Dos terroristas palestinos asesinaron a cuatro personas que estaban rezando en la sinagoga ultra ortodoxa “Kehilat Bnei Torá” del barrio Har Nof de Jerusalén, este martes 18 de noviembre de 2014.
Otras ocho personas resultaron heridas, cuatro de ellas se encuentran en grave estado, y fueron evacuadas a los hospitales Hadassa Ein Kerem y Shaarei Zedek de la ciudad capital.
Los terroristas palestinos fueron eliminados durante un breve enfrentamiento con la policía, que arribó rápidamente al lugar. Entre los heridos hay dos policías.
Según los reportes, los dos terroristas, oriundos de Jerusalén oriental, y armados con pistolas, hachas y puñales, arribaron al recinto situado en calle Rabino Shimón Agassi, y que incluye una sinagoga y una yeshiva (academia rabínica), y atacaron desde dos frentes distintos a los presentes que estaban llevando a cabo su tradicional rezo matinal.
Culpa de Abas y Hamas
El primer ministro israelí, Biniamín Netanyahu, convocó de urgencia al Gabinete de Seguridad, tras el brutal ataque. “Esto es resultado directo de la incitación llevada a cabo por Hamás y por Abu Mazen (Mahmud Abbas).
Se trata de una incitación ignorada irresponsablemente por la comunidad internacional”, apuntó Netanyahu.
“Responderemos con mano dura al brutal asesinato de judíos que fueron a rezar y se encontraron con los aborrecibles asesinos”.
Murió uno de los policías herido
Luego de agonizar por varias horas, un policía de 27 años resultó la quinta víctima del atentado ocurrido en la sinagoga, debido a las graves heridas que sufrió en el tiroteo contra los terroristas palestinos
Se trata de Zidan Seyf, un policía oficial de 27 años oriundo de la ciudad aldea árabe de Yanuh-Jat, situado en el norte de Israel, al noreste de la ciudad de Akko.
Seyf fue uno de los oficiales que llegó a la escena del ataque y, después de un tiroteo en el que junto a sus compañeros, logró de acabar con los terroristas. Fue llevado a la hospital Kerem Hadassah Ein donde, falleció después de horas de luchar por su vida.
Celebración palestina
En el barrio Jabel Mukaber de Jerusalén, los familiares de los primos Uday y Ghassan Abu Jamal celebraron efusivamente tras haberse enterado que ambos habían asesinado a cuatro judíos e hirieron a otros ocho con hachas, cuchillos y pistolas.
“Respondimos con gritos de alegrías cuando recibimos la noticia de sus muertes”, dijo Ala Abu Jamal, sobre sus primos, al diario Yediot Aharonot. “La gente aquí repartió caramelos a los invitados que nos vinieron a visitar y hubo regocijo y alegría por los mártires”.
El residente del vecindario árabe trató de vincular la masacre en la sinagoga con la tensión en el Monte del Templo, apuntando que es “algo normal que puede esperarse de todo hombre que tiene el coraje y la sensación de pertenecía a su pueblo y al islam”.
“El ataque fue una sorpresa para nosotros, no esperábamos que ocurriera”, dijo Ala Abu Jamal. “Los dos muertos era trabajadores comunes y no estaban asociados a ninguna organización. Uno de ellos estaba casado con tres niños. Gracias a Allah, alguien que muere como un mártir, es una gran cosa”.
La organización terrorista autodenominada Frente Popular de Liberación Palestina (FPLP) se adjudicó la responsabilidad del atentado, que también fue elogiado por Hamás, la Jihad Islámica y más ambiguamente por el movimiento Fatah.
Fuente: Aurora Digital / Itón Gadol