Varios países árabes, entre ellos Egipto y Arabia Saudita, instaron al presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, a que calme las tensiones y prevenga el aumento de la escalada de violencia en Jerusalén y Cisjordania.
Los países árabes temen que la violencia podría marcar el comienzo de una tercera intifada.
Los gobiernos árabes han exteriorizado su preocupación de que una intifada podría conducir a la pérdida del control de la calle palestina y llevar al poder a las organizaciones extremistas tales como Hamás o la Jihad Islámica –o incluso a elementos más radicalizados identificados con el Estado Islámico-.
Según fuentes palestinas, la oficina de Abbas ha estado en contacto con la Oficina del Primer Ministro, Biniamín Netanyahu, quien también pidió una acción más agresiva contra la escalada de violencia.
El asesor de Netanyahu, Ytzhak Molho, y el Coordinador de las Actividades del Gobierno en los territorios (Cogat), general Yoav Mordechai, se reunieron con los asistentes de Abbas para exigirle al líder de la AP que deje de hablar sobre el Monte del Templo. Israel considera que esa retórica es la que está desatando la escalada de violencia.
Los líderes árabes tienen programado tratar la cuestión palestina en la próxima cumbre de la Liga Árabe.
Según un reporte del Canal 2, en los últimos días, Abbas cambió visiblemente su política y ahora está tratando de calmar los ánimos.
“Todos los esfuerzos de la Autoridad [Palestina] están dirigidos a restaurar la calma”, dijo Abbas según el canal de televisión.
En un encuentro con el presidente de la India, Pranab Mukherjee, en Ramallah, de cara a la visita de tres días que el mandatario asiático llevará a cabo en Israel, Abbas acusó a “las organizaciones religiosas del otro lado [Israel]” de elevar las tensiones.
Además, Abbas se reunió con los líderes de la organización paramilitar Tanzim, del movimiento Fatah, y les ordenó no alentar ni tomar parte en la violencia; sino en cambio, mantener la “lucha popular”, es decir, no violenta.
Al mismo tiempo, Abbas transfirió cerca de dieciséis millones de shekels a las universidades palestinas para evitar que inicien una huelga, una medida que elevaría el número de manifestantes en las protesta en Cisjordania. Muchas de las manifestaciones en Cisjordania han sido organizadas por las asociaciones estudiantiles.
En los últimos días, las protestas en las afueras de las ciudades de Cisjordania, registraron una caída en el número de participantes. Mientras que en la manifestación más grande, en la entrada norte de Ramallah, participaron cerca de 500 personas, en otros lugares se observó unas pocas decenas. No obstante, la ola de ataques con arma blanca parece agravarse.
Ni los políticos ni los servicios de seguridad parecen capaces de disuadir a los atacantes, la mayoría de los cuales son adolescentes o jóvenes, influenciados por las redes sociales que actúan por iniciativa propia y no forman parte de organizaciones terroristas más grandes.