Por Rebeca Perli
Con apenas 16 años de edad Malala Yusafzai es una celebridad a nivel internacional que, paradójicamente, debe su fama a los talibanes que atentaron contra su vida. Malala es la joven pakistaní que hace un año fue abaleada dentro de su transporte escolar, por un grupo Talibán que ya la había amenazado de muerte por su activismo en la educación de las niñas en su tierra natal. Quedó malherida y, después de una primera intervención quirúrgica en su país, fue trasladada a Inglaterra donde, tras múltiples operaciones, incluyendo una para reconstruirle el cráneo, retomó su cometido con más ánimo que nunca, sin acobardarse ante las reiteradas amenazas del Talibán de que no cejarían hasta darle muerte. Su incansable lucha a favor de la educación, no solo en su país, sino a nivel internacional, la ha hecho merecedora de múltiples reconocimientos.
Pero Malala no está sola en su encomiable empeño: Huraima Bachal es una joven maestra que desde los 13 años se ha dedicado a la enseñanza de las niñas en Pakistán y, si bien no ha sufrido un atentado contra su vida, ha estado constantemente amenazada de muerte. Ello no obstante, ha creado una escuela en la que ha logrado reunir 22 maestros y 1.200 estudiantes, mientras continúa con su campaña. Muchos le preguntan si no tiene temor ante el intento de asesinato que sufrió Malala y ella responde que ese ataque, lejos de amedrentarla, le ha dado fuerza para seguir adelante. "No es solo una Malala o una Bachal las que han elevado su voz", ha dicho. "Aunque mataran a 100 de nosotras, no les será posible frenarnos".
Ojalá que la tenacidad y perseverancia de Malala y Bachal sirvan de inspiración y de ejemplo para que el acceso a la educación sea una realidad en el mundo entero.