Por David Bittan Obadia, presidente de la CAIV
Queridos amigos.
5774, año según el calendario judío desde la época de la creación, terminó como un año difícil, en el que el esfuerzo de cada uno de los miembros de la comunidad y de su voluntariado dio sus resultados, a pesar que cada vez más se requiere de mayores exigencias en cada uno de nosotros para lograr la única meta: la de poder garantizar una vida conforme a nuestros ritos y tradiciones.
Hemos recorrido un largo camino, hemos cumplido gran cantidad de tareas, sin embargo no está dentro de nuestras posibilidades detenernos, la suma de felicidad, la tranquilidad y la estabilidad del colectivo siguen siendo nuestro norte y es parte del compromiso al que debemos seguir aspirando.
La humanidad afronta retos prioritarios y está en juego el futuro de todos, en estas últimas semanas vemos como unos pocos han hecho de la violencia y el terror su manera de vivir tratan de socavar la tranquilidad de la mayoría quienes aspiramos un mundo mejor y, como ya hemos comentado, coincidimos que el hombre en este momento no puede sólo resolver ni enfrentar este dilema y para ello nada más propicio que el acercamiento a D-os y la oración.
La Comunidad Judía de Venezuela ha llevado la bandera de la promoción del diálogo interreligioso, entendiendo que es sólo a través de la comunicación y del reconocimiento de unos y otros que vamos a poder conseguir un futuro de esperanza para nosotros y las generaciones venideras.
En estos días de tanta introspección y reflexión para el mundo judío, quienes se concentran a pedir al Todopoderoso el perdón, juega un rol fundamental siendo el mismo una modalidad preceptiva. El perdón es la mejor manera de utilizar nuestras energías y es una vía directa para la transformación personal y la sanación. El perdón consigue evitar volver al dolor pasado, el perdón nos abre el camino a la capacidad de evolucionar y es nuestra obligación como judíos la de perdonar y pedir perdón a todos aquellos a quienes de alguna manera de pensamiento o acción consideremos hemos ofendido, agraviado o difamado. El perdón es el elemento fundamental para la paz que todos anhelamos universalmente y sobre todo para esta tierra bendita, Venezuela.
Estas fechas de nuestro calendario no tienen historia, no hay memoria, ni eventos pasados que recordar a diferencia de otras festividades y las aprovechamos en nuestra comunidad para festejar con mucha alegría, pero con reflexión, destacando que el judaísmo se orienta por el amor al prójimo que es una religión que por encima de todo tiene sus bases éticas y morales sustentadas alrededor de la vida, de la familia y el respeto al ser humano.
Son nuestros sinceros deseos que este sea un año de salud, alegría y prosperidad y que D-S recompense toda la dedicación de cada uno de ustedes con buenas noticias.
Shaná Tová y Gmar Jatimá Tová.