Durante las últimas décadas la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha estado obsesionada con un país. ¿Se trataría de Corea del Norte, Zimbawe, Irán, Siria, China, o de alguna otra nación con un récord reprobable en derechos humanos? Sería razonable pensar en alguno de éstos países, pero tendría la respuesta equivocada. Anne Bayefsky, directora del Instituto Touro de Derechos Humanos da la respuesta a esta incógnita y explica el torcido e inmoral universo en el que reside la Organización de las Naciones Unidas.