“La revista Maguen es mi hijo de papel”, Moisés Garzón habló del ayer y hoy de Maguen. La revista Maguen es una de las pocas ediciones impresas a nivel internacional que se dan el lujo de estar totalmente digitalizadas y abiertas al público en Internet con sólo visitar la página Web www.centroestudiossefardies.com en sus 40 años de vida desde que en 1970 la Asociación Israelita de Venezuela (AIV) decidiera crearla muestra una visión renovada, aunque sin perder su misión, de una edición especializada e investigativa del mundo sefardí, en particular, y del pueblo judío en general.
Uno de sus fundadores, el Dr. Moisés Garzón, dio una entrevista donde explicó con detalles los inicios de Maguen, sus dificultades en épocas de transición y las particularidades que hacen de Maguen uno de los grandes aportes de la Comunidad Judía venezolana a la historia nacional y al Judaísmo mundial.
¿Por qué se decide crear Maguen?
La revista surge en 1970 por iniciativa del Dr. Carciente, quien para entonces era presidente de la Asociación Israelita de Venezuela (AIV) y mía, quien ocupaba el cargo de sub-secretario, y decidimos sacar una revista que en un principio se llamó “Boletín” mensual de la AIV, donde reflejábamos hechos de la Comunidad, de la AIV, y del mundo judío.
Desde 1973 hasta el 79 la revista no circuló ¿Por qué?
En 1973 yo era secretario de la AIV, y representaba a esta institución en la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), de la que para el entonces era presidente el Dr. Rubén Merenfeld, de muy gratos recuerdos y bendita sea su memoria. Entonces en una de las reuniones de CAIV propuse que se creara un periódico de toda la Comunidad, ya que por ejemplo la Fraternidad B´nai B´rith de Venezuela tenía su revista llamada “Menorah”, la Unión Israelita de Caracas (UIC) su revista “Unión” y en la AIV “Maguen”; la propuesta era que las tres instituciones unieran esfuerzos y presupuesto para crear un periódico comunitario. Claro está, desde 1943 ya existía un semanario llamado “Mundo Israelita”, dirigido por Don Moisés Sananes, quien con su propio esfuerzo y medios publicaba este semanario.
Al aceptar la CAIV la propuesta de crear un semanario, decidimos que el periodista Don Moisés Sananes fuera el director de este proyecto y que se formara una nueva edición unificada y mejorada la cual denominamos “Nuevo Mundo Israelita, semanario por excelencia de la Comunidad Judía venezolana y que hoy en día podemos visitar desde cualquier parte del mundo en la página Web www.nmidigital.com. En los inicios de 1973, se publicaron los primeros números semanales del Nuevo Mundo Israelita.
¿Pero por qué se suspende la publicación de Maguen?
Desde 1973 hasta 1980 se suspendió la publicación de la revista Maguen, ya que en la AIV dedicamos el presupuesto de Maguen para la publicación del nuevo semanario comunitario. Pasado el tiempo, el semanario Nuevo Mundo Israelita empezó a crecer y desarrollarse y llegó el momento en que podía autofinanciarse. En ocasión de los 50 años de la AIV, en 1980, la junta directiva de la institución decidió publicar un número especial de la revista Maguen, debido al medio siglo de vida que la AIV cumplía. También hay que reconocer que hubo presión de miembros de la AIV que pedían que volviera a aparecer la publicación de Maguen, la revista en sus primeros tres años gustó y los lectores querían su publicación.
¿Qué se conoce como la primera etapa de Maguen?
Los 36 primeros números publicados mensualmente durante 3 años seguidos desde 1970 hasta el 73. Esta primera etapa, como la denominamos, se vio interferida por un lapso de siete años ya que se juntaron esfuerzos entre instituciones comunitarias para la creación del Nuevo Mundo Israelita, como ya expliqué.
¿Y la segunda etapa?
Exactamente desde el número 37, por cierto es la edición especial de los 50 años de la AIV (ver fotografía), se conoce como la segunda etapa de la revista, ahora no sólo como un boletín informativo, sino como una revista especializada en Judaísmo, con énfasis en el mundo sefardí, e investigativa por excelencia. Ya en 1980, con el Centro de Estudios Sefardíes de Caracas (CESC) creado por la AIV, la revista Maguen comienza a publicarse trimestralmente hasta el día de hoy.
¿Usted ha estado presente o involucrado en cuantas ediciones?
He tenido el honor de estar en todos los 154 números, de una u otra manera, ya sea de corrector, editor, director o en la imprenta, pues en lo que me haya tocado.
¿Cuál es la finalidad de Maguen?
Difundir, preservar y rescatar elementos de la cultura judía en general y de la cultura sefardí en especial.
¿Qué anécdotas puede compartir?
En una de las primeras ediciones, cuando las galerías eran de plomo, hechas por linotipistas, y era con lo que yo hacía las maquetas pues tenía los elementos de trabajo en mi casa, la señora de limpieza vio todo esto y lo botó porque pensó que era basura, esto ocurrió un jueves. Entonces cuando me doy cuenta, voy a la imprenta para volver a hacer los moldes y resulta que la imprenta estaba dañada. Imagínense, yo estaba angustiado porque los fines de semana era que me dedicaba a trabajar; al final de todo el dueño de la imprenta era amigo mío y en toda una noche me preparó el material de nuevo y me lo llevó personalmente a mi casa.
Al describir la finalidad de Maguen mencionó “rescatar” ¿Por qué?
Hay muchas cosas de la cultura sefardí que se perdieron y, lamentablemente se están perdiendo. Como por ejemplo costumbres, escritos familiares como poemas, diarios, cuentos en jaquetía, ladino. Hay materiales, incluso comunitarios, que se botan, y no sabemos que eso son tesoros históricos de nuestro pueblo que jamás podemos recuperar. Por eso digo que esta misión es compleja pero al mismo tiempo necesaria porque el pueblo judío es el pueblo de la memoria y debemos recordar de donde venimos los sefardíes, esa herencia histórica que traemos desde Sefarad y todo lo que construimos en nuestras comunidades, en el Caribe y otras latitudes. Yo siempre le digo a las personas de la comunidad que escriban algo, lo que sea, sobre lo que recuerden de sus padres y abuelos o de las comunidades donde nacieron, también pueden entregarnos fotografías u objetos y para eso el CESC junto al Museo “Morris E. Curiel” trabajamos en conjunto. No podemos permitir que se borre ese pasado tan rico porque esta es nuestra obligación como pueblo.
¿Cuál es el aporte agregado?
Con respecto a “enriquecer” es el otro verbo que siempre utilizo y me refiero a que más y más personas se aboquen a esta misión para mayor divulgación. Que escriban y nos manden sus textos, que se conviertan en articulistas e investigadores de la cultura sefardí. Queda mucho trabajo por hacer y el tiempo nos juega en contra.
¿Qué opinión tienen los lectores de Maguen?
La gente siempre pide la revista, a veces se retrasa la fecha de publicación e inmediatamente se le explica a las personas que pronto saldrá.
¿Qué piden los lectores?
Pues no recibimos muchas solicitudes. Parece que están contentos y satisfechos con el material publicado.
¿Qué opinión tiene de la versión digital de Maguen en la Web?
Me parece excelente poner a disposición del mundo todas estas cosas que queremos rescatar y difundir, el alcance de Internet es inimaginable, eso sí, mi hijo de papel como denomino a la revista Maguen no debe dejar de salir, creo que tanto la edición física como la digital son complementarias, se apoyan y ninguna debe ir en detrimento de la otra.
Por Abel Flores
Fuente: CAIV