Autodecapitándonos
06/09/2014
Uso de prejuicios antijudíos
18/09/2014
Por Miguel Truzman
Movimiento Islámico Radical Sunita, fundado por el jeque Ahmed Yasin en diciembre de 1987, durante el desarrollo de la Primera Intifada, quien expresaba que “el verdadero enemigo no era solo el Estado judío, sino “los vicios castigados por el Islam, que son los verdaderos azotes del pueblo palestino”.
En su carta fundacional, fechada el 18 de agosto de 1988, se reconoce como una vertiente internacional de los Hermanos Musulmanes. En su preámbulo establece: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en su pasado”.
Artículo 7: “No vendrá el día del juicio final sin que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán ‘¡Oh, musulmán! ¡Un judío se esconde detrás de mí, ven y mátalo!” (subrayado nuestro).
Artículo 32:” La conspiración judía no tiene fin, y después de Palestina van a ambicionar la expansión desde el Nilo hasta el Éufrates”.
Su artículo 22 recoge una serie de afirmaciones sacadas del panfleto Los protocolos de los sabios de Sión, que como todo el mundo conoce fue un texto antimonárquico francés llamado Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, escrito por Maurice Joly en 1864. Los protocolos de los sabios de Sión son una copia exacta de esta novela, pero adjudicándole a los judíos los argumentos con que Maquiavelo demostraba a Montesquieu porqué el mal vencería siempre sobre el bien.
Ese libelo serviría para que personas como el Zar Nicolás II en la Rusia zarista, Henry Ford en EEUU y Adolfo Hitler en Alemania, expandieran el antisemitismo en el mundo, provocando la matanza de millones de judíos.
Tras los Acuerdos de Oslo de 1993 entre Itzjak Rabin y Yasser Arafat, donde acordaron negociar para poner fin al conflicto, Hamás denunció a Arafat y a la OLP como traidores al pueblo palestino, pregonando que la lucha armada era el único camino para recuperar la Palestina histórica, y apoyando los ataques a civiles como el medio para el logro de sus objetivos.
Desde 1994 hasta 2004, Hamás realizó cientos de ataques suicidas en Israel, utilizando hombres y mujeres bombas que se hacían explotar en restaurantes, discotecas, centros comerciales, autobuses, escuelas, etc., asesinando a más de 600 israelíes en casi una década sanguinaria. En 2005, Ariel Sharon, primer ministro de Israel, entregó la soberanía de toda la Franja de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina (al-Fatah), después de 48 años de posesión que mantuvo desde la Guerra de los Seis Días en 1967, incluyendo toda una extraordinaria infraestructura que había construido Israel allí (se estima en más de 3000 invernaderos de flores, vegetales y frutas con calidad de exportación), y desocupando a más de 8000 colonos judíos.
En el año 2007 Hamás, que había ganado el año anterior unas elecciones legislativas en la Franja de Gaza, le propinó un golpe de Estado a al-Fatah, mediante un enfrentamiento armado que dejó cientos de víctimas, apoderándose de toda la institucionalidad gubernamental y expulsando definitivamente a al-Fatah  de dicha área. En ese momento, Hamás destruyó toda la infraestructura construida por Israel y entregada dos años antes, desarrollando en las entrañas mismas de la Franja de Gaza una ciudad para el terror, se fortaleció económicamente mediante ayudas financieras de empresarios y jeques petroleros de los países del Golfo Pérsico y países como Irán, Siria, Arabia Saudita y Catar. Se comenta que algunos países de América del Sur también han prestado auxilio financiero a ese movimiento islámico radical.
Asimismo, Hamás se fortaleció militarmente a través de la compra y fabricación de un cuantioso arsenal, que incluye miles de misiles de diferentes dimensiones, versatilidad y potencia, morteros, granadas, ametralladoras, y recientemente se han descubierto 33 mortíferos túneles, de gran extensión y un portento de la ingeniería civil, construidos a un costo millonario, que van desde diferentes puntos de Gaza hasta áreas pobladas de Israel. Según confesiones de militantes palestinos arrestados en las últimas semanas, Hamás preparaba un ataque masivo y sangriento a través de los túneles en la víspera de Rosh Hashaná.
Por otra parte, Hamás aplica estrictamente la Ley Islámica en la Franja de Gaza, mediante una férrea dictadura teocrática, torturando y asesinando a personas de distintas confesiones, o a los mismos palestinos. En 2002 la organización Human Rights Watch, junto a otros grupos de derechos humanos, denunció a Hamás como una organización que comete graves violaciones a las leyes humanitarias. En 2007, Amnistía Internacional (AI) denunció también a Hamás por incontables atropellos contra su misma población civil palestina (torturas, asesinatos, detenciones arbitrarias). En 2009, la misma AI y otras organizaciones de derechos humanos denunciaron a Hamás por una campaña de secuestros, homicidios y torturas en la Franja de Gaza contra supuestos colaboradores palestinos con Israel.
En 2008 Hamás promovió la aplicación de una nueva ley penal basada en la sharía, con penas como la crucifixión, amputación de manos, flagelaciones, etc.
Según el derecho internacional, Hamás es un movimiento terrorista porque su lucha armada se centra en el asesinato indiscriminado de civiles, tal como lo ha hecho desde su creación, primero con los atentados suicidas desde 1994 hasta 2004, y desde 2005 hasta nuestros días con el lanzamiento indiscriminado de  misiles contra Israel, que se estiman en 12 mil en los últimos 9 años. Durante la Operación Margen Protector lanzó unos 4500, muchos de los cuales fueron destruidos por el sistema israelí Cúpula de Hierro.
El estatus de grupo terrorista de Hamás ha sido aceptado por la Unión Europea, EEUU, Canadá, Japón, Australia, Israel y Egipto, entre otros. En la medida en que la campaña mediática a nivel global siga deslegitimando y demonizando a Israel, y que países y organismos multilaterales emitan declaraciones o resoluciones condenando a Israel, no harán más que fortalecer la estrategia de este movimiento terrorista.
En nuestra humilde opinión, la clave para ir destrabando el conflicto (tal como pasó con la destrucción del arsenal de armas químicas en Siria), debería producirse a través de una presión internacional que provoque la desmilitarización de Hamás y la destrucción de todo su arsenal, incluyendo los túneles de la muerte, y a su vez entregar la dirección política de toda Palestina a al-Fatah, para que se inicie en lo inmediato un proceso de paz con Israel que aborde los temas que se encuentran sobre la mesa, tales como el reconocimiento definitivo y sin ambigüedades de Israel como Estado judío, el tema de los territorios en reclamación en Cisjordania, el tema de Jerusalén, la conexión de Gaza con Cisjordania a través de una carretera, el tema hídrico y otros.
Este triste episodio y sus víctimas deben convertirse en el pivote definitivo de acuerdos bilaterales entre ambos pueblos, que conduzcan a la creación del Estado palestino con una delimitación clara de su territorio y con un Israel seguro, que pueda dedicar gran parte de sus recursos a seguir creando, inventando y produciendo saberes y tecnologías en todas las ramas de la ciencia, para el bienestar de la humanidad.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita

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