Por Enrique Alaluf
Los niños, mis amigos, siguen siendo las víctimas inocentes de crueles decisiones, que violan una y otra vez los derechos humanos. En nuestra investigación, nos encontramos con que más de 300/000 niños participan de diferentes maneras en iguales guerras en distintas partes del mundo.
La cifra mencionada, se reparte entre niños varones y un importante porcentaje de niñas. Las que no sólo cumplen el rol de soldadas, sino que también son usadas como esclavas sexuales. Las organizaciones internacionales a cargo de la atención de los niños, poco y nada han podido hacer al respecto. Muchas de estas niñas son raptadas de lugares públicos, otras son llevadas engañadas, están las que se alistan por carecer de familias, otras por sobrevivir al hambre y lo más triste, las que son vendidas por sus padres, si así se les puede llamar.
Sabido es que el grupo terrorista de Al Qaeda, desde siempre utilizo niños para perpetrar sus atentados suicidas, Hoy la ONU denuncia el hecho al descubrirse que esta organización también está utilizando niños con discapacidad mental para sus atentados.
El grupo terrorista Hamás también utiliza mujeres y niños para sus atentados y muchas veces hacen de escudos humanos. Vergonzoso, irritante, incalificable, que estas cosas estén sucediendo.
Nos gana la impotencia y solamente nos queda luchar desde nuestra trinchera periodística, denunciando lo que sabemos está pasando. En el caso de las niñas, estamos hablando de una edad de entre ocho y 15 años, las que sufren vejaciones que marcan sus débiles cuerpitos en pleno desarrollo. Muchas son las que mueren, otras sufren por la pérdida de la dignidad, de la alegría, de la memoria, concentración y de diferentes daños psicológicos.
Esas mismas víctimas inocentes, que logran sobrevivir a la guerra y al sufrimiento, tienen que insertarse en la sociedad, pero para que eso ocurra de la mejor manera necesitan asistencia específica de rehabilitación mental, que no la tienen. Los abusos no paran aquí, porque a pesar de la lucha por la emancipación de la mujer, la discriminación en el mundo relega a la mujer a un segundo plano.
Y como ejemplo tenemos a China, un país donde la mujer que logra sobrevivir al nacimiento, es vendida para trabajar en la prostitución. En África, la mujer sólo tiene derecho para traer niños al mundo, trabajar y obedecer ciegamente. En Irán la mujer no cuenta, es brutalmente castigada por su marido, por cualquier cosa que a este se le ocurra; muchas veces también se las mutila en forma despiadada y brutal.
La violencia doméstica que sufre la mujer en algunos países de América, la violencia que soporta la mujer en España, es verdaderamente alarmante. Holanda no escapa a la violencia sexual de la mujer; las niñas y mujeres refugiadas de Sudán, Egipto y Somalia, son usadas clandestinamente. Se le extirpa el clítoris y muchas veces se llega hasta la completa extirpación del órgano sexual femenino. Se pueden imaginar los problemas que acarrea tal mutilación.
Esto data de épocas bíblicas, siendo una tradición para los países mencionados anteriormente. Por tal motivo se lleva a cabo en la clandestinidad porque en Holanda no está permitido. Es la realidad que vive nuestra tierra, la humanidad, el hecho humano, quien sabe si lo que está pasando es porque estamos ciegos ante nuestros propios errores. Y por no entender que sus consecuencias nos alcanzarán un día, es que seguimos errando.
Dios nos ayude y nos abra los ojos; la tierra está dando muestras de cansancio ante tanta maldad. El calentamiento global, el hambre, la sequía, los terremotos, las enfermedades, las guerras, los rumores de nuevas guerras, las injusticias el mal trato, la discriminación.
El hombre tiene que reaccionar; de no hacerlo a tiempo, el final estará más cerca.
Fuente: Guysen News