Arqueólogos israelíes han tropezado con la madre de todos los vertederos de basura: un vertedero masivo desde los primeros tiempos de los romanos que puede haber sido el resultado del sistema de recolección de basura más sofisticado en la antigüedad.
Los residuos se recogían capa sobre capa de manera eficiente, se apilaban y eran enterrados hace unos 2.000 años en las laderas del valle de Kidron, fuera de los muros de Jerusalén de la era romana.
Monedas y fragmentos de cerámica muestran que el vertedero estaba en uso durante aproximadamente siete décadas, desde el principio del siglo primero hasta el período de la gran revuelta judía contra los romanos, que terminó con la destrucción de Jerusalén en el año 70, dice Yuval Gadot, arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, que dirigió la excavación.
El vertedero, que fue excavado en 2013 a 2014 en conjunto con la Autoridad de Antigüedades de Israel, se eleva a unos imponentes 70 metros de altura, desde el fondo del valle a las paredes de la ciudad. Era bastante inusual en su tamaño, comenta Gadot.
Parece raro, añadió el investigador: "Si nos fijamos en la historia, por lo general las personas no hacían eso. Por lo general, vivían con su basura, o lo utilizaban en algún momento".
Retrocediendo miles de años antes de la era romana, ya en el Neolítico, los humanos excavaban pozos para su basura. Puede ser que la recogían para su posterior uso como fertilizante, o para la construcción de nuevos edificios – prácticas que se siguen haciendo hoy en día. Pero ejemplos antiguos de colección a gran escala y el almacenamiento a largo plazo de la basura en un vertedero son escasos, dice Gadot.
Por el desagüe en Roma
Más allá de Jerusalén, en el resto del Imperio Romano, la recogida de basura era un problema crónico, especialmente en las grandes ciudades.
Roma tiene el Monte Testaccio, una colina artificial todavía visible hoy en día por millones de fragmentos de ánforas desechadas. En este caso, no es que las piezas de cerámica fueran recogidas alrededor de la ciudad – este era el lugar donde el puerto adyacente en el río Tíber vería basura.
En Roma y Pompeya, la basura a veces se eliminaba eliminarse de la red de alcantarillado, que se utiliza comúnmente para deshacerse de cualquier cosa indeseable. Incluso los órganos del emperador Heliogábalo del siglo III, que fue asesinado por sus guardias, y del mártir cristiano San Sebastián fueron vertidos en la alcantarilla principal de Roma, la Cloaca Máxima.
Pero la mayor parte de la basura doméstica era simplemente arrojada a la calle, por lo general después de la noche y con poca consideración por los transeúntes. El poeta satírico Juvenal remarcó que uno siempre debe hacer un testamento antes de ir a cenar, "debido a que diferentes formas de muerte pueden caer desde cualquier ventana abierta".
Cuando un joven y ambicioso Vespasiano – más tarde un administrador eficiente, represor implacable de la revuelta judía y emperador – estuvo a cargo del mantenimiento de la ciudad, falló tan espectacularmente para despejar las calles que, como castigo, el emperador Calígula (no el más cuerdo de los gobernantes romanos) lo cubrió de barro.
En Jerusalén, sin embargo, parece que el sistema funcionaba. El vertedero se encuentra en la vertiente oriental de la ciudad no es simplemente impresionante por su tamaño: sus capas alternas de basura y suelo sugieren que fue un intento deliberado para cubrir sistemáticamente la basura y para evitar olores y disuadir a los carroñeros, explica Gadot.
No es que la gente de la antigua Jerusalén se organizaba para tirar colectivamente y obedientemente su basura, sino que "parece que había un mecanismo que limpiaba las calles, las casas, y se usaban burros para recoger y tirar la basura", especula Gadot.
El sistema puede haber sido desarrollado a partir de una combinación de conocimientos técnicos administrativos romanos y una observancia creciente entre los judíos de las normas de pureza religiosas, teorizan los investigadores.
Los judíos de la Jerusalén romana estaban obsesionados con la pureza y la impureza, como lo demuestra la proliferación de mikvehs (baños rituales), el uso frecuente de las vasijas de piedra (que se creía que eran impermeables a la impureza) y la casi ausencia de cerámica importada.
"Podría ser que se convirtió en una norma en Jerusalén que hay que sacar la basura, porque es impura y tenía que ser llevada fuera de la ciudad," sugiere Gadot. "No es el municipio el que lo decía: Dios lo decía, y eso hacía que la cosa sea más fácil".
Gadot vacila en decir si Jerusalén fue la primera en la historia en organizar un sistema de gestión de residuos a gran escala. "No sé si es el primer sistema, pero es único", declaró. "Tal vez haya otro vertedero en Roma que era para uso doméstico, pero por el momento no sabemos nada al respecto", agregó.