Por Beatriz W. De Rittigstein
El refrán: "Árbol que nace torcido, nunca su tronco endereza" calza a la perfección con el acuerdo preliminar entre el grupo de los 5+1 e Irán, sobre el plan nuclear de este último. Hay asuntos prioritarios no contemplados y enormes contradicciones.
Entre los temas trascendentales omitidos, está el desarrollo misilístico de Irán, con el cual coloca a su alcance bélico a Israel, al mundo árabe y a la propia Europa.
No se menciona el auspicio del régimen de los ayatollahs al terrorismo global y su infiltración en países asiáticos, europeos y latinoamericanos. Entre los casos más recientes en nuestra región está el terrorista del Hezbollah atrapado en Perú y las acciones de la embajada iraní en Montevideo.
Tampoco considera la campaña internacional de odio contra Israel y el pueblo judío que desde hace años promueve por el mundo. Irán no sólo se aboca a desvirtuar diversos eventos con el objetivo de deslegitimar a Israel, sino que amenaza con "borrarlo del mapa". Y, a pesar de afirmar que no tiene una política antijudía, la incitación a través de la negación del Holocausto es una de sus constantes. De hecho, el 9 mayo, en Teherán se realizará un concurso internacional de historietas cómicas sobre el Holocausto.
Resulta una burla el uso de centrifugadoras de última generación IR-8 apenas entre en vigor el acuerdo nuclear, según aseguraron el canciller y el jefe nuclear iraníes a los miembros del Majlis, en reunión a puertas cerradas.
Asimismo, hay discordancia entre lo asentado por autoridades occidentales y lo que señala Kamenei acerca de la suspensión de sanciones.
Otra incoherencia es la extraña política de EEUU hacia el Islam radical, chiíta o sunita. Occidente accede a la intervención iraní en la lucha de Irak contra ISIS, pese a que los kurdos reconocen que ISIS y la teocracia iraní son igualmente crueles. En cuanto a la guerra civil en Siria, Kerry asomó apoyo al régimen de Assad aupado por Irán, en discrepancia con la anterior postura norteamericana que exigía la salida de Assad. No obstante, en la guerra interna del Islam que en la actualidad se da en Yemen, vemos amenazas entre iraníes y estadounidenses.
Pese a las fortalezas de la comunidad internacional frente al régimen iraní, ésta hace concesiones que a la larga harán inviable un acuerdo.