Por Rabino Iona Blickstein
D-s ordena a Moshe: “Deberás confeccionar para tu hermano Aharon, vestimentas de santidad, que sean de gloria y esplendor“Shemot28.2). Muchos secretos están encerrados en esos atuendos. La Guemara nos enseña que las vestiduras sacerdotales enmendaban distintos pecados. Pero la razón simple por la cual los sacerdotes fueron ordenados a vestirlas esta escrita en el versículo: “que sean de gloria y esplendor” Las vestimentas del Gran Sacerdote tiene que ser especiales en su esplendor, cierto es que los otros sacerdotes vestirán vestidos grandiosos, como cita el versículo: “de gloria y esplendor” esplendoroso, ¿para qué? Para honrar, ¿A quién?, al Santo bendito es, “que sea el Cohen, el sacerdote, honorable, de honrosa presentación vistiendo ropaje que usan los reyes, para servir con ellos en honor a D-s” (ídem, ídem, 2, Ramban). Cuando los visitantes al Templo ven que el servicio de los sacrificios es realizado en forma honorable e impecable, la santidad y el temor a D-s se incrementa hay peligro que el Cohen al vestir prendas tan bellas y ostentosas, piense que las viste en su propio honor “por ser el una persona importante”, debe tener claro que esa no es la verdad, que el viste esas vestimentas en honor a D-s. La Torá da testimonio que así pensaba Aharon, “Hizo (Aharon) como lo ordenara Moshé” (Vaikra, 16:34), no las vistió para su grandeza, sino por cumplir el edicto del Rey (Rashi).
No solo las vestimentas, sino los mismos sacerdotes tienen que despertar honor y respeto. La Torá declara: “Ningún descendiente del Sacerdote Aharon que tenga algún defecto, podrá allegarse para ofrendar las ofrendas de fuego de HaShem” (ídem, 21:21). Leemos en el Sefer Hajinuj, precepto 575: “Porque la persona de importante presencia y de buenas acciones, encontrará simpatía ante la gente y si por lo contrario tendrá mala presencia física, la gente no lo verá con buenos ojos y no gustarán de sus actos, por eso el enviado a dar el perdón por los pecados debe ser simpático, de buena presencia y agradable en todos los sentidos, para que la gente lo sigan de todo corazón”.
Lo mismo podemos decir sobre la ofrenda “No podrán ofrendar animal con defecto alguno” (idem, 22:20) “Porque los corazones se entusiasmaran al ver al ver al más importante y perfecto de su genero” (Hajinuj, precepto 286) y si la ofrenda tuviese un defecto, el honor al cielo se vería menguado a los ojos de la gente. El profeta Malaji reprocha a Israel por no prestar la atención debida a este importante detalle: “Y si ofrecéis en sacrificio (animal) ciego ¿no es malo?, y si ofrecéis (animal) cojo o enfermo ¿no es malo? ¡Preséntalo a tu gobernador! ¿Por ventura el se agradará de ti, o aceptara tu persona?” Dice el Señor de los ejércitos: (capitulo1:8). “¡Al gobernador persa no osarías enviarle un regalo como este!, Si lo harías te echaría de su casa o te mandaría a colgar de un árbol, pero al Santo bendito es, le traen de lo que encuentran ¡He aquí cuan tedioso es Su culto! Y Le echáis bocanadas de desprecio y (Me) traéis lo robado y lo cojo y lo enfermo” (ídem, 13) Si esto traes a HaShem, demuestra tu falta de honor al Señor.
El tema es muy actual, porque nos indica que las vestimentas, nuestra conducta personal, familia y publica deben ser intachables, sabiendo que solo somos servidores del Altísimo y de la gente.
Y algo más, nuestra entrega a D-s debe ser completa, no a medias, nuestro cumplimiento de los preceptos y de las costumbres debe ser de alta calidad sin escatimar esfuerzos, dar lo máximo que física y emocionalmente podemos dar y no olvidar que en resumidas cuentas eso es lo único que llevaremos con nosotros cuando nos presentemos ante el tribunal celestial.