Entre 1987 y 1993, la Organización por la Liberación de Palestina (OLP), cuyo presidente era Yasser Arafat, dirigió la Primera Intifada, rebelión de los palestinos contra la ocupación judía de la Franja de Gaza y Cisjordania.
Obviamente, éste es un acontecimiento histórico que marcó el debilitamiento diplomático entre los israelíes y árabe-palestinos, pero fortaleció la ideología islámica de defensa del territorio -que reclaman como totalmente arábigo- y la formulación de una «guerra santa» contra todo aquello que atente los intereses y creencias musulmanas.
Consecuentemente, la Primera Intifada fue el primer indicio de una «guerra mediática», ya que los palestinos tratarían de desacreditar al Estado de Israel por sus acciones bélicas en contra de los niños y mujeres que servirían como escudos humanos de las células terroristas islámicas.