Un informe publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha clasificado a Israel como el segundo país más culto del mundo.
El único país clasificado como más educado por delante de Israel ha sido Canadá. Entre los diez primeros están Japón, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Noruega, Reino Unido, Australia y Finlandia. De acuerdo con 24/7 Wall Street, que analizó el informe de la OCDE, “Israel se unió a la OCDE en 2010. La tasa de graduación en la escuela secundaria del país fue del 92% en 2010, muy por encima del 84% que promedia la OCDE”.
El 45 por ciento de la población de Israel tiene un título universitario, lo que demuestra lo mucho que la sociedad israelí valora la educación superior. Elie Wiesel dijo una vez: “Yo no recuerdo un hogar judío sin un libro en la mesa”. De hecho, las universidades israelíes, como la Universidad Hebrea de Jerusalem, el Technion, la Universidad Ben-Gurion, y la Universidad de Tel Aviv se consideran las mejores universidades de todo el Oriente Medio; muchas de ellas en el ranking mundial de mejores universidades del mundo.
Además, Israel gastó el 7,2% de su PIB en instituciones educativas durante el año 2009, la sexta mayor cantidad entre todos los países donde se realizaron encuestas. Esto es muy importante, porque los estudios han demostrado que los países que más invierten en educación tienen poblaciones más educadas. De acuerdo con el informe de la OCDE, la reforma educativa Ofek Hadash (Nuevo Horizonte) en Israel ha mejorado significativamente los salarios de los maestros y, por lo tanto, la calidad de la educación de los estudiantes. De hecho, los salarios de los maestros de las escuelas primarias en Israel aumentaron en un 32% entre 2005 y 2010, mientras que el salario de los docentes de secundaria aumentó en un 8% durante este mismo período de tiempo. El promedio de la OCDE en el ámbito del aumento de los salarios de los profesores fue del 5% en las escuelas primarias y del 4% en las secundaria.
Los países con el mayor porcentaje de jóvenes con educación universitaria por lo general invierten en la educación privada. En los Estados Unidos, por ejemplo, el 28% de la financiación proviene de fuentes privadas, mientras que en Corea del Sur, es superior al 40%. En el Reino Unido es del 32%, en Australia es del 33%, y en Israel la cifra se sitúa en el 21%.
Como hemos analizado, la financiación pública proporciona una gran parte de la inversión en la educación, pero el papel de las fuentes privadas (principalmente el pago por parte del alumno) es cada vez más importante. Algunos interesados están preocupados de que este equilibrio no debe ser tan inclinado para que no desaliente a los potenciales estudiantes de asistir a la educación secundaria o terciaria. Por lo tanto, es importante examinar los cambios en las cuotas de financiación en el ámbito público/privado para determinar si están influyendo en los patrones y niveles de participación de los estudiantes. Según la OCDE, “como los cambios en la economía global afectan tanto a países como a individuos, los países deberían preocuparse de encontrar un equilibrio adecuado entre proporcionar un apoyo público adecuado para la educación y pedir a los estudiantes y a las familias que cubran algunos de los gastos”. En Israel, los estudiantes invierten en su propia educación universitaria, sin embargo, los costos no son tan altos como para desalentar a los estudiantes de estudiar. Esperemos que siga esta buena tendencia, estos buenos datos y este futuro garantizado que tanto aporta al país y tanta luz da al mundo.