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Por Momy Sultan
El “Plan Marshall” fue una herramienta que usó Estados Unidos para la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). A continuación presento cómo se fraguó esa maravillosa idea.
El “Plan Marshall” surgió el domingo 5 de junio de 1947 en la Universidad de Harvard. El secretario de Estado Norteamericano, Geor­ge Marshall, durante su investidura como Doctor Honoris Causa de dicha casa de estudios, pronunció el discurso más memorable de su vida: en él defendió la necesidad de ayudar a una Europa aún traumatizada por los efectos de la guerra que acababa de pasar, con su estructura económica destruida, sin recursos materiales y sin medios financieros, y lo que era aún más grave, como dijo, “sin confianza en sus gentes respecto al futuro”.
Tras su discurso, la reunión del otro lado del Atlántico no se hizo esperar. El 27 de junio los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Inglaterra y la Unión Soviética mantuvieron una reunión, quedando clara la decisión Soviética de rechazar la ayuda ofrecida.
Después de la negativa de Moscú, Inglaterra y Francia convocaron a todos los países de Europa Occidental, menos España, a una conferencia en París que se inició el 12 de julio, en la cual se constituyó un Comité Europeo de Cooperación Económica, embrión de lo que sería la Organización Europea de Cooperación Económica (OCDE).
Con este plan empezó la reconstrucción del parque industrial, reposición de stocks y, sobre todo, se basó en el plan preparado en 1949 por Paul Hoffman, jefe de la ECA (la agencia estadounidense para el “Plan Mar­shall”), quien expresó en términos muy claros ante el Congreso de Estados Unidos lo que sería la futura Unión Europea: “Una tarea que ha de afrontarse es la integración económica para la formación de un único y gran mercado, dentro del cual desaparecerían las restricciones cuantitativas a la circulación de mercancías, las barreras mo­netarias a los pagos, y eventualmente los aranceles podrían ser suprimidos para siempre”. Eso se llama visión de futuro.
En definitiva, el “Plan Marshall” suscitó la necesidad de la cooperación económica entre los países de la OCDE, así como la Unión Europea de Pagos (UEP); también la propuesta de lo que es hoy la Unión Europea.
La cronología fue la siguiente: “Plan Marshall” (1947); OCDE (1948); Código de Liberalización de Mercancías (1949); Código de Liberalización Invisible (1950); Unión Europea de Pagos (1950); Tratado de París (1952); Tratado de Maastricht (1993); y Tratado de Ámsterdam (1997). Estos fueron los ocho pasos que se dieron en los primeros 50 años en la reconstrucción europea.
Se pueden sacar varias conclusiones: el “Plan Marshall” fue la operación de política internacional más rentable para Estados Unidos, pues frenó la expansión soviética y colocó al dólar como moneda internacional indiscutible, y sustituyó al declinante Imperio Británico para hacer de Estados Unidos el patrón hegemónico de Europa Occidental.
La ayuda total a Europa por el “Plan Marshall” fue de 13 mil millones de dólares.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita

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