El sionismo es un movimiento judío que surgió como tal en el siglo XVIII que profesa en términos generales como ideología sociopolítica tres máximas:
1) La creación de un Estado judío en el territorio asignado por el Pentateuco, con todos los derechos democráticos y soberanos de una nación contemporánea.
2) Rescatar la tradición y el idioma hebreo dentro de la cultura del pueblo israelí para olvidar el paganismo del humillante exilio.
3) Promover el regreso (aliá) de los judíos a su patria histórica, es decir, al Israel bíblico.
Theodor Herzl, escritor y periodista judío, fue el protagonista de la odisea sionista. Tras conseguir la adhesión de algunas de las eminentes personalidades del mundo judío y contar con el apoyo popular, reunió el 3 de septiembre de 1897, en Basilea (Suiza), un congreso en el que convivieron doscientos delegados procedentes de todos los países de Europa. Este congreso marcó el nacimiento oficial del sionismo, al definir el objetivo del movimiento: «Asegurar al pueblo judío un hogar en Palestina garantizado por el derecho internacional».