Por Elías Farache S.
El origen de este conflicto árabe- israelí que ha devenido en el palestino- israelí y ahora, en su más reciente edición, en el Hamas contra Israel, es muy simple: el no reconocimiento del derecho de los judíos a un estado independiente en los territorios que alguna vez conformaron el Reino de Israel.
En nuestros días, estar claros con respecto a esto, el no reconocimiento del derecho de los judíos a un estado, la no aceptación de Israel y la determinación de borrarlo del mapa, nos puede ahorrar muchas elucubraciones y además ayudar en la comprensión de lo que pueda pasar y lo que pasa.
Para minar la resistencia de los judíos y del Estado de Israel, se ha acudido a las técnicas del terror. Terror por cuanto las acciones emprendidas sencillamente causan eso: terror.
No creemos que enumerando los incidentes logremos abarcarlos a todos. Pero podemos intentarlo: la guerra de todos los vecinos árabes, y algunos no vecinos, en 1948. El cierre del Canal de Suez en 1956 y 1967. La Guerra de Yom Kipur, que parece, a la luz de los acontecimientos de nuestros días algo épica. Los fedayines que entraban a Israel buscando víctimas civiles, pero tratando de salvar el propio pellejo. Los atentados en aeropuertos y el secuestro de aviones, que terminó en la rutina de seguridad que ahora afecta a todos cuantos tienen que viajar por los aires. Las olimpiadas de Munich donde Israel se llevó todas las medallas de plomo habidas y por haber…
En las décadas de los 90 y del 2000, y en nuestros días, la terrible utilización de hombres y mujeres bomba, que se explotan matando y no dejan de sorprender a sus víctimas, en autobuses, centros comerciales, trenes o cualquier espacio público. Desde el 2006 hasta hoy, el lanzamiento de cohetes sobre áreas pobladas sin ninguna precisión específica y retando a Israel a actuar en una defensa que habrá de producir muchos muertos, en eso que fatídicamente se llaman daños colaterales.
Si repasamos la historia reciente, sí han habido intentos y posibilidades ciertas de esquemas de paz. Con cesiones importantes de parte y parte y con las reticencias y antagonismos de muchos. Oslo, Camp David, Hoja de Ruta, negociaciones directas, planes de cada una de las administraciones americanas, cuartetos y quintetos, negociaciones de estatus final y paremos de contar. Si revisamos con algo de calma podemos concluir que el quid de la cuestión es precisamente el no reconocimiento del derecho de los judíos un estado, y las acciones que conllevan a pretender eliminar esa entidad ya establecida y consolidada como Estado de Israel.
Y mientras no se comprenda esta sencilla realidad, poco o nada puede resolverse. Los enemigos declarados de Israel siguen determinados en erradicarlo, e Israel sigue empeñado en no desaparecer.
En este último conflicto, las cosas se ven muy claras. Hamas sabe que no terminará con Israel. Lo va a dañar y molestar, causar mucho dolor en sus familias y en su sociedad. La campaña de cohetes y túneles, muy bien sincronizada con una excelente de medios, donde las víctimas y su debilidad son explotadas al máximo, y además fabricadas de manera premeditada. Hamas se atribuirá dos victorias: la mediática que la tiene antes de lanzar un solo cohete, y la militar. Sí, porque desde el punto de vista del martirio, lograr que Israel esté preocupado, su población en refugios, sus familias lamentado la muerte de soldados, que el aeropuerto internacional hubiera estado cerrado unas horas; constituye un gran éxito. Un éxito que pareciera estimular a seguir en esto de armarse y morir, para ganar perdiendo. Gaza destruida, cientos de víctimas mortales no son algo más sino motivaciones para quienes la vida como tal no tiene el valor que le damos otras personas.
El último invento del terror son los túneles. Obras de ingeniería bastante sofisticadas. Entrecruzan toda Gaza, como una especie de Metro – Gaza, y además tiene rutas externas que llegan bien adentro de territorio israelí. A la sofisticación de ingeniería, debe añadirse la extraña circunstancia que Gaza se declara en bloqueo severo, pide ayuda humanitaria y recursos económicos cuantiosos. Con tales dificultades y restricciones, los gazatíes de Hamas son unos genios o el asunto del bloqueo y el sufrimiento que alegan no es tan cierto como nos lo han ido pintando los medios de comunicación, y todos aquellos que se rasgan las vestiduras por Gaza. Y que, curiosamente, nunca denuncian o informan que Hamas es un grupo que tomó el gobierno de Gaza dando un golpe de estado a la Autoridad Nacional Palestina en 2007, y con mucha sinceridad declara su no reconocimiento a Israel y su determinación a destruirlo.
La situación de violencia que se vive tiene una sola razón: el no reconocimiento del derecho de los judíos a un estado independiente. Y una sinrazón: la negativa de muchos, demasiados incluyendo mediadores, potencias y organismos internacionales, a asumir esta sencilla y triste verdad.