Por Avi Issacharoff
La FDI (Fuerza de defensa de Israel) muy probablemente complete su redespliegue a lo largo de la frontera con Gaza hoy, domingo, después de concluir el proceso de neutralización de los túneles de Hamas que se extienden hacia Israel. La FDI no se retirará completamente de Gaza, sino que saldrá de las zonas pobladas y mantendrá tropas desplegadas en un área reducida dentro del territorio palestino.
Esta decisión le da Hamas una cierta legitimidad a los ojos de la opinión pública palestina para continuar atacando a las tropas israelíes. Pero en definitiva, la FDI también se retirará de esas zonas y entonces la organización se enfrentará a un difícil dilema: ¿qué debería hacer ahora?
Por un lado, para el público de Hamas en Gaza es cada día más urgente cesar el fuego. La destrucción en la Franja de Gaza no tiene precedentes. Esto se refiere no solo a los 1.700 palestinos muertos (entre ellos, cientos de hombres armados) y los más de 9.000 heridos, sino también a daños inconcebibles: los miles de hogares destruidos, los cortes de energía, la escasez de agua de la canilla potable, los cientos de miles de desplazados. Todo esto ha hecho de Gaza un lugar de gran angustia, desesperados por unos días de tranquilidad y rehabilitación. Por lo tanto, una retirada de la FDI de la Franja de Gaza dañará toda legitimidad de Hamas a los ojos del público para continuar con el disparo de proyectiles gazatíes y los ataques. Es posible que la organización se dé por satisfecha, en tal caso, con disparar unos pocos proyectiles y emitir comunicados de victoria, y con una transición poco a poco hacia un prolongado alto el fuego no declarado.
Por otra parte, un completo cese de la lucha en esta etapa sin haber conseguido un acuerdo que incluya el levantamiento del bloqueo a la franja sería percibido como una derrota de Hamas. Al comienzo de la operación, el ala militar de la organización presentó seis demandas para un alto el fuego: la liberación de los prisioneros liberados durante el intercambio de 2011 por el soldado de la FDI Gilad Shalit y recientemente vueltos a arrestar en la Margen Occidental, el establecimiento de un puerto, la ampliación del zona pesquera, la apertura del cruce de Rafah hacia Egipto, la apertura de los cruces a Israel y el pago de salarios. De a poco las demandas disminuyeron y la semana pasada, el jefe del ala militar de Hamas, Mohammed Deif, dijo que la organización no aceptaría un alto el fuego a menos que “la agresión cese y se levante el bloqueo”. Estas dos exigencias son vagas, pero eso fue interesante observar que Deif no mencionó la liberación de prisioneros o el establecimiento de un puerto. Y si esta ronda de hostilidades concluye sin que Israel o Egipto accedan a aceptar siquiera alguna de las demandas de la organización, Hamas será humillado.
El público palestino, que ahora busca tranquila, preguntará por qué la organización llevó a Gaza a la ruina sin razones, sin resultados que mostrar por sus esfuerzos. Hamas es consciente de ello y es probable que por ello esté tentado a hacer dos cosas: primero, disparar más proyectiles mientras pueda y a pesar de la inevitable respuesta israelí; y segundo, continuar llevando a cabo intentos significativos de ataques, principalmente a través de los túneles que puedan haber quedado intactos, de modo de vaciar de contenido las garantías israelíes acerca de haber terminado la demolición de túneles. Pero un ataque de ese grado probablemente provoque una respuesta muy dura, tal vez incluso una nueva ofensiva terrestre, y una vez más, el público gazatí pagará el precio.
La guerra en Gaza, y en forma extendida el brutal asesinato de tres adolescentes israelíes en la Margen Occidental semanas atrás, son parte de un tema más amplio: la campaña para salvar a Hamas. La organización inició el secuestro y asesinato del trío, así como la escalada en Gaza, para evitar su caída económica en la Franja y preservar su relevancia en Gaza y la Margen Occidental. Estas acciones nacen de las crisis en que se encuentra la organización debido al cierre de los túneles de Egipto a Gaza, la pérdida de popularidad entre los palestinos y su acuerdo para reconciliarse con Fatah, que llevó a una crisis salarial. Pero al acercarse el final de la ofensiva terrestre de la FDI, es dudoso que haya una solución a estos problemas. Incluso el apoyo público que Hamas ganó por lanzar el ataque contra Israel se desgastará con el tiempo mientras la FDI complete su retirada de la franja.
Fuente: The Time Of Israel