radio y televisión estatales que atacan al sionismo como sucio instrumento en la guerra en que transformaron la campaña electoral, y que convirtieron el 2012 en uno de los años con mayor número de eventos antijudíos en Venezuela, el sionismo es el anhelo de todo el pueblo judío de contar con su propio país y Estado en la tierra en la que vivió y pobló desde tiempos bíblicos. La demonización del sionismo es una de las nuevas formas adaptadas por el antisemitismo. Con la misma, intentan hacer del antisemitismo un asunto moralmente aceptable. El artículo titulado "El Enemigo es el Sionismo: Un barranco como solapada promesa" fue reproducido en la página web oficialista Aporrea, en otras páginas identificadas con el partido de gobierno PSUV y en numerosos blogs de seguidores del presidente Chávez. Así mismo, estos alevosos y falaces argumentos se repitieron en abundantes artículos y comentarios en programas de emisoras y canales ligados al gobierno.
Lamentablemente, no hubo ninguna autoridad nacional que haya alertado acerca de la barbarie que se estaba cometiendo. Nadie perteneciente al PSUV protestó por tamaño desatino que no solo perjudicó a la comunidad judía venezolana, sino, peor aún, causó un daño de grandes dimensiones al debilitado sistema democrático venezolano, al punto que lo asemeja a un régimen totalitario que puede ser, indistintamente, de extrema izquierda tal como lo fue el de la extinta Unión Soviética, o de ultra derecha, el más conocido: nazifascismo. No importa el signo, atropellando debido a su inconmensurable poder, en el totalitarismo se discrimina a las minorías, excluyéndolas de sus derechos y precisamente por eso, por ser minorías, son vulnerables. Los totalitarismos siempre encuentran la excusa para justificar lo injustificable. Por lo ya experimentado en otros países y épocas, los infames argumentos que emplearon Adal Hernández y varios más, en realidad fueron proyecciones de lo que ellos mismos estaban perpetrando.El 17 de febrero, cinco días después de las "primarias", el propio presidente Hugo Chávez llamó "cochino" al recién electo candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles, con quien se mediría en las urnas en los comicios de octubre.
Chávez dijo sobre Capriles: "Mi misión va a ser quitarte la máscara, majunche [poca cosa], porque por más que te disfraces, majunche, tienes rabo de cochino, tienes orejas de cochino, roncas como un cochino: eres un cochino". Si bien es cierto que Chávez no aludió directamente los orígenes judíos de Capriles, el término despectivo que manoseó, "cochino", tiene históricas connotaciones antisemitas. Recordemos que este es un insulto antisemita medieval. Desde el siglo XIII, en Europa central, haciendo uso de la prohibición religiosa de la ingesta de carne de cerdo, a los judíos se les humillaba y deshumanizaba llamándolos "Judensau", cuya traducción es "cerdo judío". En dicha región hay imágenes de tal insulto en iglesias, otros edificios y en panfletos que los caricaturizaron; los nazis se valieron de esa aberrante imagen para sus campañas antisemitas. Simultáneamente, a lo que ocurría en la región central y oriental del viejo continente, desde los inicios del siglo XIII, en la Península Ibérica se obligó a cientos de miles de judíos a convertirse al catolicismo como la única opción de salvar sus vidas. Numerosos conversos prosiguieron a escondidas con la práctica de la religión en la que habían nacido. Precisamente, la sociedad católica de esa época, heredera del oscurantismo de la Edad Media, la que los forzó al bautismo, los llamó "marranos", una manera hiriente y despectiva de señalar que continuaban sus leyes alimenticias, en referencia a la proscripción de comer cerdo en el judaísmo. El mandatario venezolano agregó: "Mientras más te empeñes en disfrazarte, más te vas a conseguir conmigo. Todos los días de este mundo, majunche, no me vas a poder evitar, la confrontación con Chávez no la vas a poder evitar, que es la confrontación con los patriotas, con la patria". Así, Chávez reafirmó la idea que pretendió inculcar, de que Capriles no tiene derecho a aspirar a ser presidente de la República.
Por otra parte, adicionalmente al uso político del antisemitismo, los orígenes judíos de los padres de Capriles y su decisión de ser católico también han sido motivo de agresiones referidas a la religión. El 16 de febrero, a los pocos días del triunfo en las "primarias", Blanca Eekhout, en su programa matutino, dudó de la religiosidad de Capriles, que según aseveró, debe ser judío. Y, a partir de febrero hasta septiembre, vemos numerosos tuits, entre los que destacan los escritos por Basem Tajeldine, en los se burla de las creencias religiosas de Capriles. Por ejemplo: "Radonsky es hipócrita. Se disfraza d cristiano y reza a la virgen para buscar voto.. En realidad es un sionista. Odia a Jesus y la Virgen (sic)". En otro dice: "tienes q verlo ‘rezar’.. Este sionista cuando finge rezar, en realidad maldice a Jesus y ríe por dentro" (sic). Y también, este en el que insiste: "Haga lo q haga el sionista Radonsky, se pinte d Católico, vaya a la Iglesia y se disfrace también d ‘buen’ burgués siempre se le ve la falsa" (sic). Además, Tajeldine manifiesta su xenofobia: "Radonsky se burla del pueblo y su fe… Este sionista es extranjero aunq posea cédula y partida de nacimiento "venezolana"".
Este tipo de expresiones malsanas se enlazan con un arquetipo de prejuicio antisemita clásico, que lleva varios siglos de desarrollo; aunque, anteriormente, en Venezuela no había tenido gran difusión. Se trata de la acusación de deicidio contra el pueblo judío y que, en el 2008, cuando Capriles fue candidato y resultó electo gobernador del estado Miranda, fue embestido utilizando esta inconsistente aprensión.
Por Beatriz W. De Rittigstein
www.caiv.org

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