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Por Beatriz W. De Rittigstein
Desde hace tiempo, pero con especial encono durante el reciente conflicto entre Israel y Hamas, dentro de la campaña para deslegitimar a Israel y señalar al pueblo judío con una serie de prejuicios, se promueve la acusación de racistas.
En Venezuela, un sector político interesado impulsa calumniosas y artificiales imputaciones, tales como: "nada frenará la cultura genocida de los judíos, quienes quieren desaparecer a los palestinos"; "los judíos azhkenazis conforman la élite dominante en la colonia euro-gringa de israel (Palestina ocupada), practicando un racismo descarado contra los palestinos"; "el sionismo es una ideología de la burguesía europea de religión judía, en la cual se considera que la condición de judío es racial".
Este absurdo sólo sirve para sembrar odio, pero está desarticulado de la realidad y la primera prueba es que los árabes israelíes disfrutan de bienestar como cualquier ciudadano israelí; no se plantean tomar la nacionalidad palestina una vez que se concrete el Estado palestino. Ello está probado por encuestas de diversos organismos.
Sin embargo, cada vez con mayor virulencia, los interesados en incitar la fobia antijudía se afincan en esta gran mentira. Uno de los argumentos que usan es que "los judíos se creen semitas, cuando los verdaderos semitas son los árabes". A través de dicha campaña intentan imponer ciertas tesis insostenibles frente a los hechos históricos. Así, dicen que el pueblo palestino tiene 11 mil años de historia, que son los pobladores aborígenes, originarios.
El calificativo antisemita no fue un invento judío; más bien le fue endilgado. Hitler utilizó la fantasía de la pureza racial; previamente, los fanáticos alemanes que luego devengaron en nazis, adaptaron el léxico del estudio etimológico de las lenguas a sus teorías racistas; de allí proviene el término antisemitismo en referencia a la hostilidad hacia los judíos, forjado en 1879 por el periodista antijudío Wilhem Marr. No existen razas puras y llevar el enfrentamiento palestino israelí por esa senda es un arriesgado error.
Total que, una agresión antijudía de hace casi siglo y medio, es aprovechada por los antijudíos de la actualidad, que usufructúan las perversidades de los del pasado. Al fin y al cabo, los mueve la misma enfermedad social.

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