El empresario y dirigente de la comunidad judía de Venezuela, Hillo Ostfeld, conversó en el programa Vladimir a la 1 sobre la del Holocausto, suceso que se registró durante la II Guerra Mundial.
Relató que luego de pasar casi una juventud ante una coyuntura histórica lamentable “el ejército ruso me salvó la vida; Israel me devolvió la dignidad y Venezuela me devolvió otra vez fe en los seres humanos”.
Envió todo el éxito al presidente Nicolás Maduro, pues a su juicio, “eso será la garantía para que Venezuela viva en paz”.
“No quisiera ver un solo venezolano sufriendo que le falta medicina, comida, algo porque es el más noble que hay en esta tierra”.
Comentó que perdió a sus padres (muertos de hambre) en el campo de exterminio nazi donde se encontraban recluidos. Relató que no había comida; que debían vender sus pertenencias para alimentarse. “Cambié un pantalón por un cuarto de pan (…) mis padres buscaban papas y zanahorias podridas para comer”.
Dijo que vio morir a muchos judíos y pensó que él podría ser una de esas tantas víctimas de un odio injustificado que probablemente se acrecentó cuando cayó en manos de Hitler el libelo Protocolo de los Sabios de Zion.
Explicó que en el brutal acontecimiento, los alemanes tomaban a los jóvenes y los asesinaban. Ejemplificó que un mínimo de once millones de personas murieron, de ellas, un millón habrían sido niños.
“De los aproximadamente nueve millones de judíos residentes en Europa antes del Holocausto, aproximadamente dos tercios fueron asesinados”.
Agregó que a lo largo del Holocausto se produjeron episodios de resistencia armada contra los nazis. Explicó que el ejemplo más notable fue el Levantamiento del Gueto de Varsovia de 1943, cuando miles de combatientes judíos mal armados se enfrentaron durante cuatro semanas.
Ostfeld relató que en ese momento quien no pudiese caminar hacía el gueto (por debilidad) lo fusilaban. “Nos metieron en un galpón donde había muchos muertos, niños y ancianos”.
Comentó que su hermana menor le dijo para devolverse con él y Ostfeld se le negó. Años después le comentaron que su progenitora había muerto al conocer que los alemanes habían hundido el barco en el Mar Negro donde ella (hermana) había zarpado.
Posteriormente, escribió una carta a la comunidad judía en búsqueda de su hermana, debido a que él presentía que estaba viva. “La comunidad me respondió y me dijo que ella estaba viva luego de las características externas que les describí. Me fui hasta allá sin dinero; llegué a la casa de un doctor a las 4 de la mañana con mucho frío y éste me ayudó”.
Señaló que ante esta coyuntura, los alemanes no son los únicos culpables y el mundo también por indiferentes e instó a los ciudadanos a vivir lo que se pueda.
“No hay nada más importante en la vida que el ser humano (…) quiero ver al ser humano sin indiferencia, sin religiones”.