Por Beatriz W. De Rittigstein
Parece que ISIS no dejará de sorprender al mundo con su extrema crueldad, la cual va superándose más. A principios de mes, en su sitio oficial publicaron fuertes imágenes que mostraban al piloto militar jordano Moaz Al Kassasbeh, quemándose vivo en el confinamiento de una jaula.
En diciembre del año pasado, el piloto cayó en poder de los yihadistas. Mientras realizaba vuelos de reconocimiento sobre la ciudad de Raqqa, que ISIS estableció como sede del califato, su avión se estrelló, él logró eyectarse, pero fue capturado.
A través del periodista japonés Kenji Goto, quien también fue apresado por ISIS, los islamistas exigieron la liberación de la terrorista Sajida al Rishawi. No obstante, Goto, al igual que varios rehenes anteriores a él, fue degollado. El Ministerio de Comunicación jordano anunció su disposición a intercambiar a su piloto por la rea, pero el Estado Islámico no negoció e incineró a Al Kassasbeh.
Hay algunos acontecimientos que caracterizan este caso y muestran que la sanguinaria campaña de terror llevada a cabo por el Estado Islámico no tiene límites ni consciencia humana. Por ejemplo: llamó a una especie de "concurso" por Twitter, para que sus seguidores propongan cómo asesinar al piloto. Otra singularidad: las autoridades jordanas aseguraron que Al Kassasbeh fue asesinado un mes antes, lo que quiere decir que cuando hicieron la propuesta de canjearlo por Al Rishawi, ya no había posibilidades.
Un reciente informe de la ONU, acusa a ISIS de estar sometiendo a niños iraquíes a una serie de horrores que incluyen el etiquetarlos y ponerles precio para venderlos como esclavos. En el informe se incrimina a ISIS de usar cada vez más a los niños en sus crueles prácticas. La lista de brutalidades se incrementa e incluye esclavizar, violar, decapitar, crucificar y enterrar viva a la gente. Además, se afirma que obligan a los niños a ver el video del piloto jordano quemándose en una celda. Al respecto, la ONU reporta el uso de niños como suicidas.
Los primeros que deben defender al Islam de la sádica brutalidad que ejercen las organizaciones terroristas que tienen como bandera el radicalismo islámico, son los propios fieles musulmanes, mostrando con hechos valientes y fehacientes, no sólo con declaraciones, que su religión es muy diferente.