Por Bernardo Ptasevich
Veintiséis liberados con sangre en las manos es la nueva cuota que el gobierno israelí ha decidido pagar como adelanto a una supuesta paz que no parece cercana. No es muy comprensible una política de pagos a cuenta de algo que es tan incierto. Cuando nada indica que las conversaciones hayan modificado las importantes diferencias existentes entre los palestinos y los israelíes no parece lógico seguir debilitándose entregando prisioneros a cambio de nada.
Ni siquiera mencionan la paz
Abu Mazen habla de paz cuando tiene un auditorio internacional con el fin de conseguir apoyo y fondos que le permitan subsistir en el poder. Sin embargo ese mensaje cambia cuando habla a su propia gente. Ninguno de los líderes palestinos ha manifestado querer la paz con Israel o transmitirles que la paz con los judíos puede ser beneficiosa para ellos. Por el contrario, no pierden ninguna ocasión en la que puedan arengar contra los judíos e Israel. Entonces ¿a dónde vamos con esas conversaciones? Tzipi Livni, dice que tiene pendiente la paz con los vecinos pero no nos dice cómo va la cosa. Es cierto que hay un compromiso de silencio pedido a las partes por el Secretario de Estado John Kerry, pero nadie cree que haya adelantos serios.
Los palestinos no quieren la paz con Israel
No están interesados en la paz. Nadie habla allí de trabajar por la paz. A lo sumo manifiestan que gracias a las conversaciones puedan conseguir beneficios de todo tipo y de todas partes, aportes que son casi su único ingreso. No hay forma de llegar a un acuerdo con quien no está interesado. Es posible que a Israel tampoco le interese demasiado, pero también tiene que dar a la comunidad internacional muestras suficientes de que lo está intentando. Los familiares de las víctimas pusieron el grito en el cielo y Bibi Netanyahu reconoce que ha tomado una decisión muy dura y difícil. La cuestión es que seguimos pagando, continuamos entregando presos juzgados y condenados, algunos de ellos a cadena perpetua. La realidad es que cada poco tiempo el gobierno palestino organiza una fiesta de bienvenida y da con ello un mensaje de que matar israelíes termina de este modo. En agosto último ya había organizado una recepción festiva por la liberación de 26 presos y ahora nuevamente repiten la misma historia. Cantos nacionalistas son entonados a la llegada de los prisioneros liberados mientras son recibidos por Mahmud Abbas y sus familiares en la sede de la Autoridad Nacional Palestina. A la vez, cinco liberados, cruzaron por el paso de Erez hacia la franja de Gaza. No hay arrepentimiento, no hay remordimiento, no hay cambios en las ideas criminales ni la perspectiva de que esto suceda. Todo es un gran triunfo para ellos y para su gobierno que muestra como ya ha conseguido liberar a 52 presos sin dar absolutamente nada por ello.
Quiénes son los liberados y cómo se seleccionan
Diecinueve miembros de Al Fatah, el partido del presidente palestino M. Abbas, vuelven a su casa y quizás a las andadas. Otros cuatro terroristas que ya no ocupan nuestras cárceles son del Frente Popular de Liberación de Palestina, y los tres restantes del Hamas. Algunos de los beneficiados son tristemente famosos y conocidos como Damuni Saad Mohamed Ahmed, condenado por participar en el linchamiento de un soldado en 1990, o Masud Isa Rayib Amer que en 1993 asesinó al abogado israelí Ian Feinberg quien participaba en proyectos de cooperación en la Franja.
Cuál es el criterio utilizado para elegir los presos que serán liberados es algo que sólo el gobierno conoce. Desde nuestra visión, parece claro que se eligen de acuerdo a la exigencia del gobierno palestino, cediendo a esta presión para que no interrumpan las conversaciones. Es como un juego de ajedrez o cualquier juego de estrategias. En realidad no pasa nada importante pero de todas formas se consigue con amenazas o promesas de producir hechos que lamentablemente son irreversibles. Si luego no hay adelantos en la paz, no está prevista ninguna devolución de los reos a su prisión. En este caso si uno fuera gobierno, se pondría colorado de vergüenza por haber cedido tanto en una negociación en la que dicen que somos expertos. Hasta ahora no lo hemos demostrado en lo más mínimo. El representante del gobierno de los Estados Unidos también interviene en estas decisiones. Mientras la puerta de la negociación no se cierra del todo, es para él un triunfo, muy provisorio pero que lo pone a salvo por el momento de críticas severas.
Lanzamientos de cohetes no son conversaciones de paz
Israel recibió como regalo previo dos cohetes que fueron lanzados desde la franja de Gaza que si bien no causaron daños materiales ni personales, indican a las claras las intenciones de nuestros vecinos. Por suerte nuestros sistemas de defensa están preparados para impedir o minimizar los riesgos. Posteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel, destruyeron dos lanzaderas de cohetes en Gaza dando una respuesta que deja en claro que no se ha llegado a nada positivo en las conversaciones. Ni el ataque de estos misiles, ni siquiera su respuesta, van a modificar demasiado la situación. ??
En el plano interno y político se han producido reacciones muy fuertes. Dentro de la coalición de gobierno hay un gran descontento con la decisión presidencial. Avigdor Lieberman, Naftali Bennett y toda la gama política que apoya a los colonos ha quedado desairada. Netanyahu trata de calmarlos prometiendo que propondrá una expansión de la construcción en los territorios en litigio. También la población muestra su desacuerdo generando concentraciones de protesta como la convocada por las asociaciones de víctimas de ataques palestinos. Las familias de las víctimas ven desaparecer de a poco toda posibilidad de justicia. La Unión Europea y los Estados Unidos presionan para liberar terroristas. Ninguno de ellos hace lo mismo en su casa.