Por David Bittan Obadía
Quiero compartir con ustedes una experiencia extraordinaria, un encuentro con un hombre “correcto y muy bien ubicado en la vida”. Sucedió este verano, en julio 20, en el café de Canes Francia.
Días anteriores a la fecha, en una playa de la “Côte dAzur” sentado con mi familia en una tumbona, entré en conversación con el que aparentaba ser el padre de la familia vecina “playera”, me llamaba la atención el grupo familiar algo heterogéneo, era una mezcla del “Francés de raza pura” (de los que ya no existen o quedan poquitos), un parisino, algo “pajitas” como se dice en España, en Venezuela “ sifrino”, y una persona con vestimenta musulmana, muy bella por cierto.
Al ver el Maguen David de uno de mis hijos me preguntó en perfecto español ¿sois Judios?, inmediatamente y sin titubear, pero con el pequeño temor de saber en qué país me encontraba contesté: “somos todos sin excepción de padres y madres hebreos”.
Por allí se fue el primer contacto y su mensaje fue de unión, de integración, haciendo referencia a que somos los hermanos mayores, etc.
La conversación la continuamos días después en un café y allí más en confianza, me comentó que su hijo se había casado con una musulmana “moderna” y que él hoy a su edad, unos 65 le calculo, había abierto su mente a algo que le parecía en el pasado imposible. Le pregunté ¿qué había cambiado su manera de pensar? La respuesta fue su edad, la situación familiar y haber abierto su mente a escuchar y saber más del Islam, pues con judíos se relacionaba desde su infancia, y manejaba perfectamente los términos, de Shabat, Shalom, Jag sameaj, Kipur, Passover, etc.
Entramos en el tema de la violencia y lo vivido en Francia que han producido los intolerantes y él comenta ante mis inquietudes sobre los altos índices de radicales en el islam, haciendo la salvedad, que sus textos Sagrados, y así lo pienso, están alejados de la violencia y promueven valores y respeto a D-s, pero “efectivamente entre un 10 y un 15 % de la población musulmana está radicalizado, sin embargo esto no debe de preocupar al mundo, el problema pudiesen ser los otros tantos, infinitos algunos varios millones de musulmanes “agresivos pasivos”. Esos son los que pueden despertar su ira muy rápidamente y radicalizarse por el incentivo de algo o por el llamado de una voz guía, a quien respetarían el llamado sin ninguna duda… esos que incitan a los “lobos” que nunca son solitarios, no nos equivoquemos, palabras más , palabras menos.
La verdad es que estos temas más que apasionarme me aterran y más cuando se escuchan cosas de alguien que está íntimamente ligado por razones familiares a ellos y por ello no puedo dejar de pasar las oportunidades, para decir lo que siento, y mi planteamiento y conclusión es que si bien no pueden saltarse las reglas del Estado de Derecho, ni buscar atajos para combatir este fenómeno (llamado violencia pero que es terrorismo), las respuestas tienen que ser con el imperio de la ley, pero con mucha contundencia y firmeza, tomando las decisiones, por más apolíticas que sean, sin temores, sin miedo a las amenazas, sin pensar en el que dirán, entendiendo que el tema económico es algo, relativo, sin la interpretación errada de lo que son los derechos humanos, pensando en los derechos de los comunes, del ciudadano “de a pie”, de quien no entiende ni le interesan estos temas, de los que quieren vivir en paz, de los que les abren la puertas a los inmigrantes, de los que están cediendo espacios y territorio.
La respuesta a los violentos será eficaz si nos quitamos los tabúes y hablamos claro y luego en consenso buscando remedios globales, entre ellas el aislamiento de países y ciudades que patrocinan el terrorismo y conseguir bloqueo económico y la persecución de capitales aunque se abra la caja de “pandora”, aunque toquemos países “amigos”. Se debe de exigir la reciprocidad con los países que financian, por ejemplo, la construcción de templos de distintas fe, y aprobar los permisos, cuando se permita en ellos también practicar otras religiones. Debemos abrirnos cuando en los países de mayoría musulmana se permita la libertad de culto y no se persigan por ejemplo a los cristianos.
Si existe un tema de alta prioridad y preocupación en el mundo en estos tiempos es éste y nada más que éste, mañana ya será tarde, y al decir mañana es hoy.
Finalmente el café se extendió hasta que no habían argumentos a mis inquietudes, y su última palabra con las arrugas de la resignación, fue “¿qué le puedo decir que estoy contento? En voz baja le confieso estoy resignado”… “pues amigo viva la france”.
Al despedirnos y por mucha casualidad sonaba en el ambiente musical del café la canción de Ricardo Arjona “nadie sabe a dónde va”. La recomiendo y estoy convencido que fue ella la que terminó de motivar estas líneas.