“Recibimos permiso del Estado de Israel para traer estudiantes de diferentes países para hacer un curso especial y unificado de agricultura avanzada con recursos mínimos, que es una capacitación que complementa los conocimientos que reciben en las aulas”, explicó Hanni Arnon, directora del Centro de Estudios en Agricultura de la Aravá Central del Keren Kayemet Leisrael (KKL), a la Agencia Judía de Noticias (AJN) acerca del programa “Agricultura sin fronteras”.
“Sentimos que se trata de una ‘agricultura sin fronteras’ porque lo que nos vincula a todos es la agricultura y estamos abiertos a exportar nuestro programa educativo a todos los países del mundo”, amplió.
Se trata de estudiantes o graduados universitarios, de 20 a 30 años, de Agricultura o carreras afines, como Silvicultura, Biología, Biotecnología, etc.
“Este año tenemos ocho países de Asia: Vietnam, Laos, Tailandia, Myanmar, Nepal e Indonesia, que no tiene relaciones diplomáticas” con el Estado judío, lo cual “no nos importa: los agricultores nos piden cursos y como Israel es muy fuerte y vanguardista desde un punto de vista moderno y tecnológico, con centros de capacitación y estaciones de investigación y desarrollo, compartimos todo ese conocimiento”, destacó la funcionaria.
“Además, desde el año pasado empezamos a trabajar con estudiantes africanos de Etiopía y Sudán del Sur”, agregó.
“Agricultura sin fronteras” fue creado en 1994 y “durante estos 21 años, miles de estudiantes -todavía ninguno latinoamericano- participaron en este programa, en el cual todos ganamos: ellos reciben conocimiento, capacitación, elementos, ideas, algo de plata para vivir acá esos meses, la convicción de que si lo quieren, pueden sobreponerse a todo -estamos en un desierto al cual logramos volver verde-, y aprenden a pensar de manera diferente y tratar de superar los problemas; nosotros, como Aravá, una región periférica del sur del Estado, les damos trabajo a setenta familias porque empleamos a disertantes y personal técnico y administrativo; e Israel obtiene todos los años jóvenes embajadores de buena voluntad que regresan a sus países y hablan bien de nosotros”, resumió Arnon.
“Desde octubre hay dos carreras: una de once meses, para obtener un diploma, y otra de dieciséis, que es un posgrado que hace hincapié en alimentación y seguridad, en cooperación con la Universidad de Tel Aviv, donde estudian el tercero y último trimestre”, informó.
“Los 1.100 alumnos del título de grado terminan de cursar a mitad de año y vuelven a sus casas y esperamos recibir a otros 1.300 de esos mismos países, y anhelamos duplicar la población del posgrado hasta llegar a 30-35 estudiantes”, deseó la directora del Centro de Estudios en Agricultura de la Aravá Central del KKL.