AMIA: ya van 22 años sin justicia, y contando…

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Por Abel Flores
9:53 de la mañana…
Quizás para muchos es la marcación de un simple minuto o una hora más, ese tiempo se registra en todos los relojes cada día sin que la mayoría de las veces nos llame la atención o nos recuerde algo; pero en esos segundos, en esos instantes del 18 de julio de 1994 cambió Argentina y, por qué no, el mundo.
La tierra donde se crió Carlos Gardel, donde nació y se forjó Maradona y donde también reside una de las comunidades judías más numerosas e importantes del mundo (para los años 90 la quinta mayor del planeta) y la más grande de Sudamérica, experimentó uno de los peores ataques terroristas de la historia: el atentado con un coche bomba a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) donde 85 personas perdieron la vida y más de 300 resultaron heridas.
Y hasta hoy, aunque resulte increíble o absurdo, nadie está preso.
22 años, más de dos décadas, han pasado; incluso presidentes y funcionarios han declarado públicamente que las investigaciones han sido “bochornosas” como en 2005 cuando Néstor Kirchner llamó a estas investigaciones “incompetentes” y una "deshonra nacional".
Pero más allá de discursos, politiquería y artículos, seguimos sin justicia.
Ratificación del terrorismo en América
El atentado a la AMIA cambió a la Argentina, aunque fuese el segundo, era la ratificación y constancia de la transnacionalización del terrorismo suicida en tierras americanas. Sin duda, y remitiéndonos a los hechos, algo estaba pasando en Argentina contra Israel y los judíos. La tierra de los gauchos era el nuevo enclave para ataques terroristas, sucesos inéditos en la historia latinoamericana y como sólo se  reportaban desde el Medio Oriente para aquella fecha.
Entre 1992 y 1994 hubo dos atentados en el mismo país: uno dirigido contra israelíes y otro contra argentinos de fe hebrea. Indiferentemente del juego de palabras, si fue directamente contra judíos o contra israelíes ¿acaso importa? es obvio que el objetivo era el mismo: un ataque contra el mundo occidental, contra los valores democráticos, contra el pueblo judío y contra el único Estado judío: Israel.
Solo que ahora este tipo de ataques era en tierras argentinas, en Sudamérica, en el llamado nuevo continente, quedando desarticulados aquellos argumentos fallidos que simulan entender los conflictos del Medio Oriente como una lucha por territorio o por petróleo. ¿Había petróleo en la embajada de Israel? ¿Había territorio arábigo en Buenos Aires?
Primer ataque suicida islámico en Suramérica
El 17 de marzo de 1992 -a las 2:45 de la tarde- un furgón Ford F-100 conducido por un suicida fue cargado con explosivos y accionado contra el edificio de la Embajada de Israel en Buenos Aires causando 29 muertos y 242 heridos.
No nos queda más que conmemorar y honrar esta triste fecha y hacer, una vez más, un llamado de justicia y aspirar para que pronto dejemos de recordar este fatídico atentado con la indignación que la injusticia conlleva.
En la fotografía: Monumento a las víctimas del atentado, situado a modo de reclamo enfrente del Palacio de Justicia en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

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