Por David Bittan Obadia
El mundo amanece un día más de luto ante la terrible noticia y las conmovedoras imágenes de "Charlie Hebdo" y los consiguentes sucesos hasta este momento en pleno desarrollo, un ataque terrorista en el corazón de París que dejó a doce inocentes víctimas y entre los que se encontraba el conocido caricaturista judío francés Georges Wolinski, de 80 años.
Para mi y millones de personas más, este evento no es una sorpresa en la Francia de la “Liberté, égalité, fraternité”, y tampoco para miles de franceses , pues Francia está comenzando a pagar su precio y bien caro por haber sido tan permisivo, y como dirían los elegantes: “ complacientes o tolerantes” con los millones de inmigrantes que por traer dinerito e inversión se consideraban automáticamente bienvenidos, sin entender que se estaban comprando problemas y comprometiendo un futuro.
Miles de personas han tenido que dejar su Francia natal, porque se están respetando demasiado los derechos de unos a costa de los de otros, haciendo caso omiso que los que se van son los pacíficos, los que quedan, ya tenemos como “muestra del botón” pero ya reproducido en miles.
No hay más responsables de semejantes resultados que los que han gobernado “la France”, aquellos que obviaron las políticas de control y abrieron sus puertas a los “monstruos” que hasta ahora no despertaban pero que ya asoman sus garras. Ellos, los políticos, hipotecaron parte de la Europa al terror y por eso no es extraño que muchos de los que se alistan a Isis, y a todas las otras franquicias de terror, han nacido allí, criados en colegios públicos, se benefician de la seguridad social y cuentan con sus pasaportes europeos, con los que pueden por ejemplo caminar en la mañana por las playas de Marbella y de noche por Picadilly Street. Son esos, los políticos también, posiblemente responsables de las consecuencias que vamos a pagar los españoles por ejemplo.
¡Que vergüenza tan grande! que una minoría que está haciendo del terror su manera y estilo de vida, esté resultando exitosa en su plan de imponer la barbarie, la religión, sus costumbres y hábitos sobre una mayoría que quiere vivir en tranquilidad; y todo bajo el amparo de las autoridades.
Francia lamentablemente deberá pagar el precio, y antes de 20 años, según algunos entendidos, tendrán un presidente que posiblemente salga de las bases de grupos que hacen vida en ciertos países sin aportar nada.
Que duro debe ser para el gentilicio francés saber que una minoría está consiguiendo logros como ninguna otra, que se confunden con privilegios, que posiblemente se otorguen por razones económicas o por temor.
Como integrante de una minoría, jamás podré desarrollar sentimientos y muestras xenófobas o discriminatorias, sin embargo soy un férreo defensor de las leyes civiles y de la máxima de que todos debemos de someternos a la ley colectiva, que es la que debe de prevalecer sobre cualquier minoría: judía, musulmana, cristiana o de cualquier religión y quienes no estén dispuestos a someterse a ellas, que busquen alternativas en los Estados teocráticos, donde la política está subordinada a la religión.
"Charlie Hebdo" debe de ser el limite a la permisividad, la alarma a la salida de la complicidad, de la miopía política, y de la imposición de las políticas de seguridad nacional y de la prevalencia del bien colectivo sobre el individual.
Francia debe de actuar con mano dura en la búsqueda también de los autores intelectuales de estos hechos, de sus planificadores, de quienes lo financian, de quienes inculcan los antivalores de los países que crean un incentivo y premian la barbarie, de los países que refugian, resguardan y protegen a esas mentes perversas, de crear un cerco y de decir a todos ¡bienvenidos! pero a los que acojan nuestras leyes y hasta luego, a los que intenten imponer la maldad, ya está bueno de tanto relajo, de tantas cumbres antiterroristas (el día después).
Son momentos de “ponerse colorado una vez y no morado mil veces”, ya está fuerte de creer en los lobos que se disfrazan de caperucitas, minutos después de los atentados (este libreto ya se conoce), de los que hablan de paz, en momentos en el que los perpetradores no se entregan y siguen haciendo de las suyas, y mantienen más de noventa mil policías involucrados en una búsqueda , millones de franceses en vilo, y por supuesto Europa en “jaque”.
Lamentablemente para Francia no hay mañana, su futuro es hoy y es hoy cuando deben de actuar, no hay una tarea más importante para ellos que esta, frenar la locura e imponer la ley.
Mundo abrid vuestros ojos. También en América Latina.